Señalización vial deficiente
A propósito del trágico accidente ocurrido en la provincia de Tucumán el 1º de julio pasado, debo decir que el tema de la señalización vial tiene sus bemoles en muchos lugares del país.

Lunes 15 de Julio de 2019

A propósito del trágico accidente ocurrido en la provincia de Tucumán el 1º de julio pasado, debo decir que el tema de la señalización vial tiene sus bemoles en muchos lugares del país. Recuerdo que cuando instalaba equipos de radioenlace para cooperativas telefónicas de los pueblos, recorría desolados caminos rurales. Al llegar a un cruce, el cartel indicador o no existía o estaba totalmente oxidado. Entonces debía decidir al azar qué rumbo tomar. A veces acertaba pero otras iba a parar a un pueblo desconocido. Pero el problema de la señalización no es privativo de zonas campestres: aun en grandes ciudades hay calles y avenidas con indicación poco clara. Es que quien conoce los recorridos urbanos o ruteros piensa de buena fe que los visitantes y viajeros se orientarán fácilmente con una o dos flechas. Una deficiencia habitual en las rutas es la gran distancia que separa a los carteles verdes que informan sobre la próxima ciudad a la que se arribará. Es decir que cuando no se está seguro de haber tomado la carretera correcta, se viaja con incertidumbre durante varios kilómetros sin que aparezca un letrero indicador. Además, existe todo "un clásico" en las señales de las calles, porque hay numerosas esquinas que no tienen las placas con el nombre de las arterias; placas que son muy útiles a los turistas y a los propios residentes de la urbe. Creo que los municipios podrían convenir con distintas empresas la construcción de indicadores de plástico o de metal con letras bien legibles, y con el nombre de la empresa a modo de pago. Con buena voluntad y creatividad podría implementarse un eficiente sistema de señalización vial en calles, autopistas, rutas, avenidas y rotondas, para evitar lamentables accidentes.

Edgardo Urraco

Los miedos sociales

No hay que tener miedo, a veces es lógico, excesivamente racional, y los golpes recibidos nos traen los recuerdos y ahí está el miedo. Nos vuelven recelosos y no podemos pensar. Pero el pasado no vuelve nunca, la evolución puede demorarse, pero llega, se evoluciona a pesar de nosotros mismos, indefectiblemente, irremediablemente. Cuando el ser humano aprendió a caminar en dos patas (homo erectus) no volvió a gatear, y es muy difícil caminar erguido, pero ya ni nos preocupa, evolucionamos. Y como sociedades gregarias también evolucionamos, podemos convivir en diferentes ámbitos y hacer causas comunes sin matarnos. Al kirchnerismo le cuesta un poco más la evolución, pero algunos aprenden y se hacen los tontos para que su grupo no los discrimine y los aísle. El pasado es eso, pasado. Y el miedo al cambio aparece y tiene un sustento, pero la evolución existe, es, y llega para quedarse y pasa en todos los aspectos de la vida, de la sociedad y del país. Los que estén en el camino, bienvenidos al tren.

Rubén Deninno

Una colecta para Cristina

Con sus declaraciones en defensa de la ex presidenta ("Cristina no tiene un peso, la han dejado casi en la calle"), Estela de Carlotto nos demuestra que lo suyo pasa por buscar nietos, y muy bien que lo hace. Ahora claro, en su posición de defensora lo único que logra es el rechazo de mucha gente que se hartó de que le mientan descaradamente en la cara. Tal vez se haya compenetrado de lo dicho por Dady, que como no vio "el revoleo de bolsos" inculpó a los medios de inventar situaciones que no hubieron sucedido, entonces es probable que haya pensado que "como no se vio a Cristina llenar la caja de seguridad de su hija Florencia con casi cinco millones de dólares" no haya sido cierto lo mostrado en TV, y que pueda haber sido fruto de una edición periodística con la intención de confundir a la gente de buena moral. Por ello estaría bueno que ella organice una colecta de fondos para sacar de la pobreza en la que la ha dejado la Justicia a Cristina.

Otto Schmucler

Cementerio El Salvador

Mi familia y yo visitamos semanalmente a nuestros seres queridos, puedo aseverar sobre el robo de flores constantemente; la falta de agua en muchas piletas, sucias y tapadas; materia fecal humana en los pasillos por Ovidio Lagos; veredas rotas, todo bastante abandonado. Hace un tiempo lo comenté telefónicamente con la directora del cementerio, me agradeció pero todo sigue igual. Tendré que volver a quejarme por la radio o TV como lo hice hace algunos años cuando me robaron cuatro manijas del panteón. A ver si se ocupan más de un lugar tan especial.

DNI 2.623.585