El titular fue que Lisandro Cavatorta había hecho una elección enorme al Concejo Municipal, pero al mirar los números fríos arroja que a pesar de contar con todo el aparato estatal de la provincia detrás y un alto grado de conocimiento por su pasado televisivo, reunió casi la misma cantidad de votos que los peronistas Roberto Sukerman en 2017 y Eduardo Toniolli en 2019: entre 111 y 114 mil.
Lo que varió y marcó la paridad con Ciro Seisas fue en realidad que el Frente Progresista hizo su segunda peor elección de los últimos diez años, en un duro contexto para los oficialismos que también sufrieron el provincial y el nacional, y cayendo siete puntos desde los últimos comicios en los que llevó a Susana Rueda como candidata, de 156 mil a 116 mil.
Fue una elección a concejales sin dudas muy pareja, con cinco fuerzas en una suerte de empate con solo 7 puntos de distancia entre el primero y el último, y un ganador que reunió poco más de 23. La primera sensación es que los partidos tradicionales apostaron a figuras conocidas para ganar las PASO (Seisas, Cavatorta y Ana Laura Martínez) con piso alto y techo bajo, que fueron incapaces de sumar más allá de eso.
No hubo claros ganadores, pero todos tuvieron algo para festejar, ya que los cinco ganaron escuelas y muchísimas mesas, con un reparto de tres bancas para el primero, segundo y tercero, y dos para el cuarto y para el quinto.
Así lo refleja un trabajo de análisis realizado por Lavih Abraham, economista del Mirador de Actualidad del Trabajo y la Economía, que recopiló las votaciones de los últimos 10 años en Rosario. El relevamiento muestra que el FPCyS hizo una mala elección el domingo, solo empeorada por la de 2017 (91 mil votos), que ganó el PRO cómodamente con 207 mil sufragios e ingresando seis concejales.
“Si bien ganó de todos modos, no tiene ganada la ciudad ni detenta la hegemonía a la que acostumbraba esa fuerza en sus mejores momentos”, explicó el docente de la Universidad Nacional de Rosario. En 2011, la misma alianza entre socialistas y radicales había cosechado 162 mil votos, que bajó a 146 mil en 2013, otra vez a 124 mil en 2015, y a 91 mil en 2017. Hoy manda en el macrocentro y en toda la franja del Río hasta La Florida.
Las otras fuerzas
“El Frente de Todos hizo una gran elección en términos relativos, consolidándose en los barrios y muy cerca de ganar, y mejoró los números por cuarta elección consecutiva: 15 por ciento en 2015 (84 mil), 20 por ciento en 2017 (114 mil), 21 por ciento en 2019 (110 mil) y 22,5 por ciento en 2021 (111 mil)”, aportó Abraham. Así y todo, no creció con respecto a elecciones anteriores en número de votos, pero ganó otra vez en casi todos los barrios periféricos. Su mejor performance de la década fue en 2011, con 121 mil sufragios, y su peor en 2015, con 84 mil.
Por su parte, Juntos por el Cambio se consolidó en los distritos “ricos” (el centro y Fisherton) donde tradicionalmente ganaba el oficialismo, pero apenas cruza avenida Pellegrini y bulevar Oroño baja su performance entre 8 y 10 puntos. También mostró una gran regularidad, ya que en tres de las últimas cuatro elecciones sacó exactamente entre el 19 y 20 por ciento, siendo que es un espacio relativamente “nuevo”. Es que fuera de la anomalía de 2017, donde duplicó el rendimiento, en las otras cinco elecciones sacó entre 100 y 110 mil votos: 111 mil en 2013, 110 mil en 2015, 99 mil en 2019 y 97 mil en 2021.
Para el analista, Mejor (la fuerza de Miguel Tessandori) aparece ocupando el lugar de outsider que trae grado de conocimiento desde afuera de la política, como en otro momento fueron el veterinario Carlos Cossia, el exfutbolista Ariel Cozzoni e incluso Aldo Poy en sus inicios, que ya fue reelecto varias veces. “Con un potencial mayor, por supuesto, pero con un límite puesto en el propio candidato ¿Quién encabezará la lista en 2023?”, se preguntó.
“Ciudad Futura tiene la paradoja de haber quedado último, pero ser el único bloque que se agranda aunque desde la misma fuerza admitieron que esperaban más”, señaló. Sin perder su caudal electoral tampoco, con 78 mil votos estuvo por debajo de 2019 (97 mil, su versión más potente) y de 2015 (87 mil) pero muy por encima de 2017 (51 mil), y así sumó dos concejales mientras que renovaba uno. En 2013, en su debut electoral, había sacado solo 18 mil votos.
Por último, fue muy bajo el voto en blanco: casi mínimo, entre 1 y 2 por ciento, y apenas más alto fue el voto anulado, que llegó a 3 puntos.