En una de las esquinas del barrio Refinería se alza un inmueble que exhibe un cartel con el número 1922. A 100 años de su construccón, la actual locataria abrió sus puertas a La Capital para contar la historia detrás de esta propiedad que empezó siendo una ferretería y hoy se presenta como casa de té estilo inglesa, con una propuesta que incluye desde meriendas hasta “cenas patrias” a puertas cerradas y lectura del tarot.
Fue justamente la vistosa esquina donde se encuentra ubicada lo que motivó a María Gabriela Migoni a interesarse por la propiedad y contactarse con sus dueños para alquilarla. Así, en el 2010 inauguró “La Dama de la Tertulia”, un espacio inspirado en las casonas de Inglaterra y con una propuesta singular para sus visitantes. Se trata del llamado “Té de Reinas”, una merienda especial en vajilla de porcelana que va acompañada de un té único en el mundo, elaborado por un "Tea Blender", y opciones dulces y saladas como sándwiches, tostadas de pan de campo y pastelería.
“Un grupo de personas que años atrás apostamos a este barrio con el propósito de levantar una movida de tipo ‘bohemia…” “Un grupo de personas que años atrás apostamos a este barrio con el propósito de levantar una movida de tipo ‘bohemia…”
“Yo no conocía a los dueños pero logré contactarme y plantearles mi interés por alquilar la propiedad para poner un negocio. En ese entonces todos me decían que estaba loca, que nadie iba a ir porque era una zona muy poco explotada, pero la apertura del shopping le dio movimiento a toda esta parte de la ciudad y no fui la única en confiar”, remarcó Migoni, quien agregó que apenas poco tiempo antes había inaugurado el restaurante Refinería, uno de los emblemas del barrio en gastronomía.
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En la esquina del pasaje Santa María de Oro y calle Corvalán está la centenaria construcción de Refinería que alberga el bar de estilo inglés.
Un pedazo de historia
El inmueble que hoy aloja a La Dama de la Tertulia tuvo su apertura en el año 1922 bajo el nombre de almacén Monforte, un almacén de ramos generales como se llamaba a los espacios que comercializaban artículos de diversos rubros, desde comida y bebidas, hasta productos de bazar, textiles y de limpieza. Eran comercios centrales en la vida del barrio y punto de encuentro entre vecinos que asistían para hacer gran parte de sus compras. Sin embargo, tras su momento de apogeo vino el cierre y Migoni remarcó que fueron muchos años los que se mantuvo cerrado al público.
Antes de abrir La Dama de la Tertulia, la emprendedora se encontraba al frente de Galpón 520, un local de decoración en calle Corvalán, frente a lo que en su momento era el edificio de la ex Algodonera (hoy los Condos de Refinería). Acostumbrada a caminar todos los días por la zona, a Migoni siempre le llamó la atención la vieja fachada en la ochava de Corvalán y el pasaje Santa María de Oro que quedaba a solo dos cuadras de su trabajo, con un estilo que le hacía recordar a negocios de ciudades como París y Londres.
“Yo siempre había querido tener una casa de té, entonces cuando surgió la oportunidad de alquilar la propiedad no lo pensé y me decidí a abrir esta propuesta. Si bien soy decoradora de interiores ya había tenido locales gastronómicos y experiencia en el sector así que armé todo desde cero e invitando gente para que conociera el lugar, siempre tratando de apostar a lo original", señaló Migoni, quien se crió desde muy chica en un ambiente de artistas y escritores e intentó replicar un pedazo de su historia en este espacio, ambientándolo con un estilo que define como “vintage” e intentando recuperar “la onda de antaño".
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Gabriela Migoni, emprendedora rosarina, mentora de La Dama de la Tertulia.
De esta forma, la emprendedora siempre trabajó con especial atención la ambientación del lugar por el cual pasaron personalidades como Ludovica Squirru, Maru Botana y Mariana Dumas, quien fue esposa del reconocido Gato Dumas.
Y es que a lo largo de los años, La Dama de la Tertulia logró imponer su impronta particular para destacarse entre la oferta de bares de la ciudad, ofreciendo siempre experiencias diferentes. Desde entregar coloridos sombreros a los clientes para que se saquen fotos y así emular a los escenarios de otras épocas, hasta contar con lectura de tarot para los más místicos, organizar ferias, muestras de arte y cenas “de pasos” a puertas cerradas.
Aunque este año, por ser el año del centenario Migoni llevó adelante una nueva movida que fue la de organizar cenas patrias en efemérides clave como fue el Día de la Independencia el 9 de julio o en vísperas del 17 de agosto en honor al libertador San Martín, con un evento que contó con ropa intervenida por la dueña con el escudo nacional bordado a mano.
“Se decoró todo el local como en aquellos tiempos y a la luz de las velas. También se realizaron eventos con actores caracterizados para la fecha que se conmemoraba entonces cuando las personas ingresaban de repente se transportaban al 1816 o al primer triunvirato de 1811. La verdad es que siempre me entusiasmo haciendo cosas nuevas, me gusta que en este espacio sucedan cosas mágicas”, expresó.
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Tertulias patrias en Refinería.
Fuente: Ig: La Dama de la Tertulia
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Tertulias patrias en Refinería.
Cambio de cara
Refinería es una zona que fue cambiando su morfología urbana a lo largo de los últimos años con la llegada del área conocida como Puerto Norte, la cual fue expandiéndose a un costado del barrio con la construcción de modernos edificios y un álgido desarrollo comercial que tomó como modelo de inspiración a Puerto Madero en Buenos Aires. Sin embargo, Refinería resistió el paso del tiempo y si bien fue ampliando su oferta gastronómica de la mano de restaurantes, mantiene negocios con tradición popular y casas antiguas.
"Hubo un grupo de personas que años atrás apostamos a este barrio con el propósito de levantar una movida de tipo ‘bohemia’, un lugar donde prevalecía un espíritu de época. Lo que me sedujo de la zona y de esta propiedad en particular es que la gente tenía que llegar para encontrarla, perderse entre las calles hasta dar con el sitio, significaba toda una aventura. Esa magia se fue perdiendo a lo largo del tiempo, pero todavía prevalece su impronta clásica y distintiva”, consideró Migoni.
La emprendedora asistió a todo este cambio destacando lo positivo que tiene el arribo de nuevos desarrollos, ya que, en sus palabras, la gente ahora conoce mejor la zona o se interesa más por recorrer Puerto Norte y, de esta forma, descubre lugares por fuera del circuito comercial. Además de su espacio, conviven otros grandes símbolos del barrio como Club Fosse, un teatro concert con una estética similar a la de los viejos cabarets que funciona desde el 2008 y con cuya dueña Gabriela mantiene una relación muy cercana.
“Le doy la bienvenida a todos los que llegan, desde las nuevas franquicias hasta bares, comercios, todo lo que genere movimiento es bien aceptado y es verdad que los que estamos acá hace rato también nos sentimos más acompañados. Viene mucha gente de Buenos Aires y también turistas”, sostuvo Migoni, quien además se refirió a la pandemia y a como, aún en momentos de tristeza, logró salir adelante con el servicio de delivery y confeccionando sombreros de papel que enviaba a los hogares para que la gente los recibiera.
“Traté de llevar alegría a las casas, la gente recibía los sombreros y se sacaba fotos que luego me mandaba y yo las subía a redes sociales. Así, a pesar de este contexto tan difícil, logré mantener el espíritu de La Dama intacto y eso me hizo muy feliz”, concluyó.