Cansancio, irritabilidad, dificultades en la concentración, cabello y uñas frágiles pueden ser
signos de falta de hierro, conocida como anemia, una carencia nutricional muy común y especialmente
preocupante en los niños menores de 2 años y las mujeres en edad fértil. Lo novedoso es que se
descubrió cierta relación entre la anemia y los problemas renales y cardiovasculares. “No
estamos ante una enfermedad nueva, pero sí ante el hallazgo de que la combinación entre enfermedad
renal, cardíaca y falta de hierro produce mayor riesgo de mortalidad”, señaló el doctor Jorge
Eduardo Tobilli, profesor de Medicina Interna de la Facultad de Medicina de la UBA y presidente de
la organización Anemia Working Group Argentina.
Tanto la insuficiencia renal como la cardíaca producen anemia. Por eso,
“como se considera normal su presencia, la anemia no es tratada como se debería”,
advierte el catedrático.
Los síntomas del denominado síndrome de la anemia cardiorrenal (Cras) son los de las
enfermedades que lo componen, ya que cualquiera puede desencadenar las otras: dificultad para
respirar, tos nocturna, cansancio, hinchazón de los tobillos, fatiga, falta de aire, dificultades
para concentrarse. Pero más allá de estos datos, el diagnóstico debe realizarlo el médico a través
de exámenes clínicos. Y a partir de allí lo más importante es combatir la anemia, dado que es la
que agrava a las otras dos enfermedades.
“Hoy se sabe que, mejorando el nivel de hematocrito —es
decir, la cantidad de glóbulos rojos circulantes que se encargan de llevar oxígeno a los órganos y
tejidos como el corazón y los riñones— se mejora la calidad de vida de los pacientes y se
retarda el deterioro renal y cardíaco”, aseguró Tobilli.
La alimentación . El organismo necesita hierro para cumplir varias de sus funciones. El
problema es que sólo una parte del hierro que se ingiere de los alimentos se puede absorber.
Si bien existen suplementos que se brindan en forma oral, la mejor
manera de asimilarlo es a través de la dieta. Las carnes rojas son las que tienen mayor proporción
de hierro asimilable. También tienen hierro el tomate, el coliflor, los porotos, algunos vegetales
verdes y legumbres, pero son de más difícil absorción. Es por esto que las dietas estrictamente
vegetarianas no son saludables. La presencia de proteínas y la vitamina C facilitan la absorción
del hierro, al igual que el ácido tartárico y el ácido succínico presente en algunas frutas como
las uvas y los cítricos. También la acidez natural del estómago. Y es por esto que la absorción del
hierro se dificulta en quienes deben tomar antiácidos.
Popeye. En cuanto a las famosas espinacas de Popeye, resultan un arma de doble filo. Porque
si bien contienen hierro, su absorción no es fácil, y además el hierro que se obtiene de ellas
interfiere con la asimilación del hierro de origen animal. Hoy los nutricionistas coinciden en que
más allá de los valores nutricionales de cada alimento, es importante tener en cuenta su
composición y combinación con otros. Por ejemplo, se sabe que los tanatos del té inhiben la
asimilación del hierro.
Según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, realizada por
el Ministerio de Salud de la Nación en el 2005 en todo el país, la anemia afecta a más del 50% de
la población infantil. Si se considera que el 80% de todo el hierro en el cerebro de los adultos ha
sido almacenado durante la primera década de la vida, se desprende que las consecuencias de su
falta se extienden para siempre. Quienes deseen más datos puden consultar en:
www.fundanemia.org.ar.