Un escenario que invita a romper algún molde
Más allá de los resultados, Central mantuvo una postura rígida, algo que podría cambiar para reinventarse.

Jueves 20 de Septiembre de 2018

No es el mismo escenario en el que hoy está parado Central en relación al que estaba hace apenas un par de semanas. Dos derrotas consecutivas cambiaron gran parte de la escenografía que rodeaba al entonces puntero de la Superliga con aquellos primeros tres triunfos en cadena. En lo que hace a la identidad futbolística, el equipo del Patón Bauza ya la tiene más que internalizada, lo que debe buscar de aquí en más es la regularidad para empezar a definir justamente su capacidad como equipo. En el inicio de la competencia Central no era el mejor y ahora, después de los dos traspiés, tampoco es el peor. Pero lo que sí hizo fue manejarse siempre con un libreto determinado y ya quedó demostrado que en un par de ocasiones se le quemaron los papeles. Quizá se dependa demasiado (o se apueste a ello) de la salud favorable que pueda ir teniendo el equipo en medio del partido, pero si es así no suena lo más aconsejable.

Se habló tanto del orden en estos últimos meses que ya resulta tedioso cargar las tintas sobre lo mismo. Lo que ocurre es que Bauza es quien cada vez que puede hace referencia a esos famosos "41 goles en contra" y a "la 20ª posición" en el torneo anterior. Mientras los resultados aseguraron complicidad, en Arroyito todo fue color de rosas, pero después de un par de actos fallidos hay miradas que se dispersan, que ya intentan ir un poco más allá del orden establecido, queriendo saber qué capacidad tendrán el técnico y sus jugadores para recomponerse primero y dar un salto de calidad cualitativo después.

"A esta altura ya somos un equipo por demás de previsible, porque jugamos siempre de la misma forma y hasta venimos a la cancha sabiendo quiénes van a entrar y a salir", fue el razonamiento de un hincha en los pasillos del Gigante tras la derrota ante Defensa y Justicia que encontró eco en muchos otros.

Tal vez esa idea grafique esa necesidad de romper algún molde. Vale remitirse a las pruebas. Con Central ganando, Lioi siempre fue a la cancha por Carrizo, Lovera casi siempre por Camacho y Herrera por alguno de los delanteros. Pero con el equipo empatando o perdiendo las apuestas fueron siempre las mismas, a excepción de lo que ocurrió el lunes ante Defensa, cuando Miguel Barbieri tuvo que ir a la cancha por el lesionado Cabezas.

Ni para Central ni para cualquier equipo debe ser lo mismo buscar alguna variante, alguna alternativa que no sea con el condicionamiento del resultado. Pero hasta aquí el canalla buscó mantener un resultado, intentar romperlo o directamente darlo vuelta siempre con los mismos nombres.

Incluso en la conferencia pospartido Bauza fue consultado sobre las similitudes entre el choque frente a Racing y este ante Defensa y el propio entrenador fue quien dijo que "es imposible comparar" porque "en el fútbol argentino no hay dos partidos iguales". Desde ese punto de vista, con más razón se fortalece la idea de que hay ocasiones en las que se impone pasarse de la raya o apartarse en alguna medida del camino prefijado.

Claro que esto de los nombres en los cambios realizados durante el partido es apenas un ejemplo o un disparador de las cosas que le pueden estar pasando hoy al equipo. Lejos se está de pensar que eso fue el mayor problema o la principal razón de las dos derrotas sufridas.

Es más, esa obligación de volver a transitar el camino de las primeras fechas Bauza seguramente la transitará con su idea base. Ya en esa misma conferencia se le consultó sobre modificaciones que incluyan nombres, y hasta esquema, y su respuesta fue contundente respecto a que no cree que la situación amerite un nuevo trazo desde lo táctico.

Pero lo dicho, en los partidos en los que logró marcar la diferencia Central no se presentó como un equipo invencible o imposible de descifrar, ni ahora que ya todos saben cómo juega, amén de que hay un conocimiento mucho más acabado por parte de los rivales. Pese a ello, el nuevo escenario impone ciertas obligaciones a intentar una vuelta de tuerca en cuanto al juego para lograr reencontrarse con los buenos resultados. Y es allí donde quizá el equipo auriazul deba tomar algunos caminos por los que hasta aquí todavía no transitó. Tal vez sea el tiempo de romper algún molde.