Falsificación, un problema en crecimiento en el mundo

En la Argentina no existe una normativa específica para el delito de falsificación de medicamentos, un problema creciente en todo el mundo. Se presume que en el país entre el 2 y el 7% de los fármacos son falsificados, adulterados, contrabandeados, elaborados en farmacias no autorizadas o robados, aunque fuentes del sector sospechan que la cifra es mucho más alta. Por ello, la Asociación Argentina de Derecho Farmacéutico, entre otros organismos, promueve la concientización del riesgo para la salud pública que representan los medicamentos truchos. Así lo manifestó Marcos Vera, presidente de la Asociación Argentina de Derecho Farmacéutico, entidad que organizó para el 3 y 4 de junio próximos el "VII Congreso Argentino de Derecho Médico y de la Salud".

  En diálogo con La Capital, Vera destacó que "la falsificación, más allá de las indeseables consecuencias para la salud, hace desaparecer la confianza y genera rechazo a medicamentos reconocidos de probada calidad al tiempo que produce en los fabricantes un daño económico y un desprestigio muchas veces irrecuperable".

  ¿Cómo puede la gente detectar las diferencias entre un medicamento original y uno falsificado? "Lamentablemente los falsificados son difíciles de detectar y cada vez con mayor facilidad escapan a los controles. Además el acceso sin control a la tecnología hace que sea relativamente sencillo producir copias de envases idénticos a los genuinos. Por eso la clave está en que el público sea consciente de los riesgos", destacó Vera.

  Para evitar los riesgos el especialista recomendó que los farmacéuticos y usuarios "compren los fármacos en fuentes fiables, prestando atención al almacenaje y presentación del producto; estar atentos a las deficiencias en el envase y desde ya, informar a las autoridades sobre cualquier anormalidad".