El paraíso existe. Se llama Beach Park. Tiene unos 170 mil metros cuadrados.
Está en Brasil. Más precisamente en Fortaleza. Un lugar donde hasta el diablo descansa y Dios se
divierte. Porque se trata de una combinación justa entre las bondades de la naturaleza y la
infraestructura creada por el hombre. Un complejo con dos hoteles resorts y el parque acuático más
grande de Latinoamérica se elevan en la costa del mar como un imán turístico difícil de imitar. Y
digno de visitar por la familia.
Por algo no es casualidad que aquellos que conocen las entrañas brasileñas
sostengan que allí, en esa tierra a tres grados de la línea del Ecuador, esté lo mejor del vecino
país. Cuando los 22 kilómetros hacia el este que separan a Fortaleza del Beach Park comienzan a
transitarse, entre las dunas asoman las primeras características de un lugar en el que se mezclan
los colores que bien podrían surgir de una gran paleta para plasmar la mejor pintura. Las palmeras,
la blanca arena, el mar, que pasa del verde esmeralda al azul como si fuera un camaleón, y los
inmensos juegos que emergen del parque acuático adelantan lo que será un tiempo complicado de
igualar.
Ingresar al Beach Park Suites Resort, inaugurado en 1996, o acceder al hall de
recepción del Acqua Resort, recientemente habilitado, permiten anticipar que allí hay espacio para
todo, menos para el estrés. Dos hoteles que cuentan con un amplio despliegue de habitaciones y
apartamentos, que en total suman más de 400, constituyen un emprendimiento al que se le añade una
iniciativa inmobiliaria que apunta a extender la capacidad de residencia.
Estos hoteles tienen la particular virtud de contar con la infraestructura
adecuada para que los padres descansen y los chicos se diviertan. Porque más allá del admirable
parque acuático, también cada resort cuenta con espacios exclusivos de recreación, y lo que es aún
más importante: una legión de instructores que acompañan y cuidan a los "locos bajitos" en cada una
de las actividades.
Programa recreativo
En este sentido, personal especializado se encarga de la diagramación y
desarrollo de un programa recreativo para niños de todas las edades y adolescentes, además de
disponer del servicio de baby setter. Las piscinas, de irregulares formas y con bares en su
interior, aparecen en perspectiva con el mar, dándole al paisaje una continuidad perfecta de agua y
arena.
Dicha fisonomía que invita a la relajación eterna se completa con un río interno
artificial, por el cual navegan gomones circulares que transportan a los huéspedes hasta el parque
acuático enclavado entre ambos hoteles. Una vez alojados, los huéspedes son provistos de tres
tarjetas muy bien diferenciadas: una para ingresar al apartamento o habitación, otra para canjear
por toallas cada vez que se concurra a la playa, a la piscina o al parque acuático, y una tercera
que funciona como carta de débito, razón por la cual se transita dentro del complejo sin necesidad
de portar dinero u otra forma de pago.
La estructura hotelera se completa con todo lo previsible en un resort de estas
características: restaurantes internos y de playa, complejo deportivo, gimnasio, spa, sauna, sala
de internet y centros de convenciones. Incluso lugares de masajes ubicados próximo al mar. En todo
su conjunto el complejo de Beach Park reúne una planta de 1.000 empleados aproximadamente, quienes
utilizan diferentes uniformes según la función que cumplen, lo que permite una rápida orientación
para el huésped ante las diferentes inquietudes.
En 1985 un restaurante de playa se instalaba a 22 kilómetros de Fortaleza,
transitando por la ruta del Sol Naciente. El lugar ofrecía una majestuosa combinación de agua,
arena y palmeras.
Debido al éxito de concurrencia y para dotar de algún entretenimiento para
grandes y chicos, tres años más tarde deciden colocar tres toboganes de agua.
Sin saber que en ese preciso instante los dueños de entonces daban el paso
inicial a la creación de uno de los veinte mayores parques acuáticos del mundo: el Aqua Park. Hoy
se trata de un gigante de 54 mil metros cuadrados, del cual siete mil son espejos de agua, por
donde transitan más de 2.500 visitantes por día, teniendo como récord la asistencia de 6.600
personas en una jornada.
Promocionado como una garantía de diversión, publicidad fácilmente comprobable
cuando apenas se traspasa la puerta de acceso, el Aqua Park propone una variada serie de juegos
difíciles de contabilizar. "Siempre estamos trabajando en la planificación de un nuevo juego, algo
que se produce a menudo. El último fue el del balde gigante", explicó Murilo Pascual, gerente
general de todo el complejo, haciendo alusión a un balde hidráulico elevado que vuelca cada diez
minutos unos 1.800 litros de agua por vez mientras los chicos y grandes corren para ubicarse debajo
y disfrutar de la gran cascada, todo en el marco de un gran show acuático.
No obstante la diversidad de juegos acuáticos que existen para todas las edades,
el que genera más adrenalina con sólo observarlo es el "Insano", un tobogán que genera respeto,
mucho respeto, por su magnitud, pero fundamentalmente por su altura. El Insano, la figura colosal
del Aqua Park, es el tobogán acuático más veloz del mundo, condición que le hizo un lugar en el
libro Guiness. Sí. Es sólo para valientes. Tiene una altura de 41 metros, equivalente a un edificio
de 14 pisos. La caída libre a lo largo de su longitud se produce entre cuatro y cinco segundos,
desarrollando la persona una velocidad de hasta 105 kilómetros por hora.
Pero los osados son muchos, tantos que tras la primera sensación reinciden en el
lanzamiento. Por eso, quien inicia su diversión por el Insano, todo lo demás le resultará un juego
de niños, aunque vale destacar que por las diferentes características los distintos juegos generan
una experiencia inolvidable. Y cada uno tiene su nombre: Kalafrío, Sarcófago, Enigma de la Esfinge,
Atlantis, Las Serpientes, Isla del Tesoro, Arca de Noé, Aquabismo, Maremoto, Corriente Encatada,
entre otros.
En buenas manos
Los chicos también tienen un enorme espacio del parque acuático dedicado para
ellos, donde se entretienen bajo la atenta mirada de los instructores.
Con relación al índice de accidentes, en cuanto a los juegos es prácticamente
inexistente explicó Pascual, el gerente general, y si bien existe un centro médico en el predio,
indicó que los casos de asistencia "son por lesiones menores que se deben a las caídas que se
producen porque los chicos corren en los lugares no permitidos y se resbalan".
En fin, Beach Park es el paraíso terrenal. Allí donde el cansancio no tiene cabida porque el
confort y el placer lo dejaron sin espacio.
Futbolero
Thiago es uno de los barman que atiende en la barra de la piscina, quien al
enterarse de que el visitante era de Rosario no dudó en afirmar que era torcedor de Corinthians,
para luego aseverar su admiración por Germán Herrera, el ex delantero Central. "Tévez y Herrera, o
mais grande", dijo.