En los poco más de 150 kilómetros de largo y 50 de ancho que ocupa la isla de Puerto Rico se sintetizan todos los atributos del Caribe: playas, selva, color, gente amigable y cosmopolita, montañas, clima y un mar de aguas claras, pero también, por las calles de su capital, San Juan, sigue viva la impronta de la época colonial de América Latina, todas características que la convierten en una de las joyas más preciadas de la región.
"La isla es pequeña, pero con una diversidad de atractivos turísticos muy importante, empezando por la capital, una ciudad bien cosmopolita con su parte histórica, el viejo San Juan, que es como caminar 500 años de historia al aire libre, con sus calles adoquinadas y el pintoresco estilo colonial español", contó Cristian Cejas, representante de la Compañía de Turismo de Puerto Rico (ente oficial de la isla) para el Cono Sur.
Las fachadas de las casas, los edificios históricos y los fuertes, como el San Felipe del Morro, o el Castillo San Cristóbal, considerada la fortificación más grande construida por España en el Nuevo Mundo y declarado Patrimonio de la Humanidad, hacen que recorrer la ciudad sea una experiencia histórica inigualable.
"Todo lo que es la región central, de oeste a este, está atravesado por un cordón montañoso, entonces tenemos que el paisaje del centro es muy diferente del de la costa, y hablamos de 50 kilómetros nada más, con lo cual si salís de San Juan en 15 o 20 minutos ya vas a ver montañas, otro paisaje totalmente diferente", precisó Cejas.
Es en el centro del archipiélago donde se encuentra el parque ecoturístico de Toro Verde con el "zip line" (tirolesa) más largo del mundo EM_DASHcon un cable de 2,5 kilómetrosEM_DASH bautizada como "El Monstruo"; una experiencia única que se inicia en un puente colgante de 47 metros de largo y 10 metros de alto.
Puerto Rico cuenta además con los suficientes recursos naturales para ser un destino de turismo aventura y de naturaleza único en la región, como por ejemplo el bosque subtropical pluvial El Yunque, donde la gran cantidad de precipitaciones anuales producen espectaculares cascadas que se cuelan entre los senderos.
Y un caribe sin playas no sería tal,y en ese sentido, Puerto Rico puede mostrar al mundo un abanico de 360 grados alrededor de toda la isla, como Culebra, considerada una las cinco mejores playas a nivel mundial. Otra de las playas para visitar es la Isla Verde, en la zona metropolitana, una larga medialuna de arenas doradas frente a las aguas del océano Atlántico ubicada a sólo cinco minutos del aeropuerto internacional, mientras que los amantes del surf pueden optar por las playas de Aguadilla, en la zona oeste, lugar conocido como "El Jardín del Atlántico".
Y para quienes prefieren la tranquilidad, lejos de las multitudes, la mejor opción es la Isla de Mona, ubicada a cuatro o cinco horas en bote desde la costa oeste de la isla, que conocida como la Galápagos del Caribe, por su variada y abundante vida silvestre.
Por otra parte, Puerto Rico ofrece uno de los espectáculos naturales más maravillosos e increíbles del mundo en bahía Mosquito, en la isla de Vieques: la bahía Bioluminiscente, un fenómeno en el que el agua se ilumina de forma natural por efecto de los microorganismos. "Es una excursión con un efecto impresionante que se hace de noche, en kayak u otro tipo de embarcaciones. En esta bahía de mangle los microorganismos, que se llaman dinoflagelados, tienen como modo de defensa expulsar la luz que absorben durante el día lo que vuelve al agua fosforescente. En el mundo hay seis bahías como éstas, y tres están en Puerto Rico", destacó Cejas.
Al ser un estado libre asociado a los Estados Unidos, en la isla están presentes todas las grandes marcas que se encuentran en los mall o shoppings, como el Premium Outlet —donde los descuentos a veces alcanzan hasta el 85%—; el Ruta 66; el San Juan; y el Plaza de las Américas, considerado el más grande del Caribe, lo que hace de Puerto Rico un destino especial para el turismo de compras.
Otro de los mercados es el de cruceros, con recorridos que salen desde Puerto Rico, en los que se puede conocer gran parte de las bellezas naturales de la isla, disfrutar de su animada vida nocturna, degustar su variada gastronomía rica en fusiones —americana, europea, asiática y propia de la región—, o bien realizar un paseo de compras.
Un segmento turístico en pleno crecimiento es del mercado LGBT, en especial después de la aprobación por parte de la Suprema Corte de los Estados Unidos de la ley de matrimonio igualitario. "Puerto Rico es uno de los destinos más gay friendly del Caribe, con una aceptación total por parte de la comunidad y una red hotelera dirigida a ese mercado en todos los niveles, como los establecimientos con weddding planes (casamientos) para parejas del mismo sexo.
Respecto del turismo de reuniones, la isla cuenta con el centro de convenciones más grande y avanzado tecnológicamente del Caribe —más de 55.000 metros cuadrados—, donde se pueden realizar eventos de hasta 16.000 personas.
Para arribar a la isla —no hay vuelos directos desde la Argentina— se llega vía Panamá con la aerolínea Copa, o vía Bogotá con Avianca, opciones que permiten hacer migraciones directamente en la isla, o bien con aerolíneas de los Estados Unidos.
Sobre todos estos atractivos —y tantos más que exceden la simple crónica— Cristian Cejas destacó "la hospitalidad y cordialidad de la gente", cualidad que también subrayan quienes tuvieron la fortuna de visitarla.
Finalmente, destacó: "Todo el año es bueno para visitarnos porque cada época tiene su encanto. Pasar el Año Nuevo en Puerto Rico siempre es muy divertido, al estilo caribeño, con las parrandas de Navidad, que es muy extensa —como todos los años duran una semana, finalizando el día de reyes—; o las fiestas de la noche de San Juan en junio, que es temporada baja; o bien la fiesta de San Sebastián en enero. Siempre hay algo que festejar".