Mientras despunta enero, en la arena política argentina echan mano a dos juegos veraniegos: la batalla naval, con múltiples objetivos en las miras de ambos márgenes de la grieta, y los rompecabezas electorales.
Por Javier Felcaro
Mientras despunta enero, en la arena política argentina echan mano a dos juegos veraniegos: la batalla naval, con múltiples objetivos en las miras de ambos márgenes de la grieta, y los rompecabezas electorales.
La apuesta contra los cuatro integrantes de la Corte Suprema de Justicia nacional, apenas inaugurado 2023, buscó insuflarle oxígeno al oficialismo, pero terminó desnudando la fragilidad del respaldo político que el presidente Alberto Fernández pretendía para su último año de gestión.
De un lado quedaron los mandatarios afines a la Casa Rosada y el kirchnerismo y, del otro, los cada vez más alejados gobernadores con impronta pejotista, pero con sustento comarcal. Otra muestra del resquebrajamiento: la creciente decisión de despegar sus respectivos cronogramas electorales del calendario nacional.
En ese marco, talló con fuerza la respuesta de los gobernadores peronistas de la Región Centro, Omar Perotti (Santa Fe), Juan Schiaretti (Córdoba) y Gustavo Bordet (Entre Ríos), quienes no firmaron el pedido de juicio político a la Corte. Los dos primeros ya habían adelantado su rechazo, por eso causó sorpresa la jugada del tercer mandatario.
Si bien quedó habilitado otro carril en la ancha avenida oficial, la movida no implica un aval de Perotti y Bordet a la pretensión presidencial de su colega mediterráneo. Fernández, por lo pronto, puede ostentar el peso territorial que significa el acompañamiento de Axel Kicillof, gobernador del principal distrito electoral del país.
Con la disputa por los fondos de la coparticipación y la judicialización de los chats de ministro de Seguridad porteño (en uso de licencia), Marcelo D’Alessandro, el kirchnerismo fue ubicando al alcalde de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, en el centro de la escena. Justo cuando el anuncio de Cristina Kirchner de que no será candidata instalaba dudas en aquellos que venían alimentando las chances de una postulación de Mauricio Macri.
No obstante, la difusión de los supuestos chats entre D’Alessandro y Silvio Robles, estrecho colaborador del presidente de la Corte, el santafesino Horacio Rosatti, sacudió a Juntos por el Cambio y opacó la victoria de Rodríguez Larreta en la pelea por la coparticipación y el inicio de su recorrida por la Costa Atlántica en modo precandidato.
Pero siempre hay algo por rescatar: la estocada tal vez le permita al mandatario porteño endurecer posiciones frente a sus rivales internos, los halcones. Y, para el oficialismo nacional, si bien es incierto el final del juicio político al máximo tribunal, en caso de que el debate en comisión en Diputados haga aflorar algún elemento que roce la ilegalidad, éste será capitalizado al extremo por los impulsores del proceso.
Paralelamente, luego de la breve tregua anímica que impuso la consagración argentina en el Mundial de Qatar, y entonado por la confrontación con los cortesanos, el Frente de Todos (FdT) se apresta para la carrera electoral todavía sacudido por el reciente anuncio de Cristina. El presidente, por lo pronto, almorzó el viernes pasado con 60 intendentes bonaerenses en Chapadmalal, con el foco centrado en el armado para los próximos comicios.
En Santa Fe, el creciente distanciamiento de Perotti de determinadas acciones de la Casa Rosada, que respecto de la Corte costó un duro reproche del diputado nacional Eduardo Toniolli (Movimiento Evita), fue minimizado por su entorno a una defensa de los intereses de la provincia. En tanto, el gobernador mensura un llamado a todos los sectores internos del peronismo para conformar un nuevo frente con insoslayable impronta santafesina. Y con las Paso como ordenador.
Igual, Perotti afina las nominaciones de su espacio, Hacemos, y sin reelección disponible considera repetir los movimientos de sus antecesores inmediatos: encabezar una lista de postulantes a diputado provincial para, de ese modo, acceder a la estratégica conducción de la Cámara baja.
Pero los preparativos no están exentos de pases de facturas, como la del senador nacional Marcelo Lewandowski (favorito para los comicios en puerta, aunque mantiene abiertos los interrogantes a futuro), quien dijo que el rafaelino afina más la sintonía con el intendente de Rosario, Pablo Javkin, que con él.
Roberto Mirabella, diputado nacional y espada de Perotti, salió enfriar los ánimos: además de instar a la suma de referentes que no están contenidos en la oposición, le envió un mensaje al ex periodista deportivo: “Lo importante es el objetivo que tenemos para la provincia”. Previamente, ambos legisladores habían sido posicionados por el gobernador en la primera línea de sucesión.
Si, como se especula, el gobernador oficializa en febrero el calendario electoral, habrá convocatoria al consejo ejecutivo del PJ de Santa Fe. Y un posterior llamado al congreso provincial partidario. Durante esos cónclaves quedará definida la política de alianzas oficialista de cara a los próximos comicios provinciales.
En lo inmediato, nada hace pensar que la inseguridad —con epicentro en Rosario— no será el tópico omnipresente en la campaña por venir. La gestión provincial en Seguridad no logra atemperar una alarmante estadística y, en ese contexto, Perotti terminó dándole salida el viernes a la polémica Ana Morel, otrora secretaria de Administración Financiera del ministerio. Una funcionaria que gozó de un prolongado blindaje, priorizó el presupuesto y colisionó con los tres últimos titulares de la cartera. Pero tanto roce limó su aval político. Ahora, de la usina de rumores brotan rumores sobre cambios entre las filas policiales.
Con menos visibilidad, radicales, socialistas, javkinistas y referentes de JxC, junto a otros siete espacios políticos, continuaron la semana pasada diseñando el nuevo frente opositor en la provincia. La impronta luce cada vez más competitiva: ya están anotados para la carrera por la Gobernación los radicales Maximiliano Pullaro y Dionisio Scarpin. A su vez, el intendente rosarino no se baja de la danza de nombres y Clara García (PS) potencia día a día su perfil de precandidata.
Todos los actores, que cerraron 2022 dando un paso clave hacia el nuevo armado no peronista, ya activaron las reuniones entre sus respectivos equipos técnicos y apoderados.
Incluso, a mediados de semana, cada una de las fuerzas comenzó a acercar sus propuestas para los principales temas que darán base a un plan de gobierno: seguridad y justicia, educación, desarrollo productivo y empleo, salud, desarrollo sostenible, transparencia y modernización del Estado, infraestructura y servicios públicos, políticas sociales y desarrollo humano y ciencia, tecnología e innovación. Y ahora ultiman detalles de una nueva convocatoria para fines de enero con el objetivo de darle mayor exposición al flamante frente opositor.
Por Leo Graciarena