Atardecer en el lago
Es un privilegio si se llega a Copacabana durante el atardecer y la sensación de dormir a la
orilla del lago navegable más alto del mundo, 3.800 metros sobre el nivel del mar (msnm), es
inexplicable. Todo es calma. Dejarse transportar en una embarcación para recorrer algo de sus casi
200 kilómetros de extensión es muy reconfortante. Descender en la isla de la Luna donde vivían
doncellas que se dedicaban a adorarla es uno de los mejores ingresos que podemos tener hacia un
mundo originario absolutamente natural, donde lo sutil prevalecía en todos los órdenes. Donde la
naturaleza era venerada y tenida en cuenta para vivir según el mundo inca y aymara. Porque según
las leyendas, es precisamente desde el lago Titicaca donde se originan estos horizontes culturales
como el de Tiahuanacu y el legendario imperio Incaico, que van evolucionando y perfeccionándose
hasta la llegada del conquistador español.
La isla del Sol, astro considerado la máxima divinidad, es uno de los lugares más apreciados por
jóvenes del mundo entero para acampar cerca de templos construidos en piedra, adobe y excelente
arquitectura. El origen del lago se puede deducir de su contorno, es tectónico (debido al
hundimiento del terreno por el choque de placas) y también glaciar por la excavación del hielo.
Antiguamente tenía conexión con el mar, el efecto de arrastre de las glaciaciones fueron
purificando las aguas que aún conservan un porcentaje de salinidad. Está alimentado por ocho ríos y
es un límite natural entre Perú y Bolivia.
Custodios del lago
Es en aguas peruanas del Titicaca, perteneciente al departamento Puno, donde se encuentran mas
de 1.500 almas de la comunidad
de los Uros, verdaderos custodios del lago, que viven sobre 50 islas flotantes.
Aún conservan intactas las tradiciones, como lo hacían sus ancestros que provenían desde las
yungas. Dicen que esto pasó porque no fueron invadidos por los conquistadores al no tener joyas ni
oro.
Cada isla está conformada por seis o siete familias que son parte de una reserva
comunal. Tienen un alcalde elegido democráticamente, dos escuelas primarias construidas por los
adventistas y un centro médico. Son excelentes tejedores de la totora que es el elemento natural
que utilizan para construir islas, balsas, viviendas y artesanías. Además la parte blanda de esta
planta es muy nutritiva y los niños la chupan como una golosina. Siguen haciendo "chuño" que es una
antiquísima técnica de conservación de alimentos a través de la deshidratación.
Extraños habitantes
El turismo responsable es una muy buena fuente de ingresos y un atractivo modo de difundir su
cultura en el mundo. La Reserva además protege a más de treinta especies de aves, a la rana más
grande de la tierra (60 centímetros de largo con las patas extendidas), también a tres especies
endémicas de peces: carachi, suchi y upi (sardinas). También se cultivaron pejerreyes y
truchas.
En este lugar se celebran los solsticios, equinoccios y a la "Cocha Mama", que
es la Madre de las Aguas. Si uno busca palabras que puedan describir a estos hermanos andinos, es
sin dudas la dulzura y alegría que se percibe en el aire, en el lenguaje, en el canto de sus
mujeres y en el modo de tratar a la gente, y en los colores de la "wipala", enseña andina inspirada
en los colores del arco iris.
El ombligo del mundo
Desde Puno hacia El Cuzco que significa "el centro del mundo" el camino es maravilloso. El punto
más alto es Abra La Raya, donde muchos se paran a tomar fotos del singular cartel que marca los
4.300 msnm. La ruta va paralela a las vías y si se tiene la posibilidad de recorrerlo de noche con
luna llena, los perfiles de las montañas, el juego de sombras con el brillo de la nieve, el cielo
completamente lleno de estrellas y una buena música de fondo hacen imposible que uno se olvide de
ese trayecto.
Alojarse en el centro histórico del Cuzco y caminar por la Plaza de Armas rodeada de iglesias
del mejor estilo Barroco Americano, construidas por mestizos, levantadas sobre los templos y
palacios incas es comenzar a cuestionar al hombre y a la locura que provoca en él la ambición de
poder y riquezas. Es evocar épocas de resistencia y valor. Es escuchar la voz de Gabriel
Condorcanqui y su familia, que fueron muertos para que los demás escarmienten, para acallar voces
que no pudieron silenciar, porque todavía se sienten. Cada vez más fuerte, más alto.
Barrio de artistas
Otro deleite es recorrer las callecitas de San Blas, el barrio de los artistas. Visitar museos
hasta no saber a cual ir para que alcance el tiempo y tomar solcito en las escalinatas de la
Catedral. Emociona poder sentir el corazón que palpita fuerte porque uno está nada maá y nada menos
que en el Centro Espiritual de los Andes. Donde todos los habitantes del Tawantisuyo (cuatro
territorios que adoraban al sol) convergían al menos una vez en la vida a festejar el Inti Raymi,
la fiesta mayor.
Cusco era una capital de peregrinaje y sagrada porque los Incas se consideraban
descendientes divinos. Aprovechando la fuente laboral conjunta producían alimentos para su
población y crearon el más impresionante programa público de trabajo, organizando un estado que
deslumbra en todos los sentidos. El inca conquistaba a sus vecinos pero no destruía. Tomaban las
técnicas de las culturas que dominaban y las perfeccionaban, las mejoraban hasta llegar a la máxima
evolución.
Esto se puede comprobar al tomar contacto con el legado inca. Fueron grandes
arquitectos y urbanistas, utilizando desde métodos de encastre con inclinación hasta el uso de
herramientas como niveles, plomadas, cinceles hechos en piedras volcánicas, de origen meteóricas
(obsidiana) y aleaciones para erigir sus fortalezas, ciudades, calles, casas y recintos de
culto.
Mirando al sol
Todas las edificaciones incas se orientaban hacia la salida del sol y no fueron afectadas por
los terremotos porque estaban reflejando a sus hacedores, desde su contextura física hasta la forma
de vida que llevaban, bien parados, firmes, sencillos, sólidos, fuertes, con una buena base de
forma piramidal al igual que las montañas que los rodeaban. Todo estaba armónicamente integrado y
relacionado al paisaje.
Todavía existen vestigios de resistentes puentes colgantes hechos de paja brava,
canales, fuentes, terrazas y una compleja red vial de caminos como una gran telaraña de
aproximadamente 40.000 kilómetros extendiéndose desde el sur de Colombia hasta Mendoza
(Argentina).
Poseían conocimientos astronómicos, estratégicos militares, medicinales y
quirúrgicos (practicaban trepanaciones para operar heridas de guerra), eran muy hábiles escultores,
alfareros, ceramistas incluso trabajaban en miniaturas, especializándose en la técnica del burilado
(tallado) y del finísimo arte textil.
Supieron aprovechar el terreno adaptándose a los accidentes geográficos,
proyectaban centros experimentales de cultivos para aclimatarlos a las diferentes alturas. La
alimentación era de suma importancia para la resistencia física. Tenían bancos y depósitos de
semillas con más de 1.800 variedades de papas, quinoa y maíces; cultivaban la coca para usos
sociales, rituales, para consultas mágicas y como alimento rico en vitaminas, minerales, calcio,
fósforo y hierro.
Machu Pichu
Es en cada pueblito del Valle Sagrado, surcado por el río Urubamba, donde uno quisiera quedarse
a vivir porque cree haber encontrado "un lugar" en el mundo. Todo lo que se pueda decir sobre estos
lugares es poco. Es increíble la paz que se tiene en ellos y son un muestrario viviente del
concepto de cosmovisión andina. Detenerse en Pisac, en Ollantaytambo, en Chinchero o en Aguas
Calientes para luego dejarse conmover con Machu Pichu (montaña vieja) y el Huayna Pichu (montaña
joven) es alucinante.
Emergen de las profundas quebradas dos solitarias montañas y una ciudadela que
fueron designadas Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la Unesco. Aquí se yerguen las
más impresionantes obras incaicas que fueron preservadas porque a ellas nunca llegaron los
españoles y la selva se encargó de mantenerlas ocultas hasta que fueron redescubiertas de
casualidad por Hiram Bingham en 1911.
En cada sector, el agrícola y el urbano, se pueden apreciar que los incas
basaban su vida en la observación de la naturaleza y en la trilogía del Cielo, morada de los
Dioses, representada por el cóndor; de la Tierra, morada del hombre y todas las criaturas,
representada por el puma; y del Subsuelo, morada de los muertos, representada por la serpiente.
La llama, camélido americano también era sagrada y de su forma de andar y
descansar cada 25 kilómetros se inspiraron para crear el famoso sistema de postas que le permitían
traer pescado fresco desde el mar hasta la selva en tan sólo un día para satisfacer los deseos del
Soberano, entre otras importantes misiones que cumplían los mensajeros.
Su población no excedió los 1.000 habitantes y las relaciones humanas se basaban
en el amor; en el conocimiento y en el trabajo comunitario. La ubicación inaccesible de Machu
Pichu, su historia y su función continúan siendo un enigma para los investigadores y un paraíso
para los viajeros que miran con los ojos del alma.