Me duele la mano. Se me duermen los dedos y tengo tirones. No puedo hacer fuerza
con las manos. Estas son algunas de las quejas que manifiestan quienes sufren el síndrome del túnel
carpiano. Una alteración cada vez más frecuente producida por el desgaste del nervio mediano de la
mano debido a la realización de movimientos repetitivos. Se trata con rehabilitación física y si no
se obtienen resultados positivos puede requerir cirugía.
El síndrome del túnel carpiano se caracteriza por la
compresión del nervio mediano encargado de llevar y traer información sensitiva y motora de una
parte del antebrazo y de la mano. Es la neuropatía (lesión del sistema nervioso) periférica más
frecuente que existe.
"De acuerdo a las estadísticas, entre un 8 y un 10 por ciento de la población
general puede manifestar síntomas relacionados con esta alteración en algún momento de su vida",
explicó el médico fisiatra Daniel Magliaro, director médico del Instituto de Lucha
Antipoliomielítica y Rehabilitación del Lisiado (Ilar).
Cualquier movimiento repetitivo puede ocasionar un desgaste
del nervio mediano (gobierna una parte de la mano, desde el dedo pulgar y el dedo índice hasta la
mitad externa del dedo anular). Por ejemplo, el realizado para maniobrar el mouse de la
computadora, escribir a mano, trabajar de costurera o manipular herramientas para el faenado en un
frigorífico.
Puede ser una enfermedad primaria o secundaria, es decir,
asociarse con otras enfermedades. Una es la diabetes. "Las alteraciones de azúcar en sangre llevan
a una elaboración deficiente de la mielina (tejido grasoso) y la compresión del nervio mediano
produce pérdida de ese tejido. El diabético tiene mayor tendencia a hacer neuropatías o
enfermedades de los nervios que otras personas de la población general", explicó el
profesional.
En el embarazo. El síndrome es muy común durante el embarazo. "Más del 50 por
ciento de las mujeres en estado de gravidez manifiestan síntomas en algún momento", dijo Magliaro.
Se debe a la retención de líquido que comprime el nervio. Algunas manifiestan el problema durante
el embarazo, en especial en el tercer trimestre, y otras luego del parto.
También es frecuente en la menopausia y en personas con
hipotiroidismo debido a disbalances hormonales. Es más común en las mujeres que en los hombres (del
65 al 80%).
El especialista cuenta con varios recursos para realizar el
diagnóstico. Primero el estudio clínico que consiste en pedirle al paciente que ponga las manos en
una posición exigida para el nervio mediano con el objetivo de observar si aparecen los síntomas.
Además se puede golpear la mano con el martillo de reflejo para probar si se reproduce la sensación
de adormecimiento, entre otros exámenes.
El análisis de sangre y orina se requiere para descubrir si
las molestias no están asociadas a otras enfermedades, y las radiografías de la mano y las
cervicales son útiles para comprobar si el dolor en la muñeca tiene que ver con otras enfermedades
como puede ser la artrosis o la artritis.
El examen puntual para esta dolencia es la
electromiografía: tras una serie de pequeños estímulos eléctricos se estimula el nervio mediano y
se comprueba cómo llega la información. De acuerdo a tablas comparativas descubren si el resultado
está dentro de la normalidad o no. "El estudio, que analiza la conducción nerviosa, es de alta
certeza, accesible y se hace a nivel público y privado. Las obras sociales y prepagas lo cubren",
dijo Magliaro.
La terapia. De acuerdo a los resultados de los exámenes se define el
tratamiento. Si la alteración es leve o moderada puede corregirse con rehabilitación física. El
médico fisiatra definirá un esquema de terapia que será ejecutado entre otros profesionales, por el
kinesiólogo. Entre otros recursos utilizan ultrasonido y láser en la muñeca con el objetivo de
desinflamar el nervio.
Si la rehabilitación no da resultados o la lesión está
avanzada, la opción definitiva es la cirugía, mediante la cual se amplía el calibre del túnel
carpiano para evitar la compresión del nervio. Se realiza con anestesia local y ofrece buenos
resultados.
Otras herramientas de las que se valen los profesionales
son las férulas plásticas o de neoprén para mantener la muñeca en una posición neutra y evitar el
aumento exagerado de la presión del nervio. Y si hace falta se pueden indicar medicamentos:
analgésicos para aliviar las molestias y drogas antineuríticas para quienes hayan perdido
mielina.
De acuerdo a cada paciente y el estado de la alteración el
fisiatra definirá la terapéutica más conveniente. Lo importante es no dejar pasar las molestias y
consultar a un especialista para evitar un mayor desgaste.
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