Dado su nuevo rol y los problemas que ha tenido el PSG para solidificarse en conjunto, las luchas personales de Messi se han desproporcionado, aunque no se puede negar que nadie hubiera esperado que tuviera tan pocos goles a esta altura de la temporada.
“Es una liga más física, donde los partidos son muy disputados, donde hay mucho ida y vuelta”, dijo Messi a Sport pocas semanas después de llegar al PSG. “Los jugadores son fuertes y rápidos. Físicamente cambia mucho.
“En España todos los equipos intentan jugar mucho más y te quitan el balón si no presionas bien. Sin embargo, la mayor diferencia es físicamente”.
Pochettino también ha explicado los retos a los que se ha enfrentado su compatriota.
“Entre el Covid, las lesiones y la Selección Argentina que lo llama todos los meses, sus posibilidades de adaptación han sido limitadas”, dijo a El País en febrero.
“Él nunca ha puesto excusas y nosotros tampoco. Pero nunca ha jugado en un club que no sea el Barcelona y cuando llegas a un equipo nuevo, siempre pasas por un proceso natural de encontrar tu lugar.
“Las lesiones, viajar y no estar con los compañeros alargan el tiempo de adaptación del equipo o de encontrar la mejor versión de uno mismo”.
Y ha sido evidente desde que ha estado jugando regularmente que la magia aún perdura, solo que no en la forma en que los fanáticos de todo el mundo se han acostumbrado a verla.
En lugar de un goleador prolífico, Messi se ha convertido en un proveedor prolífico.