La movida persigue un objetivo político claro: despegar al gobernador de cualquier ilícito que pudiera haber cometido Sain. Y, de paso, conocer de primera mano una causa enjabonada sobre la que abundan más las versiones que los hechos procesales. Sin embargo, la instrucción de Perotti al Fiscal de Estado de la provincia, Rubén Weder, abre una serie de interrogantes.
Por ejemplo, ¿el juez que tome la causa va a aceptar como querellantes a quiénes podrían resultar imputados si hay indicios de que la responsabilidad política no se agotaba en Sain? Otro: ¿Cómo quedaría parado el gobierno si el magistrado rechaza el pedido? A esas preguntas, que tendrán respuesta en un futuro inmediato, se suman algunas curiosidades de la decisión del gobernador.
Los fiscales Mariela jiménez y Ezequiel Hernández, a cargo de la espinosa causa sobre espionaje ilegal
Una de ellas es el desacople entre la magnitud de la decisión, la intervención en una causa en la que se investigan hechos gravísimos que, por supuesto, deberán ser demostrados por los fiscales, y la comunicación minimalista de la Casa Gris. No hubo conferencia de prensa, ni siquiera un comunicado, en la que algún funcionario de alto rango del gobierno -el secretario de Justicia, Gabriel Somaglia, o la ministra de Gobierno, Celia Arena- explicara la decisión. Sólo circuló un archivo pdf con el decreto firmado por Perotti y Arena. Ante esto, en varios campamentos peronistas optaron por desensillar hasta que la administración Perotti fije voceros propios y una línea sobre el tema, y deslizaron varias críticas hacia el gobernador.
“Le das entidad”, “sumás confusión”, “en lugar de que se diluya la ponés en el centro de la discusión”, sostienen varios caciques del PJ santafesino que vienen acumulando facturas desde hace dos años.
El protagonismo que tuvo Sain en el primer año de gestión del peronismo después de largos doce años en el llano, entienden varios dirigentes, reveló "una gran improvisación en la estrategia política", que dejó como balance beneficios nulos y costos altísimos, sobre todo al interior del PJ. “Esto nos arrastra a todos”, admite un referente de una organización nacional del Frente de Todos.
Renovación
En el último tiempo, Perotti intentó reconstruir algunos puentes. No son pocos los que ven en la llegada del experimentado Carlos Bermúdez al gabinete como secretario de Comunicación Social como una tregua, o al menos un intento de coexistencia pacífica, con el bloque de senadores de Armando Traferri, después de una escalada en la que perdieron todos.
No obstante, en varios búnkers justicialistas creen que Perotti “ya renunció a contener a todos los sectores del peronismo” y que no cambiará un estilo de conducción que califican como “muy cerrado”. “Ya no hay tiempo para que todos los sectores cabalguen en la misma sintonía”, dicen.
https://twitter.com/marcelo_sain/status/1481252856728535046
Ante esto, se abren dos escenarios para 2023. Uno, improbable, es una lista única que contenga a todas las tribus. El otro, casi seguro, es una primaria, en la que se definirán candidaturas y correlaciones de fuerzas internas.
Aunque para las elecciones falta una eternidad, varios dirigentes importantes del PJ de la provincia deslizan que algunos liderazgos clave de la última década del peronismo santafesino -Perotti, Agustín Rossi, María Eugenia Bielsa- pueden estar en un cuarto menguante de su carrera política y que es tiempo de “trasvasamiento generacional”. Una renovación tanto de caras como de ideas.
De todos modos, esa apuesta de oxigenación enfrenta al menos dos obstáculos. Uno es que el peronismo no tiene, al menos hoy, una figura joven que exprese a la vez una candidatura potente y la posibilidad de abrir un nuevo ciclo de liderazgo en el PJ santafesino.
En su corta carrera política, Marcelo Lewandowski se mostró como un candidato potente -le ganó a dos peso pesado como Mónica Fein y el Chivo Rossi- y exhibió un perfil atractivo para llegar a distintos públicos, pero no obra milagros: el año pasado, la debacle del Frente de Todos también lo arrastró al periodista deportivo, que perdió por ocho puntos con la debutante Carolina Losada. Tampoco aparece como un conductor capaz de ordenar por sí solo el rompecabezas del justicialismo de la provincia.
El segundo inconveniente es que no hay futuro para nadie si la gestión no despega. La declaración de emergencia agropecuaria marcó el intento de dar respuesta rápida a un sector clave para la economía de la provincia y con el que el peronismo santafesino, a diferencia del cordobés, no termina de reconciliarse después del conflicto por la resolución 125.
A eso se suma que en el terreno donde Perotti construyó su candidatura, la seguridad, no aparecieron ni siquiera brotes verdes.
Las definiciones políticas son todavía más complejas porque todos se mueven en distintos tableros. Un ejemplo: si el peronismo lee que la provincia está perdida y Lewandowski decide jugar por la intendencia de Rosario, ¿Qué hará Pablo Javkin? ¿Buscará dar el salto a la provincia, donde el premio puede ser mayor, pero donde debería ganar una interna de final abierto? ¿O irá por la reelección en la intendencia?
Mientras tanto, en la UCR setean su GPS para 2023 con dos grandes coordenadas: que la gestión Perotti seguirá estancada, y que la fuerza gravitacional del frente de frentes será imposible de resistir por el Partido Socialista, que deberá elegir -según el cálculo de los radicales- entre encabezar una opción testimonial o ser socio de una coalición menos pura ideológicamente.
Juntos por el Cambio traza su estrategia para 2023, cuando esperan repetir la foto del triunfo. Foto: Leonardo Vincenti / La Capital
Fragilidad
No obstante, tanto las gestiones como las estratagemas políticas de unos y otros se montan sobre un escenario económico y social frágil, que pende como un jenga tambaleante del acuerdo que logren Alberto Fernández y Martín Guzmán con el Fondo Monetario Internacional.
Esta semana, Santiago Cafiero se trajo el apoyo del ala política del gobierno de Joe Biden, que tiene como principales prioridades de política exterior contener el avance de Rusia en Ucrania y, sobre todo, desnivelar a su favor la pulseada global con China. Justamente, Rusia y China serán los destinos que visitará Fernández en febrero.
El canciller Santiago Cafiero se reunió con su par de EEUU, Antony Blinken, quien expresó el apoyo de la administración Biden en la negociación con el FMI
La última carta de Cristina Fernández de Kirchner, dirigida sobre todo al núcleo duro del Frente de Todos, dejó dos ideas fuerza: no hay otra alternativa que pagarle al Fondo, y las dificultades del gobierno son producto de la herencia macrista.
Mientras el gobierno intenta trabajosamente cerrar el frente externo, en los últimos días en el radar del Frente de Todos señales inquietantes en dos áreas sensibles para la gobernabilidad: el dólar y la calle. El blue trepó a los 220 pesos y movimientos sociales oficialistas convocarán a una marcha a la Plaza de Mayo la próxima semana contra “el ajuste que quiere imponer el FMI”, un mensaje tanto para el organismo multilateral como para el propio gobierno.