La provincia de Córdoba tiene importantes destinos turísticos como Villa Carlos
Paz, Mina Clavero, Santa Rosa de Calamuchita o Villa General Belgrano, por nombrar algunos, pero
también tiene pintorescos y tranquilos lugares donde la naturaleza es la reina madre. Cerros,
arroyos, quebradas, bosques de pinos y abedules, y una importante variedad faunística son el
atractivo principal de La Cumbrecita, el pueblo más alto de la provincia y el único peatonal de la
Argentina, ideal para endurecer piernas y glúteos con sólo recorrerlo unos días.
El pueblo tiene una rica historia de origen alemán, y su simpático y particular
estilo de construcción, la han constituido en un atractivo especial para los visitantes, que ni
bien llegan al pueblo deben dejar sus automóviles en una gran playa de estacionamiento o pueden
llegar hasta sus cabañas u hoteles. Desde ese momento sólo se ve gente caminando o a caballo.
La Cascada. Imponente salto de agua sobre el arroyo Almbach, de unos 14 metros de
altura. En su base forma un pequeño balneario de agua transparente y muy fresca. Es el lugar ideal
para los clavadistas y nadadores ya que tiene una profundidad de cinco metros. Se accede únicamente
por la senda peatonal que nace a partir de la hostería Khustall, donde hay un sendero que serpentea
por un encantador bosque de pinos, atravesando puentecitos y vertientes que dan vida a helechos y
hongos serranos.
La Fuente. Monumento histórico y atractivo paseo dentro del bosque de La
Cumbrecita. Realizada en madera de lapacho en 1942, como regalo de cumpleaños del fundador del
pueblo. La romántica fuente cuenta con una campana que se hacía sonar como alarma en caso de
incendio o emergencia. Actualmente el monumento se mantiene intacto como homenaje a los
fundadores.
El Castillo. Original construcción, ideada por Erwing Müller a principios de la
década del 40. Fue realizada con sus manos junto al lugareño Rito Merlo, se caracteriza por los
símbolos y escudos grabados en la madera de su amoblamiento y en la piedra de sus paredes.
Plaza de ajedrez. En el centro geográfico de La Cumbrecita se encuentra la plaza
de Ajedrez, construida por idea y esfuerzo de Julio Diesemberg, un antiguo inmigrante alemán. La
plaza se usa para partidas y cuenta con un gran tablero construido como piso y sus piezas son
verdaderas obras de arte de la herrería y hojalatería de la zona.
El Indio. Es un buen punto panorámico desde donde se puede apreciar en toda su
plenitud el Valle de Calamuchita y La Cumbrecita. Al lugar se llega tras una caminata de algo más
de media hora, todo en ascenso. Su nombre deriva de la semejanza de una roca a la cabeza de un
indio.
Lago de las Truchas. Desde el puente por la calle principal Cabjolsky, en su
primera bifurcación se gira a la derecha y siguiendo por la calle Liesbeth, unos 400 metros, se
encuentra un cartel de color blanco donde hay que girar hacia la derecha, bajando por la calle
Hornero unos 20 metros, donde comienza el sendero que lleva a este impactante lugar donde está el
pequeño lago de agua transparente que deja apreciar las truchas.
El bosque de los sueños
Bosque de Abedules. Bordeando por la derecha la Casa de te Liesbeth, se llega a un
majestuoso bosque de abedules, el más importante de la región. En primavera seduce con su follaje
verde y sus troncos plateados, y durante el otoño se convierte en el bosque soñado por los
románticos, con su espesa capa de hojas y la cálida entrada de la luz del sol entre sus ramas.
La Capilla. La diminuta capilla, abierta a todas las religiones, fue construida en
1967. Tiene capacidad para 45 personas y sus puertas se abren para los oficios religiosos. Fuera de
estos días, sólo se accede con la autorización especial de sus encargados, aunque en temporada
turística está abierta por la tarde.
Paseo Alto. Saliendo desde el puente a 100 metros, por la izquierda comienza la
calle Loempel, donde se encuentra el primer cartel color blanco para acceder al paseo. Subiendo la
calle unos 1.000 metros, desde donde se puede disfrutar (al este) de una excelente vista al Valle
de Calamuchita, y con buena visibilidad se puede ver Embalse Río III y el Dique Los Molinos. Hacia
el oeste se disfrutará de las Sierras Grandes con todos sus valles y quebradas. Para regresar se
puede utilizar el sendero del Cóndor, bordeando por la derecha el Cementerio de La Cumbrecita
(privado), también por este descenso se puede obtener una espectacular vista panorámica.
La Olla. Desde el puente de la calle principal, tomar la primera bifurcación a la
derecha por calle Liesbeth, siguiendo los carteles color verde hasta llegar al final, donde se
encuentra un cartel al principio del sendero que lo lleva a esta maravillosa olla natural en el
arroyo Almbach. El Vallecito de Abedul, la Cascada Escondida, Puesto el Duraznito y La Lagunita son
algunos de los lugares que tiene La Cumbrecita para sorprender al visitante.
La noche
La Cumbrecita no se caracteriza por tener una gran actividad nocturna. Salvo
unos pocos restaurantes, parrillas y pubs ofrecen sus bondades. Pero hay un lugar que no se puede
dejar de visitar. Es el restaurante La Roc-K, donde "el Tano Daniel" deleita a los comensales con
sus temas de rock nacional, de Serrat y Sabina, entre otros autores. Este porteño, ex jugador de
fútbol y afincado en La Cumbrecita desde hace 21 años logró con el esfuerzo de su esposa y sus
hijos construir un pintoresco lugar cuya especialidad son los platos con carnes de ciervos y
salmónidos.
Además de ser el dueño del restaurante, relaciones públicas y el cantante
principal del show, el Tano es el encargado de traer y llevar a los comensales a sus cabañas en su
impecable camioneta 4x4. Todo un personaje si los hay.