Escrita en un registro diferente a sus anteriores novelas, Tres colores, de
Angélica Gorodischer, invita al lector a sumergirse en una trama que resalta la importancia de
disfrutar de la vida, a través de personajes que corren en busca del amor y gozan de la buena
comida.
"A mí me gusta mucho cocinar, comer... y el libro es un libro sobre el placer,
en el que pasan cosas pero el clima es feliz y si aparecen algunas cosas negativas, aparecen como
al chanfle. No hay tragedia, ni dramas, ni personajes que no saben qué les pasa", contó la
escritora.
"Tenía la idea de una escena de una fuente en un parque o jardín, lleno de gente
y desde ahí se fue dando la trama", comentó Gorodischer sobre el origen de su última novela, cuyo
personaje central es Don Leonel ("yo lo adoro"), un viudo de voluminosa figura que se dedica a los
negocios, a la ceremonia de comer con deleite todo tipo de manjares y a mimar a su hija, una joven
actriz de nombre Selene.
"Don Leonel Valdés Romero era gordo y sonriente, pero por favor, a no dejarse
engañar: era astuto como un zorro, decidido como un San Bernardo y rápido como una cobra. Amaba la
cocina y todo lo que con ella se relacionara, amaba los barcos y adoraba a su hija", escribe
Gorodischer en su novela.
La trama recupera la pasión por las cosas sencillas de la vida, y el amor
aparece como una aventura posible de transitar sin angustias y desencuentros. "Siempre me acuerdo
de lo que me decía un amigo: «Vos sabés el placer que siento cuando voy a salir en auto, sólo el
hecho de poner las llaves....»", dijo Gorodischer.
Con humor se desarrolla la trama de esta pequeña novela, que se lee de un tirón
y sin sobresaltos y que desde el inicio preanuncia un final feliz. "No tenía ninguna intención
sobre el libro, quería escribir una novela. Y salió una historia feliz", subrayó Gorodischer.
"Puedo escribir sobre un tema terrible, por ejemplo la primera parte de Tumba de
jaguares, y me siento bien: puedo separarme del texto, algo que es muy importante. Para escribir
una novela hay que estar lejos de las cosas —reflexionó la autora de Historia de mi
madre—. No se escribe con la pasión sino con el recuerdo de la pasión".
Cambiando de perspectiva, la autora destacó a algunas escritoras que le
interesan en particular: "No soy académica ni crítica pero está el caso obvio de Griselda Gambaro,
también Liliana Heer, que me gusta mucho. Tiene una manera de buscar cómo contar las cosas desde
otros ángulos. Ella sí escribe de una forma especial".
"No me interesa nada la novela convencional —señaló Gorodischer—, en
la que alguien sufre horrores, sobre todo las mujeres somos malísimas y nos suicidamos o nos
volvemos locas. Yo creo como el señor Borges que la verdadera literatura está en la épica. Eso es
la literatura: quiero contar cosas que pasan y cuanto más pasan mejor".
Ahora, Gorodischer escribe otra novela. "Tengo la aspiración de que sea un poco
intrigante y que el narrador y la autora, que son la misma persona, aparezcan en la novela. Bueno,
ahí aparezco yo y un personaje histórico: es todo lo que puedo adelantar", dijo.
La gran escritora rosarina habla de Tres colores, su última novela, a la que
define como "un libro sobre el placer"
> mora cordeu <</strong>