Sida: en Rosario la epidemia golpea con fuerza a las zonas más pobres

El sida golpea con fuerza a las zonas más pobres de Rosario. Así lo demuestra un estudio del Sistema Integrado de Epidemiología y el Programa Municipal de Sida (Promusida), dependientes de la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad, que dejó al descubierto un alto índice de defunciones a causa de la enfermedad en zonas muy pobres, comparado con otras de mayores recursos económicos. Las muertes en las zonas más desprotegidas son hasta cinco veces más elevadas. Especialistas del Promusida se mostraron preocupados por los datos: "Si bien sabíamos que las personas muy pobres que conviven con el virus tienen más problemas, las cifras que arroja el estudio hablan de una profundización de la desigualdad mucho más grande de la que imaginábamos", dijo a La Capital Damián Lavarello, director del Promusida, quien presentó esta información en el Congreso Mundial de Sida realizado el mes pasado en México.

Durante los años 2002, 2003 y 2004 fallecieron en la ciudad 176 personas con VIH sida: 17 pertenecían a la clase socioeconómica muy alta; 16 a la alta; 19 al sector medio, 38 a la clase baja y 86 a la muy baja (sumando 124 personas entre los dos últimos). Horacio Aronson, psicólogo y responsable del área de Epidemiología del Promusida agregó: "Es indudable que a mayor vulnerabilidad social mayor tasa de infecciones, mayor problemática a la hora de sostener el tratamiento y por lo tanto más muertes".

Estrategias. Frente a esta realidad desde el Promusida decidieron profundizar las tareas de prevención y contención en las zonas más vulnerables. José Luis Ciotta, maestro y coordinador de acciones de prevención en el centro de salud Salvador Mazza (cerca de Ibarlucea) da cuenta de esto: "Estamos atendiendo las necesidades de la gente que tiene mayores riesgos y más desconocimiento. En este centro de salud hay personas que viven con el virus VIH y sólo se acercan para retirar la medicación. No sabemos, por ejemplo, si tienen agua potable, cómo se alimentan. La idea es personalizar mucho más la atención. Iremos casa por casa evaluando la situación de cada familia", dijo.

Para Ciotta es necesario reconstruir la historia de vida de las personas con el virus, "saber con quiénes cuentan, y si no tienen familiares, buscarles referentes como algún amigo o vecino". Además, están entregando mayor cantidad de preservativos y trabajando en educación sexual con alumnos de la escuela nocturna que funciona en la Iglesia Santa Agripina, del padre Daniel Siñeriz.

El VIH sida dejó de ser un problema de las minorías o los marginales, de hecho, todas las personas son vulnerables al virus más allá de su elección sexual o condición socioeconómica. Incluso, en los últimos años creció el porcentaje de infectados entre los heterosexuales hombres y mujeres, en tanto disminuyó, en términos relativos, en los que antes se consignaban como grupos en riesgo (adictos a las drogas y homosexuales). Sin embargo, es indudable que las malas condiciones de vida agudizan la vulnerabilidad: "En Rosario, el 55% de las personas que tienen el virus del VIH no accedieron a la escuela secundaria", menciona Aronson, de manera elocuente.

Se estima que en la ciudad hay entre 6 y 7 mil personas conviviendo con el virus, aunque se calcula que el 50% no lo sabe. "Todavía es frecuente recibir en los servicios gente gravemente enferma de sida que desconocía su condición", dijo Lavarello y agregó: "Con más de 800 pacientes atendidos en el nivel municipal _y estos datos recientes_ necesitamos actuar, y las acciones a desarrollar pasan por una construcción colectiva del problema junto a la gente infectada, las ONG´s y los equipos de los centros de salud y los hospitales de la red".