Después de 25 años de democracia y a un año de profundos cambios en varios
municipios y comunas, a Santa Fe le llegó la hora de los balances y la rendición de cuentas. Hubo
cambios institucionales, entre ellos el color político de la provincia, administrada durante
décadas por el justicialismo y hoy con una gestión socialista. Y se modificó el poder local, el
pago chico. En distintos municipios y comunas hubo sorpresas. Un urnazo de ideas y transformaciones
que dejó huellas: Santa Fe, Villa Gobernador Gálvez, San Lorenzo, Rufino, Arroyo Seco y Godoy
rompieron, entre otras, con años de administraciones "históricas" y el poder local lo ejercen ahora
otras caras, otras voces. ¿Qué dicen a un año de asumir los que le cambiaron el color político a
sus pagos?
Jorge Murabito es un arquitecto joven, no más de 35 años.
Vive en Villa Gobernador Gálvez "desde siempre" y la política fue para él una opción de vida.
Intentó ser concejal e intendente de esta ciudad de 120 mil habitantes. Finalmente se hizo cargo de
la ciudad el 10 de diciembre de 2007.
"Recién hoy me doy cuenta de lo que significa ser
intendente, sentarse en la primera fila, resolver problemas al personal. Si hay 800 empleados hay
800 problemas", sostiene el nóvel político. "No veníamos de la política y al principio todos decían
que íbamos a durar tres meses, pero cambiamos una forma de manejarse que duró 16 años en la
ciudad", dice.
Pasado. El "antes" del que habla Murabito es un presente. La
administración del mítico ex intendente Jorge "el gordo" González, aún se respira en la ciudad.
"Tratar de cambiar esto no es fácil, pero se va logrando con diálogo y negociación", arriesga
Murabito.
El arquitecto dice enfrentar dos desafíos: "Llevar adelante
una familia, tengo dos hijos chiquitos, y ser intendente. Los dos son complicados". Este año el
presupuesto de la Intendencia fue de 51 millones de pesos y para el 2009 presupuestaron unos 60
Millones. "Hay serios problemas en el Concejo, que traba temas, pero poco a poco estamos andando",
afirma.
Murabito no tuvo este año mucha fortuna económica, pero
ante la crisis que varios municipios atraviesan, la provincia salió a dar auxilio. "La verdad es
que tuvimos todas las complejidades posibles; desde la crisis mundial hasta la local, pero así y
todo pudimos hacer más de lo que pensábamos" sintetiza.
Herencias pesadas. En este sentido, para Leonardo Raimundo, un abogado de 45
años y actual intendente de San Lorenzo, el tema no fue muy distinto. "Cuando asumimos, desde el
Concejo Municipal hubo que declarar emergencia económica y sanitaria", recuerda.
"La deuda era de varios millones de pesos y la ciudad
estaba destruida. Pensamos que el primer año íbamos a tener que apagar incendios, pero pudimos
salir , recuperar servicios públicos, y seguimos", asegura.
San Lorenzo tiene 50 mil habitantes, el presupuesto de
Raimundo en 2008 fue de 50 millones de pesos y para el 2009 tiene asignados 70 millones. El actual
intendente Raimundo, que tiene mayoría en el Concejo, tuvo como antecesor a un matrimonio: Armando
Traferri (primero) y luego su esposa, Mónica de la Quintana.
"Pude pagar salarios, aguinaldo y tengo 10 millones de
pesos en el banco. Entonces me hago esta pregunta ¿Dónde estaba la plata antes?", dice
capciosamente.
Avanzar. Cada uno de los intendentes se queja de la consabida "pesada
herencia" de la gestión anterior. Este lastre en algunos casos se hizo insoportable, pero todos
salieron adelante y aún no hubo fuertes encontronazos ni pedidos institucionales que hicieran
lamentar la destitución o un juicio político.
Es que en el Departamento Rosario, y también en algunos
otros sectores de la provincia, alguien oficia de "operador" y contiene políticamente a varios
dirigentes. Es el senador Juan Carlos Zabalza (PS). Su experiencia en la política y en la función
pública hizo que el gobernador Binner lo pusiera en un lugar de interlocución fundamental.
Lo más chico. Pero no sólo en municipios medianos y grandes cambiaron las
cosas. En Godoy, una población de 1.550 habitantes del sur provincial, también sucedió lo inédito.
Una mujer es jefa comunal y, para colmo, no es oriunda de la localidad.
Rita Chirco tiene 53 años y si bien nunca militó en el
peronismo viene de una familia peronista. "Es algo que uno siempre lleva en el corazón y a eso se
suman las ganas de hacer cosas", cuenta.
Sus problemas son muchos: "El primero: no tengo plata. Ha
sido difícil, asumimos con una deuda grande en farmacia, combustible, análisis médicos. Es un
pueblo chico y asistimos de muchas formas" asegura la mujer.
Se queja de Santa Fe, la capital burocrática. "La gente
pide alcantarillas, cordón cuneta, mejorado, pero recién después de un año me aprobaron un proyecto
de obras menores. Muchos papeles, muchas idas y venidas y pocas soluciones" se lamenta.
A su juicio, el gobierno socialista "tiene buena teoría,
pero en la práctica deja mucho que desear. Me siento discriminada muchas veces. Y digo esto
sabiendo que tal vez quede en una posición más incómoda" sostiene a regañadientes ante la consulta
de La Capital.
La joven UCR. En el sur hay realidades distintas y a la hora de votar no
primaron las ideologías sino las personas que dirigirían el municipio. En Arroyo Seco se dio un
hecho insólito: el radical Darío Gres es el intendente más joven de la provincia, asumió con 31
años. "Vengo de familia radical y que siempre se dedicó a la política. Transparentar la
administración y cambiar la forma de hacer política fue el desafío" dice.
La forma de la que habla es "cierto paternalismo" que
durante años ejerció Pedro Spina. Otro mítico dirigente peronista que, al año de haber sido
derrotado en las urnas por el 60 por ciento de los votos, falleció luego de una larga
enfermedad.
La ciudad tiene 30 mil habitantes y en 2009 Gres tiene
destinados 26 millones de pesos. "Llegué a un lugar muy deseado por los políticos locales, ganamos
con el 60 por ciento de los votos y eso nos dio la fuerza necesaria para los cambios que hicimos",
enfatiza.
Sur. En el sur profundo está Rufino, una localidad de 19.000 habitantes en que
se dio otra particularidad. Jorge Giordano es un radical de unos 45 años que asumió luego de una
larga gestión del PJ a cargo de Héctor Salvo. "Había descontrol en la administración y muchas cosas
que no correspondían. Había deudas de tasas de más de 5 años y poco a poco estamos regularizando la
caja", asevera.
Su presupuesto es de 10 millones de pesos y a la hora del
dinero se queja: "Sé que Sciara (Angel, ministro de Hacienda provincial) está gestionando un aporte
extraordinario. Esperamos esto rápidamente", dijo.
Desde diferentes lugares de la militancia política y con la
premisa de pintar su aldea, los dirigentes de las poblaciones que rompieron con décadas de historia
institucional hacen su camino y muestran sus armas, mientras aprenden a dejar de ser oposición para
ser los "jefes comunales".l