Villa Constitución. — Más de un centenar de remiseros marcharon ayer por las
calles de la ciudad y se concentraron ante el municipio. Allí entregaron un petitorio al intendente
Horacio Vaquié reclamando más seguridad, tras el brutal asesinato en San Nicolás de una compañera
de trabajo el sábado pasado.
"Pedimos que nos brinden mayor seguridad en las calles, sobre todo durante la
noche y especialmente en los fines de semana, que es cuando más tenemos que soportar robos, asaltos
a mano armada y ahora también un asesinato. No queremos que a nadie más le pase lo que a Andrea, un
hecho aberrante que repudiamos y no olvidaremos", expresaron en el escrito los trabajadores del
volante.
Andrea Enrique, una mujer de 36 años que trabajaba en la agencia local 414 subió
pasajeros en Villa Constitución con destino a San Nicolás el sábado a las 5. Unas cinco horas
después, la policía nicoleña halló su cadáver en un descampado, y el auto que conducía abandonado
tres kilómetros hacia el sur.
A la víctima no le faltaba ninguna pertenencia personal, ni el equipo de
comunicaciones o el dinero recaudado, pero su cabeza había sido deformada a golpes, posiblemente
con un hierro que no pudo ser hallado.
"No va a pasar mucho tiempo hasta que encontremos a ese asesino; va a aparecer
ese animal para que se haga justicia. Pedimos que alguien que haya visto algo se comunique con
nosotros, porque queremos encontrar al mal nacido que la mató", imploró la madre de Andrea, Antonia
Echeverría.
Teoría y falta de sospecha.En principio, la Justicia y la policía nicoleñas
abocadas a la investigación abonan la teoría de un crimen pasional, habida cuenta de la saña con
que destrozaron la cara de la víctima, y que el o los autores dejaron intactas todas sus
pertenencias. "No tenemos ninguna sospecha, porque Andrea era muy reservada y los mismos compañeros
de trabajo nos dijeron que nunca la vieron con alguna pareja, nada", señaló la madre, y aportó el
principio de una pista: "Nos llegaron versiones que a Andrea la vieron aquí en Villa como a las
7.15 en la que la mataron".
La mujer estaba separada y tenía tres hijos, de 18, 15 y 13 años. El mayor se
había graduado la semana pasada en la escuela industrial San Pablo, en tanto la nena había cumplido
sus 15 años a principios de mes y estaban preparando una fiesta. Con sus autos enlutados con cintas
negras y con la foto de Andrea en sus parabrisas, los remiseros estacionaron frente al Palacio
municipal, donde los esperaron el intendente Vaquié y el jefe de la Unidad Regional VI de Policía,
Alejandro Torrisi. Antes de recibir el petitorio, Vaquié aseguró estar "consternado" y pidió un
minuto de silencio "para esta laburante que le llevaba el pan a sus hijos". Luego añadió: "Entre
todos tenemos que buscar una solución para esta problemática que nos preocupa".
Por su parte, Torrisi adelantó "toda la colaboración de la policía villense para
con la Justicia y nuestros pares de San Nicolás en la investigación para esclarecer este
crimen".
El propietario de la agencia de remises 414, Jorge Scarabaggio, descartó "por el
momento" la posibilidad de interrumpir los servicios nocturnos: "Durante el día también padecemos
hechos de robo, así que tendremos que reunirnos con las autoridades para implementar nuevas medidas
de seguridad".
En sus comunicaciones radiales, los remiseros villenses utilizan códigos
especiales en caso de transportar pasajeros sospechosos. Ese parece no haber sido el caso de
Andrea, que sólo informó a la agencia sobre su traslado hacia la vecina ciudad. "En la planilla que
ella tenía, hasta figura que ese viaje lo cobró", explicó la madre de la víctima.
Sin novedades
En principio no habría novedades de relevancia en la investigación del horrible
asesinato de Andrea Enrique. Este diario intentó en reiteradas ocasiones recabar datos en la
Dirección Departamental de Investigaciones de San Nicolás y la respuesta siempre fue la misma: "Los
jefes no se encuentran y no estamos autorizados a dar información".