En su libro “Mostras del Rock” (Futurock Ediciones), la cantante Barbi Recanati escribe que “durante muchos años llegué a pensar que el rock era cosa de tipos y alguna que otra tipa, que quería hacer lo mismo que ellos”. Nada más lejos de esta afirmación que las más de 45 artistas citadas en esa publicación, precursoras del rock como lo conocemos, desconocidas pero que inspiraron a otras tantas y tantos, desde Elvis Presley a Led Zeppelin.
Esa “cosa de tipos” la vivió en carne propia cuando uno de los integrantes de la banda que Recanati lideraba, Utopians, fue acusado de abuso sexual. Años después aparecieron canciones liberadoras y nuevos amigos, nominaciones a los Grammy latinos y un premio Gardel por su último disco “Ubicación en tiempo real”, que presenta este jueves en la Sala de las Artes (Suipacha y Güemes). Acompañada por Lux Raptor en teclados, Marilina Bertoldi en bajo, Juan Manuel Segovia en guitarra y Tomás Molina Lera en batería, Barbi Recanati regresa a los escenarios locales. Antes, conversa con La Capital sobre esas heroínas del rock y la vida post pandemia.
Este disco salió justo cuando se anunciaba la pandemia, ¿Qué sentís por poder tocarlo en vivo casi dos años después?
La creación de “Ubicación en tiempo real” fue distinta a otros discos. Los dos primeros simples, “Que no” y “En la frente”, salieron un año antes que el resto de las canciones, que formaban parte del repertorio de los shows que hicimos pre pandemia. Después aparecieron las canciones nuevas. Decidí grabarlas en el verano del 2020 y no tocarlas en vivo hasta la presentación del disco, que salió justo en marzo de ese mismo año, cuando llegaba la pandemia. Recuerdo ese momento como muy especial porque estábamos aislados con toda la banda, tuvimos que volver de una gira por México y Estados Unidos, y cuando se anunciaba el aislamiento obligatorio para todo el país, una hora después estaba programado que saliera nuestro disco. Ahí todo empezó a desfigurarse, lo importante era guardarse y cuidarse. Finalmente, todos los lanzamientos que vinieron después se suspendieron, por un tiempo largo no salieron canciones ni discos, entonces “Ubicación en tiempo real” terminó ocupando un lugar muy especial para un montón de personas que ahora lo van a poder ver en vivo con otra cara. Mi cabeza estaba más en el Covid que en la música, y me pasó algo que nunca me había pasado: estas canciones las tenía mucho más escuchadas que tocadas. De algunas pudimos hacer su propio videoclip, en medio de la pandemia y con un montón de amigas, pero seguía sin saber cómo sonaban en el vivo. Este último tiempo fuimos a tocar a Córdoba con sold out y fuimos a un festival increíble en San Luis. Ahora nos toca Rosario y dos shows en Buenos Aires, que uno se agotó en un día. Nos está pasando que los shows son un lugar mucho más especial que hace dos años, estamos más emocionados que en otras ocasiones.
En La Frente - Video Oficial
¿Cómo va a ser el show en Rosario?
Tenemos una lista armada que llevamos a todos lados: el EP del 2018, el disco entero y algún bis, algún cover extra sorpresa. Todo lo que pasa arriba del escenario es una explosión muy hermosa de amistad.
Hablando de amistad, ¿cómo es tener en la banda a Marilina Bertoldi?
Con Marilina fue todo muy casual. Yo había decidido buscar a alguien en el bajo que tenga más que ver con mi proyecto actual y Maru me dijo de onda de tocar en un par de shows mientras yo definía un nuevo bajista. Resulta que ese show con ella terminó siendo espectacular, pero no sólo musicalmente, sino también a nivel energía y amistad y quisimos repetirlo un par de veces más. Lo más gracioso es que las dos pensábamos que era momentáneo pero ambas queríamos que fuera definitivo. Y se terminó volviendo definitivo. Ella es una Marilina en su show y otra en el mío, donde es una más, una amiga. Fue muy gracioso una vez verla corriendo y cambiarse de ropa en medio de los pasillos para poder llegar a tocar en un show mío, después de haber hecho un show propio. Pero ella es así, nunca tuvimos complicaciones.
Simplemente me dieron muchas ganas de hacer música parecida a la que yo escucho, y nunca había hecho eso, siempre había hecho la música que creía que los demás querían escuchar de mí Simplemente me dieron muchas ganas de hacer música parecida a la que yo escucho, y nunca había hecho eso, siempre había hecho la música que creía que los demás querían escuchar de mí
¿Cómo percibís tu música y tu impronta de rock, encasillado como “alternativo”?
Musicalmente hago un rock con espíritu ochentero, de psicodelia ochentera y dream pop que me divierte mucho hacer, porque va un poco en contra de lo que se espera que hagas en este momento musicalmente. Es un rock que casi no se venía escuchando, pero es el rock que yo sí venía escuchando, y me amigué con esa idea. Durante mucho tiempo me hicieron creer que para qué vas a escuchar a esta banda si ya tenés a Talking Head o a The Jesus and Mary Chain, y la respuesta es porque la mayoría de esas bandas no tocan más o ya no existen. Cuando escuchás a un artista que te gusta no siempre estás esperando a que cambie, esperás escuchar las canciones de esa lista que te gusta. Simplemente me dieron muchas ganas de hacer música parecida a la que yo escucho, y nunca había hecho eso, siempre había hecho la música que creía que los demás querían escuchar de mí. En los últimos años pude destrabar eso y llegué a lugares musicales que estoy re orgullosa y re feliz. Siento que aprendí desde cerca cuáles eran las consecuencias de la masividad, y en un listado de pros y contras elijo la carrera musical que tengo hoy. La masividad responde a una cantidad de cosas que no me seducen en nada, nada del mainstream me seduce. Más a mi manera hago las cosas, más feliz soy. Para mí es re importante salir a tocar con amigos, pasar tiempo de calidad entre nosotros, es parte de ese viaje.
Parte de ese viaje fue cruzarte con Shirley Manson de Garbage o tocar con Courtney Barnett, ¿nada de esto hubiera pasado si seguías con Utopians?
Con Utopians no puedo ni imaginar nada, porque tampoco puedo imaginar la Barbi de hace seis años y la Barbi de ahora, que no tienen tanto en común, hubiera sido medio insostenible. La Barbi de ahora se dedicó a sacar un libro sobre las heroínas del rock, un disco, ocuparse de su hijo y del sello Goza Records. Es una mamá con muchos trabajos al mismo tiempo, es una Barbi lesbiana y es muy diferente a la anterior. Los cambios son difíciles pero la mayoría de las veces cuando pegás un volantazo es para ir a un lugar mejor. Con Shirley comparto un vínculo muy inesperado y especial. Una de las cosas en común son los gustos musicales, nuestras heroínas Patti Smith, Siouxsie o Blondie. Somos fanáticas de Nick Cave, compartimos una oscuridad medio punk musical, pero por sobre todo ella es una persona con la que aprendo un montón y que tiene una humildad para vincularse que no había conocido nunca. Hay cambios que nos impactaron por igual sin importar la edad o el país o la situación que estábamos pasando. En su momento yo estaba muy movilizada por lo que acababa de pasar con Utopians, había viajado por los Grammys y hablé mucho con ella. Pasó el tiempo, el año pasado Garbage grabó un disco y una periodista de la CNN me llamó para contarme que Shirley le dijo que el nombre del disco y el concepto se le ocurrió después de una charla que tuvo conmigo en Los Angeles, donde le dije que no había que tener ídolos sino sólo convicciones. Cuando la periodista me dijo eso ¡Yo me desmayé!.
¿Y respecto de la australiana Courtney Barnett?
Ese es un ejemplo clarísimo, porque la música que hace Courtney Barnett y la que hago yo no tienen mucho en común pero sí la impronta de ella haciendo música y la impronta mía haciendo música. Decimos algo así como que “yo hago esto y es lo que me gusta”, y eso termina conectando un montón con el público. Me pasa en Argentina que el público que escucha a Courtney Barnett también escucha mi música, hay un público en común y tiene que ver con reivindicar el rock que escuchamos, que no siempre es el rock que la gente o la industria espera. A veces pasa que una banda es horrible pero la remera que tiene puesta el cantante está buenísima, cosa que al revés nunca pasa: los músicos buenos o que te gustan nunca escuchan bandas que son horribles.