Carcarañá.—Andrés Pandol fue un músico muy querido entre los años 50 y 70 en
esta pequeña ciudad de 16 mil habitantes. Era la cara visible de la "Típica Andy" y vivió su vida
como un maestro de música. Su hija Nora creó un método de estudio musical muy original y durante
años fue titular de la Academia Pandol en Rosario, hasta que emigró a España.
El tiempo pasó y finalmente Nora donó sus instrumentos a la escuela municipal de
música de Carcarañá, que llevará el nombre de su padre.
En pocas líneas; una historia de pueblo. Pero detrás hay decenas de chicos que
se formaron en la escuela de Pandol en los años 50 y muchos más en la escuela y banda de música de
Carcarañá, que actualmente coordina Horacio Benito al frente de cuatro docentes.
Donación.La noticia es que Nora Pandol donó dos pianos, seis órganos, dos
guitarras, dos flautas dulces y una importante cantidad de mobiliario perteneciente a su antigua
academia. Esto permitirá que la escuela pueda acceder a otras matrículas y otras enseñanzas
curriculares.
Pandol es profesora en un instituto musical en Albacete, España, y hace giras
por Europa. Su horizonte cambió, su metié es el mismo.
Según Benito, en Carcarañá surgieron músicos importantes como Adelqui Salomón,
que trabaja en la sinfónica de Brooklyn, en Estados Unidos, y en años más remotos recuerda al
maestro Victor Mariani.
Otro tiempo."Hace cuarenta años en el pueblo sólo estaba la academia de Andrés
Pandol, él sólo tuvo una hija y ella se fue a Rosario. Por esa escuela pasaba mucha gente y ya
cerca de fines del siglo pasado fundó la banda y la escuela municipal, que durante años trabajaron
juntas. Ahora le escuela se llamará Andres Pandol", explicó Benito.
A partir de lo donado, la institución, que otorga títulos oficiales avalados por
el Ministerio de Educación, ampliará su matrícula. Esperan poder formar parte del programa de
diplomatura nacional e internacional a la que los habilitó la dirección de Educación Artística
provincial.
"Con estos instrumentos podemos sumar las diplomaturas a la currícula de la
Trayectoria Artística Profesional", dijo el viejo maestro de música.
La escuela cuenta con unos 90 alumnos, y se agrega la matrícula 2008 "que fue
muy buena", dicen los docentes.
Músicos.A la hora de hacer un perfil de los chicos que se acercan a la escuela,
no lo dudan; "algunos sienten cierta vocación, pero otros se acercan por contagio. La banda no
funcionó por unos años, entre 1982 y 1985, pero desde ese entonces da conciertos y participa en
fiestas populares".
Para los maestros, hace unos años los jóvenes se acercaban más a la banda
musical. "Nosotros nos damos una enseñanza que; por un lado, saca a los chicos de lugares
riesgosos, y por otro los entretiene". Pero igualmente sostienen que hay "rachas" de asistencia. En
ese sentido destacan que "muchos chicos continúan en la banda y otros estudian en Rosario o Buenos
Aires".
Vivir de la música nunca fue fácil, cuentan, y a esto se suma que en Carcarañá
"ya no hay más bailes", como en los tiempos de Andrés Pandol. Pero los jóvenes igual se juntan y
hacen orquestas o grupos musicales "muy variados", dicen.
Ya no existen las orquestas típicas ni los bailes en los clubes de los pueblos
vecinos. No existen los patios de tierra regados, ni las señas secretas para demostrar atracción al
sexo opuesto. Lo que sigue es la música y los apellidos que se eternizan en el bronce de las
pequeñas poblaciones.