Ocho equipos en la instancia final del Mundial Qatar 2022, pero uno de todos ellos con el cuero más curtido que el resto: Argentina. Es que contrariamente a lo que suele decirse, que el verdadero Mundial comienza a partir de los octavos de final, para el equipo de Lionel Scaloni comenzó muchísimo antes, ya en el segundo partido de la fase de grupos. Argentina es la única selección que disputó sus últimos tres partidos con la espada de Damocles sobre su cabeza, sabiendo que cada encuentro de esos, si los perdía armaba las valijas y se volvía. Puede verse la mitad del vaso lleno si se piensa que el equipo se acostumbró rápidamente a convivir con la presión y que es algo que no lo afecta o la otra mitad si se lo analiza desde el lado de la carga emocional o psíquica constante. Ni Países Bajos, ni Croacia, ni Brasil, ni Inglaterra, ni Francia, ni Marruecos, ni Portugal pasaron por una situación similar.
Lo que le tocó vivir a Argentina es claro y tuvo que atravesarlo sí o sí, otra no le quedaba. Por eso la incógnita sobre si es algo positivo, desde el punto de vista de empezar a convivir con la exigencia tempranamente en el torneo, o contraproducente por el desgaste físico, pero sobre todo emocional que todas esas finales produjeron.
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Argentina se jugó contra México la primera parada brava en el Mundial Qatar 2022. El equipo lo sacó a flote.
Ese arranque con el pie cambiado frente a Arabia Saudita alteró todos los planes de Argentina, porque Scaloni se vio obligado a meter mano en el equipo en busca de alternativas que fortalecieran el juego, ya en un escenario que marcaba coordenadas inequívocas: si no ganaba, se despedía de Qatar 2022.
Y así fue contra México, la primera parada que Argentina debió superar sabiendo que ante un nuevo resbalón todo se caería como un castillo de naipes. Y así fue frente a Polonia, donde también había un resultado (la derrota) que terminaría con las ambiciones. Es decir, cuando el resto comenzó a jugar el “verdadero Mundial”, ese en el que un traspié oficia de condena, Argentina ya transitaba por ese carril desde un tiempo antes.
Y lo de la carga emocional y psicológica no parece ser poco. Es que de no haber superado todas esas instancias este cuerpo técnico y este plantel hubieran sido tildados como el mayor fracaso de la historia de Argentina en los mundiales. De allí la obligación de no pasar por alto el aspecto positivo de esta historia.
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Argentina se jugó contra México la primera parada brava en el Mundial Qatar 2022. El equipo lo sacó a flote.
El rival de turno, Países Bajos, hasta aquí sólo estuvo expuesto a una situación límite, en el partido frente a Estados Unidos, en el que encima resolvió con un 3 a 1, con cierta facilidad. El inicio del camino con triunfo (2-0) frente a Senegal puso al conjunto naranja en una situación ya de cierto confort, sin obligación de victoria contra Ecuador.
De pasar a semifinales podría tocarle Brasil, un equipo que también se paró ante la necesidad de ganar para seguir recién en la instancia de octavos de final (tras vencer los dos primeros partidos en la fase de grupos), donde en un puñado de minutos se sacó de encima a Corea del Sur. El partido contra Camerún (con derrota) fue simplemente para cumplir con el fixture. Y si no es Brasil será Croacia, a la que ya el empate con Marruecos en el debut le dio la calma necesaria como para ir por Canadá sabiendo que una derrota no lo dejaba afuera.
Del otro lado de la llave, ninguno de los que hoy están en cuartos de final se expuso a una situación de apremio. Inglaterra arrancó con una goleada y al segundo partido empató, por eso recién en octavos tuvo que preocuparse. Francia lo hizo tan simple que las victorias en los dos primeros partidos le dieron la calma que Argentina nunca tuvo. Un camino similar transitó Portugal (triunfos en las dos primeras fechas, ante Ghana y Uruguay) y tampoco Marruecos salió a jugar con la soga cuello antes del enfrentamiento contra España, por los octavos de final.
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Julián Alvarez define en el partido ante Australia, en el encuentro correspondiente a los octavos de final del Mundial Qatar 2022.
Para todos ellos el Mundial verdaderamente comenzó en octavos de final porque antes de eso ninguno de los siete equipos que, junto a Argentina, están con vida en este Qatar 2022, se vieron en la obligación de tener que ganar para seguir con vida.
A Argentina le sobra experiencia en ese sentido, porque contrariamente a lo que se pensaba sobre un tránsito con cierta calma finalmente no se dio y todo se transformó en un estado de alerta permanente. Con Australia era lógico que el equipo de Scaloni se expusiera a las urgencias y la responsabilidad de ganar, pero ya venía con las experiencias vividas ante México y Polonia. En esos dos encuentros Argentina también caminó por la cornisa.