El éxito de Scaloni estalló con la Copa América y ahora es el “héroe” del pueblo, que llevó a la selección al Mundial. Y eso lo notaron todos los habitantes de Pujato porque empezaron a llegar cámaras de televisión de Buenos Aires y de otros países para conocer el pueblo donde nació Scaloni.
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Virginia Benedetto
Y también impactó en el Club Sportivo Matienzo, que de repente se hizo conocido. “Ahora, cuando hablamos con otros clubes nos dicen a todo que sí, que somos el club de Scaloni”, expresa Fabián Medicina, presidente de la entidad y gran amigo del entrenador.
A su vez, María Julia Fernández dice que cuando ahora cuenta que es de Pujato, en otras ciudades le dicen “ah, sos de la ciudad de Scaloni”. Todos disfrutan del éxito del deportista santafesino.
Un poco de historia
Los hermanos Scaloni, Lionel y Mauro, de chiquitos empezaron a entrenarse en fútbol, en el Club Matien- zo, del que participaban sus familiares. “El papá de Leo, Ángel, se empeñó en que su hijo fuera un gran deportista. Salía de trabajar en el campo, lo cargaba en la chata y se lo traía al club a entrenarse, y mirá a dónde llegó”, rememora conmovido Medicina.
Cuando Lionel tenía 12 o 13 años, Ángel se fue a Rosario para llevar a su hijo a Newell’s. El chico jugó ahí dos años y luego fue comprado por Estudiantes de La Plata. De allí saltó a Europa, donde se desempeñó como jugador en varios clubes hasta que dejó los botines para calzarse los zapatos del entrenador.
Los Scaloni siempre estuvieron ligados al club. Ángel integró la comisión directiva de Sportivo Matienzo, y Eulalia estuvo ligada a varias actividades y ayudó en el bufet cada vez que había partido. Actualmente, Mauro está a cargo del fútbol infantil, por lo que la vida de esa familia sigue girando en torno al club de camiseta verde y blanca.
En ese club, donde empezó la carrera del entrenador, quisieron homenajearlo y en agosto del año pasado encargaron a un artista casildense un mural que refleja la cara del técnico y al fondo el escudo verde con las letras blancas de Matienzo. La obra se encuentra en la ochava, sobre una de las paredes de la sede social.
Además, desde la comuna hicieron otro mural, que se encuentra en un playón deportivo público donde tiene lugar la tradicional Fiesta Provincial del Transporte, que se hace todos los años en Pujato. Y también en la entrada del pueblo hay un cartel que indica que se está llegando a la localidad donde nació Scaloni.
Sin embargo, la fama no embriagó al entrenador internacional. “Cuando Leo viene al pueblo, es uno más. Es muy normal”, subrayan sus amigos. Desde que Scaloni trabaja con la selección nacional se lo empezó a ver más seguido en Pujato. Es que el entrenador vive en Mallorca, España, y viajaba poco a este continente. Pero todo cambió cuando sus padres empezaron a tener problemas de salud.
Ahora, tanto su papá como su mamá están delicados. Sin embargo, pueden seguir los partidos del Mundial. “Corina (la hermana de Lionel) se fue a Qatar y Mauro se quedó a cuidar a sus padres, pero si ellos estuvieran bien, seguro se hubieran ido todos para allá”, dice Medicina, que los conoce bien.
Sus padres son su gran preocupación y siempre que puede los lleva él mismo hasta la clínica de rehabilitación en Rosario, en una camioneta especialmente adaptada para ellos. Eso lo saben todos y por eso, cuando el técnico viaja a su pueblo, saben que lo primero es su familia.
Para los pujatenses Scaloni sigue siendo el mismo que caminaba de chico por sus calles: de bajo perfil, pocas palabras y sencillo, así como se lo ve por televisión.
Cuentan que, además, cuando está en Pujato siempre se hace el tiempo para ir al predio del club donde están las canchas y ver los entrenamientos de los más chicos, o simplemente a sentarse en la tribuna, como uno más, a ver un partido.
La gran apuesta
Desde que Scaloni se dedica al fútbol profesional ayudó de diversos modos al club de su infancia y eso se nota en Pujato. El predio donde están las canchas es totalmente nuevo. Se encuentra en el camino rural hacia Coronel Arnold. Rodeado por un extenso muro, alberga canchas de fútbol, vestuarios, y un sector para el bufet.
Cada vez que Scaloni llega allí estalla la euforia. “No lo dejan ni caminar”, relata Leonardo Holgado, más conocido como “Tati”, quien se ocupa de cuidar con esmero las canchas el predio.
“El no le niega fotos a nadie ni tampoco autógrafos”, continúa Holgado, quien relata que el predio existe desde hace seis años y fue impulsado por la familia Scaloni. Antes, los entrenamientos se hacían en unas canchas que estaban en otro sector del pueblo, actualmente edificado.
“Ángel, el papá de Lionel, cuando estaba bien venía todo el tiempo al predio nuevo y hasta proyectó la pileta de natación”, comenta Holgado, quien rememora a Scaloni padre recorriendo el predio con su camioneta y dando indicaciones.
Actualmente, en el predio hay varias canchas para las prácticas, y otra con las medidas oficiales para fútbol profesional. Unos 110 chicos se entrenan en ese lugar. Muchos de ellos son de Cabín 9, Pérez, y también hay jugadores de Casilda. Además, hay unas 40 chicas que practican fútbol.
Holgado detalla que están preparando todo para colocar más luminarias y tribunas para locales y visitantes. Además, proyectan construir la pileta y una zona con mesas y parrilleros.
En Pujato, como en Rosario, se vive intensamente la pasión futbolera. Allí también hay dos clubes: el Atlético Pujato y Sportivo Matienzo. “Hay mucha pica, pero no faltan hinchas del club contrario que le piden autógrafos a Scaloni, y también hay quienes se mueren de envidia porque no lo tienen como nosotros”, expresaron los amigos de Matienzo.
Son ellos los que más disfrutan de la gloria de la selección, pero no tanto por los jugadores sino por el entrenador. “Queremos que gane Argentina, pero sobre todo por Lionel”, confiesa Edith Antinori, integrante de la comisión directiva de Matienzo, quien asegura que se pone muy nerviosa y no puede ver los partidos.
En cambio, Daniel Lorenzetti, Marcos Fargioni, Esequiel Palacios, Rodrigo Lucarelli, Fabián Medicina y María Julia Fernández, todos ellos también integrantes de la comisión directiva del club Matienzo, siguen paso a paso el proceder de su amigo. Por cábala se juntan en la casa del presidente, Fabián Medicina, para ver cada uno de los partidos. “Disfrutamos y sufrimos a la vez”, confiesan.
Y en esa casa también se reúnen cada vez que Scaloni llega a Pujato. “Lo invito a casa porque si se queda en el club no lo dejan ni comer”, revive Medicina, quien se ocupa también de preparar unos buenos asados para el DT.
“Charlamos mucho y él nos habla de lo que hace en el fútbol. Lo apoyamos en sus decisiones, en los cambios que hace en los partidos, porque él sabe lo que hace y lo está demostrando”, aseguran. Y destacan que el gran logro del entrenador amigo es haber construido un gran equipo.
Ahora palpitan la llegada del partido del viernes. Sufren y disfrutan a la par de su amigo y de todos los argentinos que siguen a la Scaloneta. Sin embargo, a ellos se les suma un afecto especial por el entrenador, el mismo que de chiquito jugó con ellos en las veredas de su pueblo y hoy es un grande en el mundo que sigue siendo el mismo entre sus amigos. “Siempre le tuvimos fe”, concluyen sus más fanáticos hinchas.
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Virginia Benedetto