Un tambo de Rufino fue el escenario de la más descarnada y vil explotación del hombre por el hombre. Una delegación del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores (Renatre) y de la delegación de Venado Tuerto de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), llevó adelante un operativo de rescate de un trabajador rural víctima de trata de persona con fines de explotación laboral en un tambo de Rufino. El peón se encuentra aislado en un hotel de Venado Tuerto. El patrón no lo tenía registrado como peón rural, le descontaba dinero de su magro sueldo en el caso de que se perdiera algún animal y hasta le cobraban los gastos de energía eléctrica entre otros atropellos hacia la condición humana.
El hombre que hoy tiene 32 años comenzó a trabajar en ese tambo hace unos veinte años. Es decir que era un niño de 12 años cuando comenzó su ardua tarea de peón rural y tras cartón en el tambo; una de las tareas más duras que puede realizar un trabajador. Obviamente que nunca fue enviado a la escuela ni mucho menos fue surtido de los implementos necesarios para llevar a cabo la tarea como por ejemplo la ropa apropiada para tan cruda tarea.
Un conocedor de estas cuestiones que suceden en el sur santafesino es el periodista de Sancti Spiritu, Hernán Gallego García, quien contó que el procedimiento “se realizó en un campo ubicado a pocos kilómetros de Rufino y que pertenence a la familia Rossi. Parece mentira que en 2020 se den episodios de explotación de esta naturaleza”.
En ese operativo estuvo el delegado de Renatre, Andrés Alasia, quien descargó su furia tras sostener que “este caso realmente duele, ya que la víctima manifestó que sufría amenazas, no recibía la atención médica aún con el patrón contagiado de coronavirus, y no se le permitía salir ni decir nada”. Como muestra basta un botón: una vez rescatado, el joven peón rural logró bañarse con agua caliente después de varios días y conoció por primera vez en su vida lo que es usar un perfume.
Entre otras aberraciones detectadas, “no estaba registrado como trabajador rural, tenía una jornada de trabajo diario que superaba el máximo de la actividad, sin días de descanso ni vacaciones. Sé le había hecho firmar un contrato abusivo siendo que el trabajador es analfabeto y por ejemplo le descontaban gastos de energía y gastos bancarios, pérdida de animales, etc”, detallaron desde RENATRE.
Juan Flaherty es oriundo de Diego de Alvear y cumple funciones de secretario en la delegación del sur de Santa en la Uatre que tiene su oficina en Venado Tuerto. “El trabajador que se llama Oscar Gamboa se encontraba muy mal cuando fuimos a hacer la inspección de rutina y más ahora con esto de la pandemia. Queríamos constatar que tengan los implementos necesarios para prevenir el contagio y no sólo que no tenía nada de eso, sino que prácticamente no tenía comida el compañero y hasta se puede decir que estaba privado de su libertad porque todas las tanqueras estaban con candados”, señaló.
Alasia además agregó que “tuvimos que actuar sumamente rápido, pero logramos que el dispositivo de rescate se produzca velozmente. Después de 20 años de trabajo, llevaba todas sus pertenencias en una mochila. Luego de los estudios médicos, se bañó con agua caliente y usó por primera vez en la vida un perfume aunque parezca mentira. Lamentablemente, seguimos detectando estos abusos tan dolorosos, pero nuestro objetivo es colaborar con la lucha contra la explotación laboral, el trabajo infantil y el trabajo precarizado”.
Abusos
Oscar Gamboa es analfabeto. Vaya a saber si por la inseguridad que le da esa situación o por el hecho de pasar casi toda su vida en la soledad y el ostracismo de la tarea rural es que su perfil es muy bajo. Es una persona muy sumisa e incapaz de reclamar algo. El patrón sigue siendo el patrón. Una especie de amo al que no lo va a desafiar nunca. De no ser por esa inspección realizada días atrás, es muy probable que su vida hubiera transcurrido sin decir una palabra, sin emitir una queja. En definitiva, sin incomodar al “patrón”.
Lo cierto y lo detectado es que “el empleador no le proveía ni la ropa de trabajo, ni elementos de protección sanitarios, ni acceso al agua potable, ni comida, lo mantenía amenazado ni le daba permiso para poder salir del campo. Asimismo, vivía dentro de la finca en una pequeña casa precaria sin revestimiento ni aislante térmico, ni artefacto para refrigerar, en un lugar de difícil acceso, donde ni siquiera disponía de las llaves para salir del lugar”, revela el informe de RENATRE.
Vivió desde los 12 años en ese campo con sus padres y sus hermanos pero de a pocos todos se fueron yendo y “quedamos mi viejo y yo”, contó Gamboa a La Tribuna del Sur. “El año pasado murió mi papá y lo hicieron laburar hasta el final. El tenía cáncer y lo hicieron trabajar hasta que se murió. Tres meses lo atendieron y le decían que no era nada. Cuando lo llevaron a Rosario le dijeron que ya era tarde, se murió de cáncer. Andaba con esa bolsita porque no podía orinar y trabajaba igual. Yo quiero que haya justicia por mi papá”.
Operativo rescate
Desde la entidad gremial sostienen que “a partir de una fiscalización realizado por la delegación del Renatre Santa Fe Sur, en conjunto con Uatre y el Ministerio de Trabajo de la Nación, el pasado 1 de septiembre, se constata la situación del trabajador y se hace la denuncia correspondiente a la línea 145 del Ministerio de Justicia, con aviso al Ministerio Público Fiscal de la Nación. Luego de realizar las denuncias y varias ampliaciones en Protex se le da intervención al Ministerio Público Fiscal de la Nación y luego a la Secretaría de DDHH de la provincia de Santa Fe”.
El día 6 de septiembre, personal de la delegación de Renatre Santa Fe Sur, junto a personal de Uatre y Gendarmería Nacional allanaron el establecimiento rural. Consecuentemente, se le da tratamiento del caso a la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Fe como autoridad de aplicación.
A partir de allí, otros organismos que intervienen en el caso son el Ministerio de Seguridad de Santa Fe, Policía de Investigación (PDI), Dirección de Protección de Derechos Civiles y Políticos, quienes otorgaron a la víctima el asesoramiento jurídico y asistencia psicológica, hospital, alojamiento, comida y ropa. Allí le realizaron un hisopado ya que el propietario del establecimiento rural donde trabajaba tiene Covid-19.
“El 11 de septiembre se produjo el rescate del trabajador rural y el Renatre le otorgará una prestación extraordinaria y será rápidamente incluido en el programa de Alfabetización rural. En la actualidad, el trabajador se encuentra contenido en un hotel de Venado Tuerto”, remarcaron desde la delegación de Renatre.