Mamá y bebé juntos en la "neo" del Roque Sáenz Peña

La sala está en penumbras. El clima cálido hace olvidar por un instante que afuera es uno de los días más gélidos del año. Dos mamás charlan animadamente, de una cama a la otra. En el medio, sus hijos recién nacidos, descansan. No parece que la escena transcurra en la "neo" de un hospital. Menos aún, de un hospital público. Pero desde hace un tiempo, en el Roque Sáenz Peña, las autoridades decidieron emprender un camino de regreso hacia la humanización y naturalización del parto y el nacimiento.

"Sabemos que los bebés hospitalizados que son acompañados por el afecto de sus madres mejoran más rápido", destacan Marcelo Raffagninni, jefe de Maternidad, y Marisel Soldani, jefa de Neonatología del nosocomio municipal. La del "Roque" es la primera experiencia que se concreta en una maternidad pública rosarina.

Si bien los niños recién nacidos que tienen una patología severa deben permanecer en cuidados intensivos con algunas restricciones en cuanto a visitas, aquellos que tienen problemas más benignos (como por ejemplo ictericia) o los que están por ser dados de alta, pueden permanecer en la sala que bautizaron "Maybe" (mamá y bebé). "Tenemos una política de no separar al bebé en el momento del nacimiento ni en aquellos casos en los que el bebé debe ir a neo por cuadros no tan severos", comenta Soldani, quien agrega que desde que se inauguró esta modalidad los resultados en la salud de los bebés son más que positivos.

El Roque Sáenz Peña, ubicado en la zona sur de Rosario, es testigo de 1.700 nacimientos anuales. "El 30 por ciento corresponde a mamás que no superan los 19 años, algunas con su segundo hijo", explica Rafagninni, dando cuenta de la realidad socioeconómica de las parturientas.

En el hospital crearon box de preparto en los que las futuras mamás pueden estar acompañadas de su pareja u otro familiar. "Ahora el 90 por ciento viene con alguien. Es genial, porque una mujer que va a parir, si está acompañada, usa menos analgésicos y tiene menos riesgos en el parto", enfatiza el médico.

"El objetivo es volver a las fuentes y dejar la medicación y la tecnología sólo para los casos en que es necesario. Si no, el embarazo y el parto se parecen a una enfermedad cuando son hechos naturales, de la sociedad y la familia", insiste Raffagnini.