Los amantes del máximo relax y del disfrute pleno tienen en Puerto Rico un lugar
ideal. Sus playas, paisajes y las actividades urbanas son atractivos por donde se los mire. Pero
siempre hay un plus que vale la pena descubrir ya que no todos conocen ciertos pormenores; en este
caso ligados al golf y al arte culinario. Este es el momento de bucear en estas opciones que suman
satisfacción.
El golf viene creciendo en este lugar en el mundo que coquetea con el Caribe y
se va instalando como un atractivo más en la llamada "Isla del encanto", donde absolutamente todo
es sinónimo de placer. Más de 20 campos diseñados por profesionales se asientan entre las montañas
y bordean las paradisíacas playas. Y el clima tropical ideal hace posible jugar durante todo el
año.
Con el reciente éxito del Puerto Rico Open, de la Asociación de Profesionales
del Golf (PGA), la llegada de la organización Trump para desarrollar el Trump Internacional Golf
Club Puerto Rico y el inminente arribo de la Academia de Golf de David Leadbetter en Carolina, el
deporte está más fuerte que nunca.
Puerto Rico es perfecto para el jugador de golf ya que cuenta con 23 canchas, 17
de ellas de campeonato, diseñadas por las figuras más destacadas de esta disciplina. Tanto es así
que los profesionales del golf y los turistas están de acuerdo en que Puerto Rico tiene algunos de
los mejores campos de Latinoamérica y el Caribe.
Como en la isla todo es relax y placer, el amante de este deporte tiene un plus
de posibilidades. Antes o después de jugar puede disfrutar de ofertas turísticas adicionales como
el Viejo San Juan y sus pintorescas calles adoquinadas, el Bosque Nacional El Yunque, y una
aventura única remando en kayak en una de las tres bahías bioluminiscentes puertorriqueñas.
Open Tour
Del 17 al 23 de marzo pasado, el primer Puerto Rico Open del PGA Tour fue el
acontecimiento más importante del año. El torneo se llevó a cabo en el campo diseñado por Tom Kite
en el Trump Internacional Golf Club en Río Grande y atrajo a muchos de los mejores jugadores de
golf del mundo.
No obstante, si hay, entre tantas, una característica que distingue a Puerto
Rico es su comida, quizás no demasiado explorada aún. Un menú autóctono consiste en integrar carne
(vacuna, de cerdo o pollo) acompañada de arroz blanco y habichuelas rojas o rosadas en guiso. Todo
esto sin un aditamento clave: los tostones. Se trata de frituras de plátano verde en forma de
medallones. Muchos suelen decir que una vez que se prueba un tostón,las papas fritas se olvidan
para siempre.
En la comida predominan los guisos de carnes o aves y los arroces guisados, además del mofongo:
una bola de plátano frito plastado que puede rellenarse con langosta, camarones o pollo.