Hacer visible eso que nadie quiere ver es el trabajo que desde hace más de dos décadas empuja la artista plástica Fabiana Imola desde sus talleres. "Nadie quiere ver la locura", dijo la rosarina en 2014 cuando ya llevaba 15 años de trabajo en el Hospital Colonia Psiquiátrica de Oliveros. Ahora, desde el espacio que coordina en el Servicio de Salud Mental del Hospital Eva Perón y con el envión de la dirección del efector, para quienes son parte de "El Chalet" (como se conoce popularmente al servicio), dieron un paso más: la creación del Pasaje del Arte, que funciona en el primer piso del hospital. Allí los pacientes que participan de los talleres de producción encuentran un lugar donde exponer sus obras, "algo que no resulta nada fácil, pero que sobre todo los constituye como autores, además de pacientes, y tiene efectos clínicos en sus procesos", destacó Imola.
El proyecto "es inédito y de vanguardia", dijo Imola sin dudar cuando habla del "espacio expositivo" con el que cuentan usuarios del taller del Servicio de Salud Mental del Eva Perón y artistas en el viejo edificio de Granadero Baigorria. Un lugar que nace del servicio, pero que además busca tender lazos hacia el resto de la comunidad.
"Pasamos de tener paredes llenas de pegatina a un espacio expositivo en un hospital público, donde la prioridad es la producción de subjetividad que se genera en los talleres. Es un nuevo camino y sobre todo un proyecto que se enlaza fuertemente en el trabajo con los pacientes con la idea de autor, de pensarse como sujetos autores y tener ahí un lugar donde mostrar esa producción", explicó la artista plástica.
Imola lleva casi 25 años trabajando en talleres de arte con pacientes de los servicios de salud mental. Lo hizo en Oliveros mientras fue un hospital monovalente y lo continuó cuando a partir de la aprobación de la nueva ley de salud mental se comenzó a trabajar a partir de un nuevo paradigma, la construcción de lazos con el exterior y la externación de pacientes.
"La creatividad es un trabajo importante con los participantes, pero sobre todo es central trabajar la condición de sujeto autor a través de esa creatividad y del arte que produce, porque entonces aparece otra mirada que no es solo la de la patología que padece, y eso tiene efectos clínicos sobre los pacientes", continuó Imola.
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La artista plástica rosarina Fabiana Imola (última a la derecha) junto a las autoridades del hospital que impulsaron el espacio expositivo.
Que en ese contexto exista además un lugar donde puedan mostrar su obra y lo que hacen, es igual de importante. "Que haya dónde mostrar es fundamental, porque para nadie que produce es lo mismo acumular su obra en un rincón que poder mostrarla y vincularse de ese modo con una exterioridad", afirmó.
Un impulso colectivo
Aunque la propuesta tenga su génesis en el Servicio de Salud Mental y en el espacio del taller, hubo desde allí mismo y desde la dirección un envión para que el proyecto se concretara y tomara forma. Uno de ellos fue el propio director del efector, Tomás Diez, y otro el psiquiatra Alejandro Daniele, que además de médico, es pintor.
"La idea se fue construyendo colectivamente", dijo el director, que lleva 22 años en el hospital, fundamentalmente en la unidad de cuidados intensivos y que no deja de desconocer que la estructura que habitan es "un edificio antiguo que, de a poco, hay que pensar en ir aggiornando a las nuevas necesidades, que comenzamos pintando y colocando señalética y donde también hay lugar para estos proyectos".
Diez recalcó que los pacientes que concurren al servicio de salud mental actualmente "son generalmente jóvenes que llegan con la autoestima muy lastimada y que al verlos exponer sus trabajos emocionados, siendo protagonistas, cuando siempre fueron como se suele decir el último orejón del tarro, es verdaderamente disrruptivo".
Además de los espacios de producción de arte, El Chalet trabaja por estos días con otras propuestas de encuentro: talleres de radio y caminatas todos los viernes.
Y si bien ya lleva años de funcionamiento, como sucede en la mayoría de los servicios de salud mental, el incremento de la demanda se viene haciendo notar.
"Tanto por la situación en general en la previa de la pandemia de Covid como en la pospandemia, el incremento del número de pacientes se viene notando mucho en el último tiempo", remarcó Diez.
Tender lazos
"Hay una decena de artistas y pacientes participando en las obras que se exhiben en estos días de inauguración, Nahuel Quiroga, Juan De Mendoza, Brian Ramallo y Daniele, pero la idea es que sea un espacio abierto, donde vengan con propuestas y puedan venir muchos más", dijo Imola sobre la propuesta que se abre con El Pasaje como galería de arte permanente.
"Pasaje habla de estos corrimientos, hay un fuerte significado de lo que queremos", afirmó. E hizo hincapié además en que se trata de un espacio abierto a toda la comunidad y a las propuestas para tender puentes entre el servicio y otros espacios, sean artísticos o comunitarios.
"Nosotros queremos que funcione como galería permanente, ahora con estas obras, pero estamos abiertos a propuestas de gente que le interese mostrar su trabajo, sumarse y así ir generando cambios de curaduría", destacó Imola, que desde El Chalet lleva adelante su labor junto a psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales y residentes.
Hacer visible lo que hace hacia adentro del taller y al mismo tiempo "abrir las posibilidades de la exterioridad para trabajar con otres", señaló la artista. Esos son los puntos clave de este paso dado desde el hospital. "El correrse posibilita estas cosas, estos pasajes: hay muchos lugares que pueden transformarse en espacios de arte, ahora tenemos uno nuevo y su nombre, "Pasaje", justamente dice mucho de lo que queremos", concluyó.