Victoria.— Localidades entrerrianas como General Ramírez, Nogoyá, Crespo y
Lucas González están conmovidas ante los rumores sobre un supuesto acuerdo entre la Nación y la
Provincia para que en esas ciudades se realicen obras públicas a cambio de que allí se radiquen
familias indigentes provenientes de la Capital Federal.
La versión, desmentida en reiteradas oportunidades por los intendentes de esas
ciudades, despertó una verdadera ola de prejuicios y expresiones discriminatorias entre vecinos que
temen perder la tranquilidad pueblerina y que haya "secuestros y robos a mano armada". Incluso,
hubo quienes atribuyeron recientes delitos a autores foráneos, para reforzar esas
manifestaciones.
Como si se tratara de una peste y sin que mediara anuncio oficial alguno al
respecto, todos repiten —aunque sin certezas— que el gobierno nacional habría condicionado la ayuda
a la provincia —y ésta a los municipios— para que, a cambio de obras o dinero, alojen en sus
pueblos a familias que serían erradicadas de villas miseria de Buenos Aires, como la Villa 31 de
Retiro.
En Ramírez hasta se maneja el rumor de que, de las 60 viviendas sociales que se
prevé construir, 10 serían adjudicadas a indigentes de ese barrio porteño a cambio de 25 cuadras de
asfalto.
"No hay nadie bueno en esa villa", juzgó el presidente del Centro Comercial de
Ramírez, Ramón Chaparro, quien reconoció que no conoce a ninguno de sus habitantes pero "ya pasó en
el sur del país, donde llevaron a esta gente".
Por las dudas, los vecinos ramirenses piensan organizar una suerte de asamblea
popular y, si es necesario, armar barricadas que impidan la posible radicación de los porteños.
Psicosis. La ola de miedo se expandió a partir de una publicación en un
semanario de Crespo y en otros medios digitales provinciales.
"Así comenzó la psicosis. Reconozco que cada uno armó su propia versión. Como
entidad no podemos alentar a hacer una asamblea hasta tanto no tengamos la palabra del intendente",
dijo Jorge Massutti, secretario del ente comercial ramirense.
Lo cierto es que a esta altura muchos vecinos ya asocian esto con hechos
delictivos registrados últimamente en la zona los que serían cometidos por foráneos. "Tenemos miedo
de que, si viene a vivir esta gente (en referencia a los habitantes de la Villa 31), comiencen los
secuestros", dijo el secretario del centro mercantil. "Nuestro pueblo es todavía muy ingenuo. Acá
la gente grande que no puede ir a cobrar sus haberes al banco, le pide a algún vecino, porque hay
mucha confianza", ejemplificó Massutti.
Desmentida. "En dos o tres ocasiones salí a desmentir este tema; debe ser alguna
picardía de algún vivo o vivos que largaron esta información, pero para nada es cierto", afirmó el
intendente de General Ramírez, Daniel Kramer.
"Menos aún que el gobierno nacional o provincial nos haya llamado para que a
cambio de obras se nos pida el compromiso de traer esta gente (de las villas) a la ciudad, tal como
pasaba en Crespo y Nogoyá (y Lucas González), donde también los intendentes debieron salir a
desmentir", acotó el jefe comunal.