“El Estado nacional tiene que mirar más a las provincias porque ahí va a encontrar muchas respuestas para la reactivación económica y el desarrollo del país”, dijo Celina Calore, coordinadora en Santa Fe del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso). La economista evaluó como “positiva” la implementación del dólar soja para sumar reservas y consideró esencial que sea temporal. “El primer objetivo creo que se está cumpliendo”, dijo. En cambio, objetó la otra pata del plan del ministro de Economía, Sergio Massa, vinculada a las medidas vinculadas a la reducción del gasto público. “Con una visión fiscalista o monetarista no se va a alcanzar ese objetivo”, precisó. Y planteó que el segundo paso que debe adoptar el gobierno, luego de la estabilidad cambiaria, es encarar un “plan antiinflacionario” porque la suba de precios es “la principal preocupación de los argentinos”.
_¿Cómo evaluás los primeros pasos Sergio Massa en Economía?
_ Lo que se ve en estas primeras semanas es que se está enfocado en conseguir más dólares, que es una de las principales urgencias que tiene el país. Veníamos de una situación de fuerte turbulencia cambiaria, política, económica, tras la salida del anterior ministro y una situación crítica en materia de reservas internacionales. Esto no es algo nuevo para el país y siempre termina generando restricciones. En este caso se está buscando evitar una devaluación brusca del tipo de cambio oficial y por eso se lanzaron distintas medidas, principalmente la del dólar soja, que busca recaudar mayor cantidad de dólares y engrosar reservas. Al respecto, lo que se observó es que había un acuerdo previo con el sector, a diferencia de lo sucedido con el dólar diferencial anterior. En la primera semana se liquidaron más de 2.000 millones. Eso es algo positivo porque tenemos una necesidad urgente de dólares. Después podemos discutir la emisión que podría venir detrás o qué otras implicancias tiene esta medida. Pero el objetivo primero se está cumpliendo. Lo mismo ocurre con la gira donde Sergio Massa ha conseguido «pasar la gorra» entre los organismos internacionales para que aporten, a través de créditos, más divisas. Acá la clave es que se está evitando un ajuste vía precios a través de una devaluación brusca. Se hizo buscando adelantar exportaciones del agro.
_Teniendo en cuenta que con esta medida se beneficia a un sector que el gobierno señalaba que tenía rentas extraordinarias ¿el fin de obtener reservas, justifica los medios?
_Yo creo que es una medida válida un dólar diferencial temporalmente y la palabra temporal es clave. No es que se van a generar más dólares sino que se busca que se adelanten las exportaciones. Hay que ver quién termina ganando en este tipo de presiones. Claramente en este caso se está llevando un beneficio un sector al que le va bien a pesar de todo y que buscó forzar esta situación con la retención de las liquidaciones de soja, principalmente en el mes de agosto, en un año récord en precios. Aunque ha ganado esta pulseada, esto también le sirve al Estado porque necesitaba salir de esta emergencia de falta de divisas. Pero además, el plan Massa está siendo acompañado por otras medidas que están vinculadas a la reducción del gasto público. Ahí soy un poco más crítica de los efectos que podría tener sobre la economía, porque creo que no es una medida acertada para buscar reducir la inflación. Nosotros desde Ceso tenemos una mirada de la inflación inercial y creemos que la visión fiscalista o monetarista no va a alcanzar para reducirla.
_¿Cómo impactarán estas medidas de ajuste fiscal y otros que presionan a la inflación como la mayor emisión derivada del dólar soja y los aumentos de tarifas?
_ Por un lado lo que tiene que ver con el ancla fiscal y monetaria puede tener algún tipo de efectos sobre el mercado cambiario porque cuando ajustás el gasto de algún modo estás buscando también restringir el crecimiento y las importaciones. Pero lo que tiene que ver con los precios, que es la demanda principal del pueblo argentino, hay que atenderlo urgentemente. Necesitamos tener más reservas, fortalecerlas, pero el paso siguiente tiene que ser utilizar esta estabilidad temporal en el mercado cambiario para lograr un plan antiinflacionario que al menos reduzca el piso de la inercia. Estamos hablando ya de más de un 70% interanual. Es clara la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Sabemos que cada mes con un salto de los precios de 6 o 7 puntos los trabajadores que tenemos ingresos fijos, salimos perdiendo, por más que en tres meses haya algún tipo de recomposición.
_¿Por dónde iría ese plan antiinflacionario?
_Así como insistimos desde el Ceso con la inercia inflacionaria también decimos que debe haber algún tipo de shock heterodoxo en la estabilidad o desaceleración de la inflación. Nos referimos a un acuerdo, que puede ser generalizado de precios, que puede tener una temporalidad de tres a seis meses. Obviamente hay que pensarlo dentro de las posibilidades. En ese acuerdo tienen que estar todos los actores de la economía, desde el Estado _congelando precios que tienen que ver con las tarifas, combustible, el tipo de cambio _ hasta los sectores de consumo masivo, pasando por los insumos estratégicos, para asumir la responsabilidad sobre un problema que es la inflación y que empieza a poner límites a esta reactivación económica que tuvimos, principalmente el año pasado. Creemos que tiene que ir por la vía heterodoxa y tiene que haber una recomposición salarial inicial, que luego debería ir acompañando este congelamiento de precios y mantenerse en términos reales. Logrando un período de estabilidad a partir de allí, el piso va a ser menor en términos de inflación y si bien no vamos a poder eliminarla, al menos vamos a lograr desacelerarla.
_¿Se está sintiendo ya el impacto de la inflación en la actividad económica que venía a un buen ritmo? ¿Las medidas que está implementando el gobierno tanto para solucionar la crisis cambiaria como para enfrentar la inflación pueden sumar algún freno?
_Sí, yo creo que el principal parate se empezaba a dar por el lado del cuello de botella de las importaciones. La falta de dólares hizo que también se restringieran divisas para la importación y eso empieza a tener algún impacto en la economía interna. El mes de agosto estuvo signado por esta cuestión. Ahora se empezaba a flexibilizar esta restricción por un engrosamiento de las reservas internacionales y hay que esperar a tener las variables de septiembre. Pero en general creo que la economía se empieza a resentir. Igual, hay disparidad en los distintos sectores. Desde el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz medimos en julio una inflación de casi 10 puntos en supermercados de Santa Fe. Eso genera algún freno en el consumo. En agosto tuvimos una inflación del 6,8% en la misma medición. Hubo cierta desaceleración, pero con un piso muy alto y eso pone un límite al consumo. A pesar de que en algún momento venga una recuperación nominal de los salarios siempre vamos por detrás.
_Se viene la discusión del presupuesto nacional 2023 ¿Cuáles son los temas que debería reclamar Santa Fe?
_Yo creo que en términos de discusión presupuestaria las cosas que siempre se ponen sobre la mesa están vinculadas principalmente a la obra pública, al gasto de capital que el gobierno nacional hace en los distintos territorios provinciales. Creo que ahí Santa Fe tiene que mejorar esa posición respecto al resto de las provincias, porque viene siendo un poco rezagada al menos en la ejecución de este año.
_Hubo una reunión de la Región Centro, otras de la Liga de gobernadores reclamando una agenda de temas ¿Hay una situación de tensión por el reparto de recursos con las provincias en este contexto económico?
_ Eso siempre existe y hay momentos en que los gobernadores se unen y tienen mayor fuerza a la hora de los pedidos que le envían a la Nación. Creo que el federalismo hay que empezar a practicarlo un poco más. Tenemos un estructura de recursos y gastos que queda muy concentrada en Amba y Caba. Me parece que la clave es mirar que está ocurriendo en el interior, porque, por ejemplo, Santa Fe es una de las provincias que estuvo a la cabeza en la recuperación económica, del empleo registrado, de la actividad industrial y a eso hay que acompañarlo con obra pública, con recursos. Entonces, es lógico que desde las provincias haya un reclamo en ese sentido. Creo que el Estado nacional tiene que mirar más a las provincias porque ahí va a encontrar muchas respuestas para la reactivación y el desarrollo del país.