Tras un largo periplo, una madre que reside en la localidad de Andino logró que al menos dos de los tres hijos que a fines de 2015 fueron separados a instancias de un polémico fallo judicial dictado en Casilda, puedan finalmente reencontrarse y disfrutar de la convivencia en su seno familiar.
Yolanda Córdoba tuvo seis hijos, que oportunamente fueron separados de su madre ante un episodio de violencia doméstica y alojados en el hogar de La Casa del Sol Naciente, de Bigand, que ya no funciona. Más tarde, tres de ellos le fueron restituidos a su mamá. Pero los restantes, entre ellos un niño con síndrome de Down, quedaron en situación de adoptabilidad. Hace dos años, la Justicia entregó a uno de ellos (el que tiene la discapacidad) a una familia de San Lorenzo. Pero otras dos fueron trasladadas a un hogarcito de Villa Gobernador Gálvez en condiciones similares.
Luego de que a la mujer le fueran restituidos sus otros tres hijos, y con la esperanza de unirlos a todos bajo un mismo techo, dio su consentimiento al Juzgado de Familia de Casilda para que resolviera la situación de los restantes. Pero esto no ocurrió como ella lo deseaba, y los últimos tres niños siguieron alejados del hogar maternal.
Disconforme y molesta con lo sucedido, Yolanda apeló la resolución y comenzó, con el patrocinio legal de Lucas Wojtasik y el acompañamiento de su pareja y papá de las nenas de las que habían sido separados, un desesperado derrotero que le permitió revertir en parte la cuestionada medida de primera instancia.
Así, Clarisa Salomé, quien ya tiene cinco años, y Maira (de ocho), comenzarán una nueva etapa al concretar su "deseo" de estar junto a su familia para dejar atrás la ingrata experiencia que significó residir en Villa Gobernador Gálvez en un espacio de alojamiento transitorio donde aún se encuentran, mientras que Enzo, (11), quien padece Síndrome de Down, continuará en guarda de adopción con una familia de San Lorenzo, aunque sin perder el vinculo con los hermanos.
Así lo determinó la Sala Segunda de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Rosario al revocar parcialmente el fallo dictado el 21 de diciembre de 2015 por la jueza de primera instancias de distrito de Familia de Casilda, Luz Mariela Alvarez.
Si bien el Tribunal interviniente, integrado por los doctores Gerardo Muñoz, Oscar Puccinelli y María de los Milagros Totti no hizo lugar al planteo de nulidad de la sentencia, dejó en cambio sin efecto la "medida excepcional" que regia hacia las niñas y que fuera adoptada en su momento por la Dirección Provincial para la Promoción de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia.
Estado de adoptabilidad
No obstante, los magistrados confirmaron lo resuelto respecto al menor discapacitado al convalidar que "seguirá en estado de adoptabilidad" con su "familia acogedora", aunque exigió a la magistrada casildense "ampliar el contenido de la sentencia recurrida ordenando que tanto la familia guardadora del niño como la que resultara adoptante, propenda, facilite y aliente, de manera efectiva, el vinculo entre éste y sus hermanos".
Para la revocatoria parcial, los jueces de Cámara se valieron fundamentalmente de informes brindados por profesionales que acreditan el "deseo" de las nenas en "reunirse con su madre y familia", tal como lo declararon ante la Cámara Gessel que se les realizó a tal efecto.
De lo esgrimido por los especialistas "se desprende como denominador común que (las menores) quieren volver a vivir con su madre y sus hermanos, mostrando su interés en verla", consigna la extensa resolución judicial cuyo criterio fue compartido por Muñoz y Puccinelli, mientras que Lotti se abstuvo.
Y en esa misma línea se refuerza lo expuesto al especificar que "las niñas fueron categóricas en la expresión de sus necesidades y deseos, no dejan lugar a dudas de querer volver a vivir con su mamá y no querer permanecer en el estado actual en el que se encuentran", al tiempo que resalta la importancia que hayan podido, a través de su abogado especializada en la materia, "expresarse con la necesaria libertad que legitima sus dichos".
Interés superior del niño
Lo descripto fundamenta el criterio adoptado por la Cámara de Apelaciones para revocar parcialmente el fallo de primera instancia, haciendo especial hincapié en el "interés superior del niño", como indica la doctrina y la jurisprudencia citada al respecto en el marco de lo resuelto.
En tal sentido se menciona, entre otras concepciones, que la Corte Suprema de Justicia de la Nación expresó que ello “debe ser entendido a partir de las circunstancias particulares de cada caso y que como principio proporciona un parámetro objetivo que permite resolver los problemas de los niños en el sentido de que la decisión se define por lo que resulta de mayor beneficio para ellos”.
También fue tenido en cuenta el resultado del informe ambiental realizado en el domicilio de la madre de las nenas, que “da muestra de que se encuentra en condiciones de recibir a sus dos hijas en el hogar”, donde además de sus hermanos también reside su padre, Abel Eduardo Orbe.
El último hermanito
A diferencia de lo dispuesto para las nenas, la Cámara consideró razonable que su hermanito Enzo continúe en “estado de adoptabilidad” en virtud a “la necesidad del niño de encontrar una contención particular y vinculada con su especial capacidad, por lo que se deberá tener en presente lo manifestado (por la familia con quien se encuentra) en cuanto a la intención de adoptar”.
Entre los fundamentos, los jueces se valieron de un dictamen de la Defensoría General de Cámara donde se destaca que Enzo, a quien le “diagnosticaron síndrome de Down y depresión afectiva por falta de amor y estimulación desde su nacimiento, los cuales afectaron su desarrollo físico como cognitivo”, convive desde el mes de noviembre de 2015 con una familia acogedora y “esta situación hizo que su calidad de vida mejorara considerablemente”.
No obstante, la jueza de Menores deberá ampliar su sentencia para garantizar el vínculo del chiquito con sus hermanos, especialmente Maira y Salomé, con quienes ya mantenía una relación y ellas mismas pidieron al Tribunal que “se haga eco en resguardo del derecho a la construcción de su identidad, preservando lazos afectivos que lo enraízan con sus orígenes y que pueden dar cuenta positiva de su historia personal”.
Lo resuelto satisface en parte la demanda de Justicia que desde hace tiempo lleva adelante Yolanda Córdoba al apelar el fallo de primera instancia del Juzgado de Familia de Casilda.
“Los chicos extrañan y están tristes”, había asegurado a este medio cuando salió al cruce de la resolución que derivó en la separación de sus hijos y motorizó su “lucha” hasta lograr la revinculación del núcleo familiar.
La mujer hasta había pedido “compasión” a la Justicia que finalmente, en una instancia superior, resolvió parcialmente su demanda al satisfacer el deseo de las nenas de convivir con sus hermanos Jorge, Débora y Benjamín, lo que recién podrán concretar una vez que el Juzgado de Menores de Casilda haga efectiva la resolución de Cámara.