La crisis epidemiológica producida por el Covid impactó en el sistema de salud de muchas maneras. Durante dos años (2020 y 2021), los contagios e internaciones causados por el virus impusieron cambios para que los equipos médicos pudieran dar respuesta a la demanda extra que se sumó a todos los problemas que habitualmente ya se resuelven en centros de salud, sanatorios y hospitales.
Fue necesario reconfigurar todo el sistema, público y privado, fijar prioridades y en ese contexto suspender y reprogramar las intervenciones no urgentes para dar lugar en las salas de internación (generales y de terapia intensiva) a pacientes afectados por el Sars Cov 2.
También se hicieron adaptaciones para que se pudieran atender los casos impostergables, tanto de Covid como de otras patologías.
Ese movimiento inusual provocó que empezaran a generarse listas de espera para operaciones como la extracción de cálculos vesiculares, renales, problemas ginecológicos menores o del área de la otorrinolaringología y la oftalmología, entre otros.
Si bien hoy los quirófanos están trabajando a pleno para intentar ponerse al día, la realidad es que las cirugías demoradas se van sumando a las que aparecen en la actualidad, por eso, el cuello de botella es inevitable. Hay personas que esperan hace más de un año para una cirugía, aunque la mayoría tiene demoras promedio de entre 4 y 6 meses.
Desde el Hospital Centenario (de gestión provincial), referente de Rosario y la región, y el Heca (de gestión municipal), uno de los hospitales más emblemáticos de la zona, confirmaron que fue necesario generar distintas estrategias para resolver esta situación.
Aclararon que no se dejaron de realizar las cirugías de urgencia ni en el peor momento de la pandemia y que actualmente los especialistas y sus equipos están trabajando contrarreloj.
Fabio Ghezzi, vicedirector del Centenario, reconoció que las esperas existen pero que día a día se “fortalece” la planificación para equilibrar la demanda y la disponibilidad con un “enorme esfuerzo por parte de todo el personal del hospital que aun agotado después de dos años muy intensos sigue dando respuestas”.
El Centenario es uno de los hospitales de tercer nivel con alta complejidad en el que se asiste a pacientes con patologías muy diversas “de las más simples a las más complicadas; es el único efector público en cirugía cardíaca de adultos, trasplante renal y tiene una importante red de infarto, entre otros servicios”, detalló el médico.
“En plena pandemia nuestro rol fue mantener el movimiento quirúrgico para no desatender las emergencias y urgencias (no se postergó lo cardiovascular ni lo oncológico", esgrimió, "tampoco se postergó todo aquello que tenía que ser resuelto por la complejidad de este hospital mientras a la vez se asistía a toda la gente que tenía complicaciones a causa del Covid”, puntualizó.
Respecto a las fortalezas que dejó la crisis, Ghezzi señaló que “se duplicaron las camas, se reforzó el recurso humano, se hicieron obras de infraestructura, tenemos más y mejor equipamiento y un sistema más entrenado en el aprovechamiento de recursos”.
El profesional destacó: “Ahora el desafío es ponernos lo más al día posible con lo que quedó retenido en los últimos dos años en los que tuvimos una demanda histórica”.
En promedio, en el Centenario se realizan unas 600 cirugías mensuales en las áreas más diversas.
Intervenciones para resolver hernias inguinales, litiasis vesicular, litiasis renales, patología benigna ginecológica, ciertos problemas de garganta nariz y oído _que son muy frecuentes y tienen una alta demanda_ constituyen las intervenciones que más se demoraron en este tiempo.
Tanto en los hospitales del ámbito provincial como municipal, están depurando las listas y haciendo cruzamiento de datos porque hay personas que están inscriptas en varios efectores, por ejemplo.
Además se está retomando el contacto con los pacientes para conocer su situación actual y reprogramar turnos.
“Intentamos postergar lo menos posible. El ritmo actual es al 100% y las salas están llenas”, enfatizó el directivo del Centenario.
A nivel municipal
Néstor Ponce, director general de Servicios de Salud de la Municipalidad de Rosario, hizo referencia a la situación en los hospitales que dependen de la gestión local: “En el Cemar, donde tenemos un servicio de cirugía ambulatoria, que se mantuvo en funcionamiento durante la pandemia, no hay listas de espera. Allí resolvemos por ejemplo ligaduras de trompa, vasectomías y otras situaciones en las que los pacientes que se operan pueden regresar a su casa ese mismo día”, señaló.
El médico comentó: “En el Roque Sáenz Peña donde hay también cirugías menores, al igual que en otros hospitales de la red, se va a un buen ritmo resolviendo las necesidades. Sin dudas donde más postergaciones existen es en el Heca que durante la pandemia tuvo que restringir mucho todo lo quirúrgico, salvo las emergencias y urgencias, por supuesto”.
“Las situaciones críticas vinculadas al Covid por lo general no necesitaban quirófano pero era necesario tener libres las camas, por eso en todos los hospitales, de Rosario y del país, se priorizó la atención de las personas con complicaciones causadas por el virus y las cirugías impostergables por otras dolencias. La primera ola, pero sobre todo la segunda, fueron de una demanda altísima”, recordó Ponce.
En el Heca “la actividad está recuperando los niveles prepandemia”, detalló el funcionario de Salud, y agregó que se está haciendo un importante trabajo en toda la red de centros de salud y hospitales para atender los casos demorados “priorizando lo médico pero también las condiciones de vida de cada paciente”.
“Estamos convocando con celeridad a los pacientes con colostomía, hay muchos de ellos por heridas de arma de fuego en zona abdominal, que pasado un tiempo determinado necesitan que se les restituya el tránsito intestinal. Esa lista está avanzando con rapidez”, comentó a modo de ejemplo en cuanto a lo que implica establecer prioridades.
Otro grupo que tiene demoras, al igual que sucede en el Centenario, es el de los pacientes que requieren intervenciones para resolver los denominados cálculos en la vesícula y cálculos renales. Además hay listas de espera importantes en endoscopías digestivas (tubo digestivo superior y colonoscopías).
“La ocupación de camas actualmente es altísima. Estamos poniéndonos al día con el mayor esfuerzo posible”, remarcó.