"Decidí que si eliminaba cualquier acto sexual entonces dejaría de toparme con jugadores o chicos malos, y empezaría a encontrar hombres que buscan algo más que el interior de mi pollera", escribió, convencida de que tenía entre manos "un plan infalible para hallar el verdadero amor".
Pero el experimento tuvo —según sus propias palabras— "un efecto opuesto" al que ella había imaginado. "aumentó mi libido de forma exagerada y me descubrí mirando hombres como si fueran pedazos de carne".
Apenas cumplió el plazo estipulado de 110 días Nixalina finalmente tuvo sexo. "Me sentí libre de nuevo. Ya no tuve que preocuparme por ignorar los acercamientos o tener que contestar millones de preguntas sobre mi abstinencia. Pero lo más importante, descubrí que disfruto el sexo sin la necesidad de encarcelar a un hombre", sostuvo.