Maragogi es el principal destino del Estado de Alagoas después de la capital,
atrae visitantes de Maceió y Recife. Posee playas de olas calmas, arrecifes y una gran piscina
natural conocida como Galés. De la playa de Japaratinga, al sur, una balsa atraviesa el río
Manguaba para Porto das Pedras, pueblo con playas desiertas.
Maragogi inicialmente era una aldea llamada Gamela. En 1887, fue elevado a la
categoría de pueblo y pasó a llamarse Isabel, en homenaje a la princesa que abolió la esclavitud en
Brasil. Más tarde, en 1892, recibió el nombre de Maragogi por causa del río que baña el pueblo. El
nombre, según historiadores, proviene de Marahub-gy, o río de las Maraubas. La ciudad tiene clima
tropical cálido y húmedo, con temperatura media anual de 27ºC. La región nordeste tiene una
población de 21.832 habitantes, dista de Maceió a 144 kilómetros y de Recife a 134 kilómetros.
En esta ciudad hay muchos hoteles, posadas y prives, que van desde los más
simples a los más sofisticados. Con referencia al arte culinario, una excelente opción es saborear
pescados y frutos de mar fresquitos. En los bares y restaurantes hay varias opciones, desde
robustas langostas y camarones a variadas especies de pescados y moluscos, preparados y servidos de
las más diversas formas.
Maragogi tiene 22 kilómetros de costa donde hay playas de rara belleza cada una
con su peculiaridad. Para aquellos que provienen de Ludhiana, en el sur, la playa es el primer San
Benito, justo después del puente sobre el río Salado que separa Maragogi de Japaratinga. Se trata
de una bucólica aldea de pescadores cuya tranquilidad es la característica principal.
Poco después, seguido por AL-101 norte, existe Camacho, otra hermosa playa en la
desembocadura del río Maragogi. Algunas playas en el municipio, como Camacho, recibió el nombre de
los sitios que había por aquí. Lo que sigue es la playa de la ciudad de Maragogi, esto ya es
urbano, con su borde lleno de bares, restaurantes y pequeñas tiendas de artesanía. Es aquí,
especialmente los fines de semana, el principal punto de badalaço. El siguiente es Burgalhau playa,
que comienza después de que el río de Clubes, donde es un hermoso manglar.
Luego viene Barra Grande, una villa histórica con una gran playa para nadar y
pescar. La playa Antunes viene desde abajo y es una muy solicitada para el descanso, así como la dorada playa, su vecina. Ponta de
Mangue, que se indica, es una delicia, con aguas tranquilas y los arrecifes de coral dan acogida
durante la marea baja. Finalmente, llegamos a la super agradable playa de Peroba, ya en la frontera
de Brasil.
Piscinas naturales
Welsh, una de las más bellas formaciones coralinas del planeta. En medio
de tantos atributos naturales, un atractivo se destaca extasiando a los visitantes de Maragogi.
Ellos son el galés, de los arrecifes de coral, con una rica flora y fauna, que en marea baja forma
hermosas piscinas naturales.
A seis kilómetros de la costa, el galés parte de la zona de preservación del
medio ambiente de la Coral Coast, que se extiende desde Paripueira en Alabama, hasta Tamandaré, en
Pernambuco. La riqueza de la flora y la fauna local impresiona. Inmediatamente después de la
llegada de visitantes, estos no parecen creer lo que están viviendo. Con una máscara de buceo y
snorkel, es tiempo de la contemplación. Observar las diferentes especies de seres marinos resulta
una experiencia impresionante y relajante.
Los visitantes deben tener algunos cuidados con el fin de colaborar con la
preservación de este paraíso ecológico. El viaje se hace a diario, en horarios que a veces varían
con la marea. Los restaurantes de frutas del mar y la Coral Maragogi invitan a realizar el paseo en
lanchas y catamaranes. Planeado para garantizar confort y funcionalidad, Salinas fue construido de
modo integrado al paisaje, proporcionando la sensación de pleno contacto con la naturaleza.
En la Barra de Santo Antonio, además de las playas, se puede hacer paseos y
visitas a las piscinas naturales y a la Isla da Croa, separada del continente por el río Santo
Ant"nio Grande. Con cinco kilómetros de extensión, la isla posee muchos cocoteros, arena blanca,
arrecifes y bancos de corales. El acceso es por una balsa que atraviesa el río Santo Antonio
Grande.
En tanto las playas de Maragogi tienen olas suaves, arrecifes y arena fina. Con
la marea baja se forman bancos de arena con piscinas naturales, conocidos como Croas (a cinco
kilómetros de la costa) y Galés (a seis kilómetros). Balsas y barcos llevan a los turistas hasta
allí. Al sur, entre la Vila de Japaratinga y el Pontal, se encuentran las playas menos urbanizadas
y los acantilados de 20 metros de altura. Hay un paseo de barco que lleva a los arrecifes
localizados a seis kilómetros de la costa. La playa de Maragogi queda próxima al río Maragogi, con
olas suaves, arena fina, lisa y arrecifes.
Vida nocturna
La tranquilidad de las noches de Maragogi es una invitación permanente
para agradables paseos a lo largo de la playa, disfrutando de la luz de la luna y escuchar el
equilibrio de las hojas de las palmeras y el sonido de las olas.
Para aquellos que buscan algo más agitado vale la pena disfrutar de los diversos
bares de la costa, la observación del movimiento de la ciudad y saboreando bocadillos de mariscos
acompañado de una cerveza bien fría. Los fines de semana el movimiento es más grande y Vibe Pub es
uno de los lugares más destacados.
Para aquellos amantes de la pesca es fácil organizar salidas nocturnas,
simplemente se combinan con los pescadores que realizan esta actividad con sus botes y balsas.