Pero la chica, que tiene 23 años y reside en Castleford, West Yorkshire, decidió vengarse: tomó su caja de maquillaje y comenzó a realizar su obra de arte: le pintó toda la cara, incluyendo sombra en los ojos y las cejas, labios pintados y hasta uñas postizas.
Al despertarse Stephen comenzó a arrancarse las uñas, evadiendo la insistencia de Natalie, quien intentaba convencerle de que había llegado así a la casa. "Estaba impactado y preguntaba qué había pasado", comentó la joven.
La chica publicó las fotos en su cuenta de Facebook donde advirtió: "Fue muy divertido, pero espero que lo piense dos veces antes de hacerlo de nuevo".
Stepehn, sin embargo, tomó de buena forma la pesada broma de su compañera: "Estaba tan cansado que no podía abrir los ojos. Sólo me sorprendió. No estaba enojado. Me reí de eso. Me molestaba más cuando me daba un rasguño a las 4 de la mañana".