La edición de libros sobre música ha crecido considerablemente en los últimos años. Basta entrar a cualquier librería para comprobar que estos libros tienen su propio espacio, bien identificable, e incluso llegan a las vidrieras. Pueden ser autobiografías (como las que han publicado leyendas como Keith Richards, Elton John o Bruce Springsteen), bios de los más diversos grupos o solistas, compilados de entrevistas, análisis histórico, ensayos o crítica. Es un subgénero editorial que ha encontrado un público específico y que también se enriqueció con los diferentes enfoques que aportaron sus autores, desde músicos y periodistas hasta musicólogos e historiadores. Tal es así que en la Argentina existen editoriales que se dedican exclusivamente a producir libros sobre música. Y han logrado mantenerse en el tiempo, a pesar de los vaivenes ecónomicos del país. Los sellos porteños Gourmet Musical, Vademécum y Piloto de Tormenta se jugaron de lleno por esta tendencia, publicando a autores de diversas provincias y abarcando distintos géneros, aunque el rock argentino es el que se lleva la mayoría de las páginas.
Gourmet Musical tiene una larga trayectoria y cuenta con 87 libros publicados. En su catálogo hay títulos de jazz, blues, tango y música contemporánea. Pero los nombres propios del rock resaltan: Charly García, Luis Alberto Spinetta, Andrés Calamaro, Fito Páez y los Redondos, entre muchos otros. Hay libros que analizan escenas (“Cemento, el semillero del rock” y “Más o menos bien: el indie argentino en el rock post Cromañón”, ambos de Nicolás Igarzábal) o que cruzan música con contexto político (“Satisfaction en la Esma: Música y sonido durante la dictadura”, de Abel Gilbert). También hay espacio para el rock anglo (“Vendiendo Inglaterra por una libra. Una historia social del rock progresivo británico”, de Norberto Cambiasso, que va por su cuarta edición) y para la colección “Por qué escuchamos a...”, de autores varios, que desmenuza las obras de David Bowie, Stevie Wonder, Lou Reed y Led Zeppelin, entre otros.
La editorial nació en 2005 por una necesidad muy básica: su fundador, Leandro Donozo (que había trabajado en revistas como Pelo y La García, y en la investigación más académica sobre música) no encontraba quién le publicara su primer libro, “Diccionario bibliográfico de la música argentina”. “En Argentina no había mucha práctica de publicación de libros de musicología”, contó Donozo a La Capital. “Además mi trabajo me había dado contactos con gente muy interesante que no tenía la posibilidad de publicar en formato de libro. Entonces decidí empezar un sello para publicar mi libro y poder publicar otros libros sobre música con un perfil, en cuanto a temas y enfoques, diferente de lo que se conseguía en ese momento en el mercado”, explicó.
Desde un principio Gourmet Musical significó un enorme desafío. “Yo me di cuenta que no había editoriales que se dedicaran a editar exclusivamente libros de música. Había libros y distintas colecciones, pero no una editorial”, dijo Donozo. “Cuando yo iba a las librerías y pedía libros sobre música me decían que no tenían. Y sí tenían, pero estaban todos separados y desparramados. No era «un tema» la música dentro de los libros. Había libros para fans, con muchas fotos y unos pocos datos. Entonces lo difícil es que había y todavía hay que comunicar eso: que queremos sacar libros de música para gente que lea libros, con la misma seriedad que se lee de política o sobre historia del arte. Ahora uno va a una librería y hay una sección o una mesa que dice «Música» y hay muchos libros. Eso fue un trabajo de muchos años, de insistir, de buscar la forma de hacer otro tipo de libros de música en cuanto a los temas, los enfoques y la forma de promoverlos. Había que crear un público para esos libros. Porque no son libros condescendientes ni fáciles. Nosotros no sacamos libros con las mejores anécdotas de Charly García. Sacamos uno sobre las alegorías en las letras de García. Eso no significa que no sean libros gratos o amenos. De hecho ese fue el libro más vendido de la editorial”, afirmó.
Así es. “Charly en el país de las alegorías. Un viaje por las letras de Charly García”, de Mara Favoretto, es el título más vendido de Gourmet, seguido por “Cemento, el semillero del rock”, “Vendiendo Inglaterra por una libra”, “Cómo vino la mano. Orígenes del rock argentino” (de Miguel Grinberg), “Xul Solar, un músico visual” (de Cintia Cristiá) y “En contra de la música. Herramientas para pensar, comprender y vivir las músicas” (del musicólogo peruano Julio Mendívil). Como se ve, el abanico de temas es muy amplio. “Tenemos distribución en todo el país, estamos en cadenas y en librerías pequeñas, librerías online y algunas disquerías”, contó el director de la editorial. “Poco a poco el público nos va descubriendo: vemos que los libros se usan en materias de grado o posgrado de carreras de acá y de otros países, vemos fotos de gente que los está leyendo en la playa, o gente que te dice «me lo regalaron para las fiestas o para mi cumpleaños». Además hay disquerías que se interesan en tener los libros porque se dan cuenta que leer también ayuda a descubrir más música”, señaló.
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El sello Gourmet Musical se destaca por la variedad de su catálogo.
En otro plano, con un catálogo más pequeño, la editorial Piloto de Tormenta viene trabajando desde 2007 con libros y autores de la cultura rock tanto de Argentina como de otros países sudamericanos. “Somos el under del under”, dice entre risas su fundador, Pablo Pérez Ferrajuolo, que es periodista y músico. Pérez Ferrajuolo (bajista de la banda Chillan las Bestias) viene del under de los 90, donde circulaban muchos músicos, escritores y periodistas, algunos de los cuales escribían en las míticas revistas Revolver y Esculpiendo Milagros. Uno de ellos era Daniel Flores, actual director de Rolling Stone. “Dani vino con la propuesta de hacer el libro «Derrumbando la Casa Rosada», con la historia del punk argentino entre 1976 y 1986. Ahí escribió, entre otros, Pat Pietrafesa, la ex líder de She Devils. Y así nació Piloto de Tormenta, con la idea de publicar obras de no escritores que pertenezcan al ambiente cultural urbano del rock. Más adelante sacamos «La cara del ángel», la novela de Pedro Dalton (líder de la banda uruguaya Buenos Muchachos), que es tremendamente rockera. Y después editamos a Sr Flavio (Flavio Cianciarulo, de los Cadillacs), que llegó con el libro de terror «Surfer Calavera»”, relató.
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"Derrumbando la Casa Rosada", el puntapié de Piloto de Tormenta.
El caballito de batalla de Piloto de Tormenta es la trilogía conformada por los libros “Derrumbando la Casa Rosada”, “La manera correcta de gritar. Ska y 2-Tone en la Argentina” y “Gente que no. Postpunks, darks y otros iconoclastas del under porteño en los 80”. En su catálogo además figuran “Uno, dos, ultraviolento: la historia de Los Violadores”, de Esteban Cavanna, y “Vinílico: discos que marcaron vidas”, de Maxi Martina. “También tenemos nouvelles de ficción o no ficción con espíritu rockero”, agregó Ferrajuolo, y anticipó que el mes que viene se editarán “Zona sur”, del periodista Pablo Strozza, y “Aún yo te recuerdo. Crónicas fotográficas de Ricky Espinosa”, de Fabián García.
“Nuestra principal dificultad fue convertir una obra rudimentaria en un producto”, dijo el editor y músico. “Yo pago derechos de autor y nuestros libros se venden en librerías y en la página web de la editorial. El tema es la distribución y los tiempos de pago, entrar en ese círculo del profesionalismo, y además mantener el libro de buena calidad. Todos nuestros libros tienen corrección y edición de tapa, está respetado cada lugar y cada proceso por separado. La intención siempre fue mantener ese nivel”, afirmó.
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"Gente que no", una radiografía del under porteño de los 80.
Con un estilo similar al de Gourmet Musical, la editorial Vademécum se lanzó en 2017 (es la más nueva en el rubro) y fue sumando libros dedicados a Charly García, Spinetta, Virus, Soda Stereo y 2 Minutos, entre otros. El sello suena familiar por estos lares porque editó dos libros firmados por el periodista rosarino Diego Giordano: “Uniendo fisuras. «Signos» y la consagración continental de Soda Stereo” y el reciente “Los trenes ya no vuelven más. El primer disco de Punto G y el final de los 80 en Rosario”.
El fundador de Vademécum, Roque Di Pietro, trabajó durante años en Magendra (la editorial de las revistas Pelo y Metal), y en 2002 sacó la primera edición en Argentina de “Razones locas”, la biografía de Eduardo Mateo escrita por Guilherme de Alencar Pinto. “Después de la bio de Mateo quería sacar varios libros más, pero eso quedó trunco. Recién 15 años después, en 2017, con la cuarta edición de «Razones locas», arranqué con la editorial con libros concentrados en determinados discos”, contó. “El primero fue el libro de Martín Zariello sobre «Yendo de la cama al living», y después salió el de Martín Graziano sobre el disco de Invisible «El jardín de los presentes». La idea era hacer libros sobre discos, pero después eso se fue ampliando”, puntualizó.
En 2018, el director de Vademécum lanzó su propio libro, “Esta noche toca Charly. Un viaje por los recitales de Charly García”, que curiosamente se editó por otro sello, por Gourmet Musical. “Me parecía necesario que haya un vector externo. Yo no podía ser mi propio editor. Además son dos volúmenes que suman como 1.500 páginas. Es un riesgo editarlo. De hecho yo no lo publicaría”, acotó entre risas. Para Di Pietro ese riesgo siempre está presente, porque el principal desafío es “encontrar lectores”. “A mí me interesa leer cualquier cosa relacionada a la música, más allá de que consuma o no determinado género. Pero no sé si a todo el mundo le pasa lo mismo”, observó.
El último lanzamiento de la editorial, “Pozoguerrilleroirascible”, la biografía de Don Cornelio y La Zona firmada por Santiago Segura, resultó un éxito: en tan sólo 20 días agotó su primera edición. Otros libros que funcionaron bien en ventas fueron “Tigres en la lluvia. La aventura de Invisible” (de Martín Graziano), el primer volumen de “Luisito” (de Jorge Kasparian) y “15 años de entrevista con Charly” (de Daniel Riera y Fernando Sánchez).
¿Por qué se vienen editando tantos libros de rock en los últimos años? ¿Es un mercado recién descubierto? ¿Es simplemente una moda? ¿Se da porque el rock ya tiene más pasado que presente y futuro y ha entrado en una etapa revisionista y nostálgica?
“Una razón es la desaparición de muchas revistas de rock”, contestó enseguida Roque Di Pietro. “Los medios gráficos sobre música desaparecieron. La única revista que queda es Rolling Stone, y no sé en qué condiciones. Los suplementos tampoco existen. ¿Quién iba a pensar que no iba a existir más el Sí de Clarín, por ejemplo? Los lectores de las revistas y suplementos, y los periodistas y escritores que llevaban sus notas a esos lugares, se trasladaron a los libros. De alguna manera hubo una transferencia de recursos de la prensa a los libros”, explicó.
Para Ferrajuolo, en cambio, “hay una suerte de moda y también hay pluma para eso. Hay gente que escribe muy bien en el ambiente del rock. Y es muy cierto que el rock tiene más pasado que presente y futuro. Hay un revisionismo, no hay duda. Existe un interés genuino por bucear en el pasado, algo que también se nota en la vuelta del vinilo”, observó.
El director de Gourmet, Leandro Donozo, fue un poco más allá y ensayó otra explicación. “Hoy tenemos al alcance de la mano toda la música del mundo y de la historia: hoy podemos escuchar en las plataformas desde canto gregoriano hasta toda la historia del rock o algo que grabó anoche alguien en su casa o la música de un DJ que vive en Islandia. Entonces se crea una necesidad de curaduría y de guía mucho más urgente. Ahí los libros cumplen una función. Hoy toda la información y la data está en Internet. El libro cumple una función diferente donde tenés otra temporalidad para pensar las cosas, otro nivel de perspectiva y también de detalle. El libro de cierta forma reemplaza algunas funciones que tenía la prensa e incorpora otras que la prensa era difícil que pudiera cumplir”, remató.