La Municipalidad anunció la licitación de 500 chapas de taxis y desde el vamos dejó en claro que por lo menos la mitad de esas licencias serán para mujeres. Mujeres que reclaman igualdad en el acceso al mercado laboral, igualdad en la adjudicación de los permisos para conducir servicios públicos, mujeres que son único sostén de familia y que, como muestran los indicadores oficiales, tienen una participación en mercado laboral que está 21 puntos por debajo de los varones.
Esas ya son todas buenas razones para que desde la gestión se les allane el camino, pero no son las únicas que hacen del anuncio una buena noticia. Del otro lado están las razones del resto de las mujeres: las que esperan taxis durante la noche cuando salen con amigas o a primera hora de la mañana para ir a trabajar, las que tuvieron miedo más de una vez, las que fueron acosadas o sufrieron violencia, las casi 200 mil que en Rosario ya son usuarias de la aplicación She Taxi y buscan así no correr riesgos, tener un viaje seguro y no ser víctimas de violencias.
Las razones de quienes conducen taxis son de por sí sólidas y las desigualdades son manifiestas en el servicio de taxis, así como en el transporte urbano; allí las mujeres son minoría y no porque no haya mujeres con carné que las habilite. Eso no es más que un reflejo de las desigualdades del mercado laboral para con las mujeres y de la sobrecarga en las tareas de cuidado. Todo ya sabido, pero no por eso menos necesario repetirlo.
En números absolutos, de los 1.632 choferes que hoy tiene el transporte urbano solo diez son mujeres, una proporción que no alcanza un dígito del total. En el servicio de taxis, de 13.840 trabajadores habilitados para conducir las unidades, 13.074 son varones y apenas son 766 mujeres, menos del 6 por ciento.
No es que las mujeres no cuenten con el capital suficiente para adquirir un vehículo y poder hacerse cargo de la licencia, ya que, de hecho, las cifras que las propias taxistas acercaron al Concejo Municipal mostraron que el 82 por ciento de quienes aspiran a una licencia cuentan con esos recursos y, es más, el 67 por ciento de ellas lo reclama porque es único sostén de familia.
Del otro lado del mostrador
Lo que sucedió con la aplicación She Taxi desde su aparición como la primera herramienta que garantiza a las mujeres que el vehículo que utilicen sea conducido por otra mujer, agrega argumentos y fundamentos a la hora de decidir otorgar nuevas chapas de taxi a mujeres.
La aplicación que surgió en Rosario en 2017 no tardó en expandirse no solo dentro de las fronteras de la ciudad, sino que incluso la experiencia se replicó en Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Tucumán, San Juan, Salta, Mendoza y Río Cuarto, sumando un total de más de 900 conductoras adheridas al servicio.
Solo en Rosario, desde 2017 a 2021 los viajes se incrementaron de algo más de 42.600 en el primer año a más de 425 mil en 2019 en la previa de la pandemia, más de 494 mil en 2020 en plena pandemia y más de 345 mil en la primera mitad de este año.
Ese es el otro lado del mostrador, que hace que más mujeres en los taxis sea una buena noticia para las mujeres que usan taxis: las 200 mil usuarias de la aplicación, pero también las otras que quizá no la incorporaron a su cotidianidad, pero que se alivian cuando encuentran una conductora mujer. Porque son muchas las que cada vez que tienen que transitar la ciudad, tienen miedo.