Las localidades del departamento San Martín que sufrieron a principios de este año una de las inundaciones más grandes de la historia se verán beneficiadas por una obra que promete reducir considerablemente los tiempos de anegamiento ante lluvias intensas. Se trata del llamado Canal Biolatto, un curso de 56 kilómetros que atravesará varias comunas y traerá tranquilidad a más de 30 mil habitantes.
Fue el ministro de Infraestructura y Transporte, José Garibay, quien firmó el acta acuerdo con el comité de la subcuenca superior Cañada Carrizales, que destina 2,5 millones de pesos para la finalización del canal.
"Estamos contentos de entregar este aporte para finalizar una obra de canalización que resolverá el problema de las áreas productivas y protegerá a localidades del departamento San Martín", detalló Garibay al término de la reunión.
El encuentro se desarrolló en la sala de reuniones del Ministerio de Infraestructura y Transporte de la ciudad de Santa Fe, y contó con la presencia, además, del secretario de Recursos Hídricos, Roberto Porta; el subsecretario de Coordinación del Ministerio de Gobierno y Reforma del Estado, Luciano Caturelli; el subsecretario operativo del Ministerio de Infraestructura y Transporte, Ricardo Ruiz, y el presidente del Comité de Cuenca involucrado, Diego José Ceriotti; entre otras autoridades.
Caturelli resaltó "la importancia del comité de cuenca como espacio ordenador de la política hídrica, que al mismo tiempo garantiza la participación de todos los actores locales, productores y del Estado".
Protección. Enmarcada en las obras de protección contra inundaciones llevadas a cabo por la emergencia hídrica, la construcción del canal Biolatto beneficiará a más de 30 mil habitantes y atravesará Cañada Rosquín, Casas, El Trébol, Carlos Pellegrini, Piamonte y María Susana.
Esta canalización, también conocida en su tramo medio como "Canal Norte María Susana", posee una traza que se desarrolla sobre el límite sur de la subcuenca superior de la Cañada Carrizales y cuenta con una longitud total de 56 kilómetros.
El objetivo de la construcción del canal es, por un lado, reducir los tiempos de anegamiento en el sector rural para proteger caminos y rutas y por otro, evitar los desbordes de la Cañada Carrizales. Los trabajos permitirán reducir en un 87 por ciento las áreas anegadas, evitando los desbordes específicos en zonas bajas y adyacentes a rutas y caminos (por ejemplo, en la ruta provincial 13), mediante el reacondicionamiento y la instalación de 41 alcantarillas de módulos premoldeados de hormigón, lo que demanda a la provincia una inversión de 12,5 millones de pesos.
A su vez, en los tramos donde ocurren desbordes, los tiempos de anegamientos se reducirían en casi un 90 por ciento, particularmente en el tramo superior, donde el agua permanece en superficie durante al menos 15 días, para lluvias ordinarias. Esta obra permitiría evacuar estos excedentes en un período menor a los tres días en los puntos más críticos.
Hasta el momento se llevan excavados 40 kilómetros de canal, mientras se avanza en la provisión y colocación de las alcantarillas.
Manejo. "Es una herramienta que tiene el estado para intervenir en el manejo de las aguas, ya sea para las retenciones o drenajes como en este caso. Creo que el gobierno de Lifschitz jerarquiza esta herramienta al firmar los convenios de aportes económicos para que se realicen las obras", remarcó Caturelli.
El funcionario agregó que "por otro lado la provincia es la que provee la decisión técnica de los proyectos a ejecutar reservándose para si la decisión de prioridades. En primer lugar cuidar a las personas que viven en las localidades y por otro salvaguardar la cuestión productiva de las inclemencias climáticas".
"Aportamos 2,5 millones de pesos a una obra que la gestionamos desde sus inicios. Conocemos cada metro de ese canal, a sus productores, y el pedidos de muchos de los presidentes comunales que se involucraron en este proyecto que está pronto a concluir, más allá de todo lo que tuvimos que pasar. Jamás nos dimos por vencidos con esta obra medular para nuestro departamento", remató Caturelli.
"No va más". "La cosa así no va más. Tenemos que reunirnos y empezar ya con las obras". Tal fue la frase que el presidente comunal de María Susana, escuchó del otro lado del teléfono de voz del gobernador Miguel Lifschitz. Fue el 5 de enero, cuando esa localidad se vio inundada en un 80 por ciento, en lo que fue la peor catástrofe hídrica de su historia.
El desastre producido en María Susana y otras comunas apuró, efectivamente, la concreción de obras. Esa localidad del departamento San Martín resultó la más afectada por la acumulación y desplazamiento de agua. A principio de este año cayeron sobre María Susana 200 milímetros y en algunas zonas rurales llegó a los 300, lo que dejó al 80 por ciento del casco urbano bajo el agua.
Tal cual lo publicó LaCapital en su edición del 6 de enero, las calles eran verdaderos ríos que atravesaban el pueblo e inundaron viviendas que nunca antes habían sido afectadas, ante la impotencia de los pobladores que intentaban pelear contra el agua con bolsas de arena.
Así lo graficaba entonces el presidente comunal Norberto Antici, quien afirmó que se trató de "la mayor inundación que sufrió María Susana en su historia".
Pero no fue la única. En agosto del año pasado un temporal también afectó a esa comunidad, al punto que el mismo Antici vaticinó en aquel momento: "Si caen cien milímetros más, María Susana desaparece. No desapareció, pero meses después volvió a sufrir las consecuencias de un temporal. Entonces, Antici escuchó del gobernador el anuncio de que las obras en el canal Biolatto se reanudaban.