Esta semana las organizaciones de base y las entidades religiosas con presencia en los barrios volverán a marchar para exigir “Ni un pibe menos por la droga”. Será este jueves, a las 15, en plaza Montenegro donde se exigirá que los funcionarios y la clase política “cierren la grieta con ésta problemática y se pongan a trabajar juntos”. La urgencia social así lo exige: “Nos dan cuenta de pibes cada vez más chicos que empiezan a consumir cocaína a los 8 y 9 años”, dijo con desconsuelo el integrante de la Pastoral Social de la Drogadependencia, Fabián Belay.
El sacerdote admitió que en este tema “no hay estadísticas. Es lo que todos percibimos desde los lugares de trabajo territorial”, indicó y solicitó a la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que realice un relevamiento estadístico para conocer cuánta población adicta hay en riesgo social en Rosario.
“Queremos también una Justicia que tenga una mirada restauradora con los pibes que delinquen y consumen, para que puedan salir adelante y dejen de ser material descartable”, indicó Belay.
Luego de las etapas más restrictivas que impuso la pandemia, este año se volverá a realizar la marcha “Ni un pibe menos por la Droga”. La cita es para este jueves a las 15 en la plaza Montenegro (San Luis y San Martín) con el fin de darle visibilidad a una problemática que estalló con el avance del coronavirus y aceleró los consumos.
Es así que desde la Pastoral Social de la Drogadependencia, movimientos evangélicos y organizaciones barriales se convoca a plantear públicamente una serie de medidas a poner en marcha de inmediato para contener a las poblaciones más vulnerables.
“Pedimos que la política no haga de este tema una grieta, que estén todos unidos para pensar proyectos públicos a largo plazo, más allá de las gestiones y los mandatos de los funcionarios, que se deje de generar un campo de batalla para que sea un espacio de diálogo y unión”, subrayó Belay.
Sin medias tintas, el religioso admitió que “el consumo es cada vez más precoz. Nos han llegado a comentar de pibes que toman cocaína a los 8, 9 años”.
Tanto los curas de base como organizaciones en el territorio harán público un petitorio donde exigirán que diversos poderes del Estado se pongan a trabajar con mayor celeridad. Y este lunes lanzarán un comunicado para plantear ítems y convocar a la marcha del jueves.
Los puntos destacados giran en torno a cerrar la grieta política contra la droga y plantear políticas públicas sustentables y a largo plazo.
Un sistema de salud que cuente con una formación y capacitación en adicciones para psicólogos, psiquiatras, enfermeros, médicos clínicos, trabajadores sociales y todos aquellos que están en las guardias. Los organizadores exigen que haya herramientas para contener a quienes llegan a los centros de salud con cuadros de consumo problemático.
“Necesitamos que todas las organizaciones sociales, instituciones civiles y religiosas sean convocadas para la elaboración de estas políticas”, señaló Belay para marcar un déficit del Estado municipal: “En los dos últimos años con la Municipalidad no ha habido espacios de diálogo para abordar este tema y la verdad que nos preocupa, porque parecería que está como silenciado”.
En relación al trabajo con el gobierno provincial, si bien existe un incremento “importante” en la inversión de la Agencia Provincial de Adicciones (Aprecod), la pandemia “agudizó los consumos problemáticos y las adicciones y lo que hoy se ha avanzado no está a la altura de lo que se necesita”.
Pero también hay críticas para el Poder Judicial. “Muchas veces en el ámbito de la Justicia muchos de nuestros chicos, niños, adolescentes y jóvenes de barrios carenciados son tomados por el sistema delictivo y usados como material descartable, que terminan siendo desechados en las cárceles y en los cementerios”, advirtieron desde la Pastoral. En su reemplazo pidieron una Justicia con “mirada restauradora” para que los niños y jóvenes en conflicto con la ley penal sean abordados con integralidad para que puedan salir adelante. “Es necesario para que tengan un proyecto de vida y se aferren a él”, remarcaron. “Que la Justicia no solo investigue a los pobres sino al sistema financiero que facilita que toda una estructura se sostenga en el tiempo”, agregaron.
¿Cuántos son?
Los organizadores de “Ni un pibe menos por la droga” piden que en los ámbitos académicos exista una formación “plural” para que en todas las carreras afines se aborden los consumos problemáticos. “Teniendo en cuenta todos los encuadres teóricos en este tema y con la experiencia que en la ciudad se lleva adelante, creemos que la UNR debe destinar recursos para generar investigaciones”, resaltó Belay.
El planteo es para intentar definir un universo de personas con adicciones para saber cómo abordarlo con más eficiencia. “No sabemos las consecuencias de lo está dejando en distintos barrios de la ciudad a nivel neurológico, social, clínico, psicológico. No hay hoy estudios serios y creemos que la UNR podría aportar y necesitamos que la Universidad pueda elaborar una estadística. También teniendo en cuenta como impactan las adicciones en accidentes de tránsito y en hechos de violencia. Estamos preocupados por el silencio en las campañas preventivas dentro de la propia Universidad con los alumnos porque no problematizan el consumo”, subrayó el sacerdote al plantear una ley específica en adicciones.
Desde Villa Manuelita
Desde la parroquia Nuestra Señora de Fátima (Güiraldes 526 bis) el padre Claudio Castricone habló con La Capital y adelantó que participará de la marcha como activo adherente a estas causas.
“Veo mucha violencia, mucha más que antes de la pandemia. Noto en la gente algo que es a todo nivel. No solo las balaceras y los muertos sino violencia entre los chicos. Todo se arregla a las piñas. Y por otro lado, percibo rostros con mucho temor, algo que antes no lo notaba. Miedo a estar en la vereda, a salir a un mandado, a ligarse un tiro de rebote”, le cuenta a este diario desde su parroquia de Villa Manuelita.
Castricone también coincide en la reducción en las edades de iniciación en el consumo. “Ahora vemos que faltan mucho a la escuela primaria y en la secundaria ni que hablar; hay una deserción escolar preocupante que se agravó en pospandemia”, aseguró.
A la hora de evaluar los esfuerzos la metáfora es similar a la leyenda de David contra Goliat. “Ofrecemos espacios de contención en las capillas y con dolor vemos que los chicos que están contenidos terminan cayendo, porque lo nuestro es todas las tardes, pero después viene la noche, la calle y con mucho tiempo afuera de sus casas”, comenta el cura para dejar en claro que “hay ejemplos de pibes que gracias al trabajo que hacemos salen adelante, pero se nos llena el alma de dolor cuando pibes que conocemos de chicos y que fueron acompañados caen en el consumo y en la delincuencia”.
Como síntesis Castricone resume: “El que tiene plata consume y el que es pobre delinque para comprar droga”.
Por el empleo
“El trabajo es un bien de todos, que debe estar disponible para todos aquellos que sean capaces de él. La plena ocupación es por tanto un objetivo obligado”. Con esta frase, el arzobispo rosarino Eduardo Martin participará este jueves, a las 18.30, en la Universidad Católica Argentina (UCA) de un encuentro multisectorial con el fin de generar propuestas de empleo digno en el país.