La visita a Perú del británico Tim Jones incluyó el traslado a Machu Pichu en un
elegante tren, una habitación a pocos metros de la ciudadela inca y un hotel con sistema de
enriquecimiento de oxígeno en Cusco para contrarrestar el mal de altura, entre otros lujos. A
diferencia del turista promedio, que gasta unos 1.100 dólares durante su estadía en Perú, Jones
decidió elevar considerablemente la suma para disfrutar mejores servicios, tal como lo hace un
número cada vez mayor de personas tras la elección de Machu Picchu como una de las nuevas Siete
Maravillas del Mundo.
En los últimos meses, la región Cusco, ubicada a más de
3.000 metros sobre el nivel del mar, ha recibido la visita de ricos y famosos como el magnate Bill
Gates y la actriz Cameron Diaz, quienes participaron en ceremonias andinas tradicionales.
"Ninguno de nosotros había estado en América del Sur antes y Perú parecía un
país muy interesante", dijo Jones, de 48 años, mientras esperaba que le sirvieran la cena en el
lujoso tren que cubre la ruta Machu Picchu-Cusco y veía como el paisaje variaba de selva a montes
andinos.
"En conjunto hay una buena relación calidad-precio", añadió
Jones. Machu Picchu, un conjunto de viviendas, prisiones y centros ceremoniales hechos de rocas,
ubicado en Cusco, fue elegido en julio del año pasado como una de las nuevas Siete Maravillas del
Mundo, junto a Chichén Itzá en México y la estatua del Cristo Redentor en Brasil, entre otras.
"Perú es un poco más barato de lo que normalmente gastamos, pero al mismo tiempo
hay buenos hoteles de cinco estrellas y el nivel al que estamos acostumbrados", dijo por su parte
Jim Swain, de 57 años, quien llegó al país andino desde América del Norte. "La experiencia que
estamos teniendo acá es estupenda", añadió, mientras un arco iris aparecía tras la lluvia en Machu
Picchu.
Calidad, no cantidad
Perú espera este año la llegada de dos millones de turistas, por encima de los
1,8 millones que arribaron en 2007. Pero, más que el incremento en la cantidad de visitantes, el
país andino está dirigiendo sus esfuerzos a aumentar el número de turistas acostumbrados a invertir
mayores sumas de dinero en satisfacer sus antojos.
Orient Express, que opera dos hoteles en Cusco y el exclusivo tren Hiram
Bingham, ofrece a turistas servicios que van desde masajes andinos, reiki, shiatzu, aromaterapia,
baños con velas, sales aromáticas y hojas de coca, así como la organización de rituales de pago a
la tierra.
"No es que nos neguemos a la visita de los mochileros. El
mochilero de hoy es el turista de lujo de mañana, pero hemos orientado mucho nuestras campañas en
turismo focalizado a usuarios de lujo", dijo la ministra de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes
Aráoz.
El chileno Luis Claro es una de las personas a las que se
refiere la ministra. Tras visitar Perú hace unos 27 años como mochilero, viajó esta semana en el
tren más costoso a Machu Picchu junto a su esposa y se hospedó en uno de los mejores hoteles en
Cusco.
"Hay que saber que cantidad no es calidad. Nosotros queremos lograr un
equilibrio entre una cantidad importante con una calidad importante", dijo por su parte la
directora de Turismo de la estatal Promperú, Mara Seminario.
La economía peruana creció el año pasado un 8,99 por
ciento, impulsada por sectores vinculados a la demanda interna como la construcción y
manufactura.
Pese a ello, aproximadamente un 44,5 por ciento de los peruanos vive en la
pobreza. Según el Gobierno, el turismo representa ingresos de unos dos mil millones de dólares
anuales.
"La elección de Machu Picchu como maravilla era un objetivo a alcanzar, el verdadero objetivo
que nosotros tenemos de manera global es que el turismo sea una actividad que permita
descentralización y desarrollo en las regiones", dijo la directora de Turismo de la estatal
Promperú ,Mara Seminario.