Secretos puntanos

El Parque Nacional Sierra de las Quijadas, el balneario natural de Santa Rosa de Conlara y las planicies y lagunas del sur sanluiseño son destinos muy visitados durante la temporada de verano, según informó la Secretaría de Turismo provincial. El organismo aseguró que el 60% de los turistas que arriban a la provincia visitan el balneario natural de Santa Rosa del Conlara, a 20 kilómetros de la ciudad capital, donde hay un yacimiento de fósiles prehistóricos de gran valor científico.

Santa Rosa de Conlara se caracteriza por tener un río que es uno de los pocos del hemisferio sur que corre de sur a norte, igual que el río Nilo, en Africa, y también por su gran potencial arqueológico, ya que en el cercano Bajo de Véliz se halló el fósil de la araña más grande del mundo.

Para los amantes del turismo alternativo, las planicies del sur y sus numerosas lagunas -unas 180-, ofrecen pequeños oasis donde se pescan grandes ejemplares de pejerrey, hay miradores para el avistaje de aves y se observan manadas de guanacos. La conjunción de agua, médanos y pastizales hacen del sureño paisaje sanluiseño el ámbito ideal para muchas otras actividades del turismo alternativo, como la caza menor en cotos; los safaris fotográficos; el turismo de estancias y el simple ocio.

La principal ciudad de este circuito, Villa Mercedes, a 95 kilómetros de la capital y segunda urbe provincial, es famosa por su Fiesta Nacional de la Calle Angosta -aquella que reza “de una vereda sola”-, es la puerta de acceso a las planicies del sur. Cerca de allí está el cerro El Morro, de origen volcánico, que posee senderos para trekking, y también el poblado San José del Morro, que posee una de las iglesias más antiguas de la región y un interesante museo de arte religioso.

Otro gran atractivo para los turistas es el Parque Nacional Sierra de las Quijadas, que fue refugio de gauchos matreros, un sitio de altos farallones, cornisas, acantilados y terrazas. La acción del viento, durante siglos, formó allí un magnífico anfiteatro natural de tonos rojizos, y la gran cantidad de quijadas de animales vacunos, que los pobladores hallaban en ese lugar, le dieron nombre a este parque de 150.000 hectáreas.