"Tengo 92 años y siento que si me voy me muero, porque la gente es buena y solidaria". Así sintetizó don Lorenzo Ardiaca el amor por este pueblo en el que se radicó en 1922 junto a su familia, cuando apenas tenía 7 años.
"Tengo 92 años y siento que si me voy me muero, porque la gente es buena y solidaria". Así sintetizó don Lorenzo Ardiaca el amor por este pueblo en el que se radicó en 1922 junto a su familia, cuando apenas tenía 7 años.
"Eramos de La Violeta, en Buenos Aires, y cuando llegamos, Bigand sólo tenía once años de existencia; había unas 50 casas, las calles eran de tierra y sólo había luces en las esquinas, que se apagaban a la una de la mañana", recordó este hombre al que los vecinos definen como "un personaje que es querido por todos".
Para Don Lorenzo, "Víctor Bigand hizo mucho por el pueblo. Con el tiempo también se avanzó y ahora está totalmente cambiado". Ardiaca fue peluquero y luego trabajó como telefonista hasta jubilarse. Una de sus pasiones es la música y aún despunta el vicio tocando el acordeón cuando lo invitan a alguna reunión.
"Cuando era joven integré algunas orquestas, pero ahora estoy grande y el cuerpo ya no me responde ", dice graciosamente don Lorenzo quien cuando cumplió 90 años fue homenajeado en el Club Independiente, un acontecimiento social que "me llenó de orgullo y nunca olvidaré", dijo.