La creación de un nuevo destacamento de Gendarmería Nacional en Rosario aplicado en exclusiva a disputarle al narcotráfico significa un paso novedoso, otra oportunidad; los resultados, buenos o malos, sin embargo, se verán con el tiempo y estarán ligados a la calidad de la gestión. Hubo ya muchos intentos de sumar personal de las fuerzas federales en el terreno rosarino, en la última década, sin detener la violencia creciente, a pesar del juzgamiento y encarcelamiento de las primeras y segundas líneas de los grandes clanes familiares que operan el crimen organizado.
La expectativa en un cambio real y efectivo en la lucha contra el narco y sus derivaciones, con que sueñan tanto desde el Gobierno nacional como el provincial, no radica en colocar más y más uniformados a hacer “presencia” en el casco céntrico de la ciudad. “El cambio clave es que ahora habrá conducción política de las fuerzas federales: será el fin de la desidia, la inoperancia, el burocratismo, y el mirar para el otro lado”, dejan trascender desde el edificio de la calle Gelly y Obes, en la Recoleta porteña. “Desde el llamado comando unificado que funcionaba en Rosario, a la anterior titular del ministerio (Sabina Frederic) le decían cualquier número, y lo daba por bueno. En nueve meses hicieron sólo 40 intervenciones”, contaron funcionarios a este diario.
Por lo demás, el modelo de combatir el tráfico de drogas sólo en la pequeña escala de distribución final a los consumidores, tampoco conduce a la transformación que la sociedad rosarina reclama para salir de la angustia crónica que la somete desde años. Por eso, Aníbal Fernández, en la conferencia de prensa de ayer en La Casa Rosada, volvió a destacar el operativo resonante que concretó el fin de semana pasado la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), con más de 30 allanamientos simultáneos, que desbarató a una banda de lavado de dinero, con obvias conexiones con el narco. “Inteligencia”, es la palabra que más destacan en la nueva conducción de Seguridad, para cortar las conexiones del negocio narco con otras actividades económicas, de apariencia legal, que como “metástasis” del narco, tienen lugar en la vida de los rosarinos.
El gobernador Omar Perotti, recibido en Balcarce 50 y subido al estrado junto a Juan Manzur, Eduardo Wado de Pedro y Aníbal Fernández, consideró “importante” la determinación del gobierno nacional, a la vez que reiteró que Santa Fe necesita “acompañamiento” mientras va reformulando su propia institución policial. Se sabe, Perotti presentó tres proyectos clave ante la legislatura provincial para reformar la policía santafesina, crear un poderoso órgano de control externo, y reformular todo el sistema de Seguridad de la bota santafesina; pero oposición política – como mayoría agravada en Diputados- no le abrió el debate. Y los proyectos siguen trabados, desde 2020.
El camino que seguirá tomando el gobierno provincial – para sortear transitoriamente la arquitectura jurídica de 1950 con que se rige la policía santafesina- será el de introducir cambios administrativos. Por lo demás, también volvió a aludir Perotti – en la Casa Rosada-, a la deficitaria estructura de la Justicia Federal en Rosario, que, por caso, en la actualidad cuenta con sólo tres fiscales.
Ya en su primera visita al recientemente asumido Aníbal Fernández – el lunes 20, y este martes lo reiteró en la Casa Rosada-, Perotti había reclamado, “tenemos una justicia federal como la de hace 20 años”, cuando el narcotráfico no había alcanzado los niveles de desarrollo y violencia de la actualidad. Para la ampliación de los elencos de la justicia federal en el interior de la Argentina ya existe una herramienta, un proyecto de ley, que cuenta con media sanción del Senado de la nación, pero que la oposición de Juntos por el Cambio mantiene, por ahora, mantiene bloqueada en la Cámara baja del Congreso nacional.