Es ahora, Argentina. Ahora que ya cumplió con creces, y con mucho sufrimiento, el objetivo básico de jugar los siete partidos de una Copa del Mundo. Ahora que a sí mismo se demostró con el carácter necesario para superar las adversidades. Que hacen a todo equipo que se precie de tal, aunque no sea lo único. Ahora que tiene a Lionel Messi en la mejor versión mundialista, por lejos. Y que es, como nunca, pieza fundamental, pero no la única. Ahora que se sacó a un peso pesado y va por otro, con menos historia pero con el respeto que se merece todo subcampeón. Ahora que, para qué negarlo, se intuye que tiene con qué. Por sus méritos y porque Croacia tampoco mostró tanto en el Mundial Qatar 2022, al punto que sin dudas peor hubiera sido enfrentar a Brasil. Por todo eso, porque hay un sueño sustentable de un proceso que puede alcanzar su cenit, es esta tarde de martes (a las 16), en la noche qatarí, de nuevo en el Lusail Stadium. Es ahora.
Y lo es porque Argentina es favorita. Se insiste, con el máximo respeto al rival, pero es favorita. Como lo fue en su partido de cuartos de final Brasil, que de ninguna manera debió volverse a casa antes. Ahí seguramente tiene un gran aprendizaje el equipo de Lionel Scaloni, uno más de los que pudo tomar ejemplo, para ver por dónde dañar a una Croacia que, aunque sabe lo que quiere y nunca parece resignar sus métodos, mostró que es vulnerable también.
Por supuesto, es su enorme mérito tener un arquero como Dominik Livakovic, pero no tapa el hecho de que viene siendo su figura. Lo fue ante un Japón que también casi lo pone de rodillas, pero sobre toda ante un Brasil que le creó demasiadas situaciones de gol Mientras, Alisson apenas sufrió un disparo de Brozovic al final del primer tiempo suplementario y el gol, rebote necesario mediante en Marquinhos, de Petkovic ¡en una contra! cuando el seleccionado de Tité lo venía ganando bien en esa prórroga.
Lo dicho, un descuido que Croacia hace pagar, porque siempre busca progresar cuando lo dejan con el sabio veterano Luka Modric como eje y las trepadas de Juranovic y Borna Sosa por los laterales, al que se suma un siempre intuitivo Perisic y no mucho más.
Esta Croacia sufrió mucho el Mundial. No pudo vencer a Marruecos en el debut, lo empezó perdiendo con Canadá y si no fuera por los goles imposibles que desperdició Romelu Lukaku en el duelo decisivo con Bélgica, estaría afuera de Qatar en primera fase. Japón en octavos lo dominaba y le ganaba bien, hasta que descuidó a Perisic. Y Brasil padeció el mismo síndrome cuando arriesgó innecesariamente. Pero al buen equipo de Zlatko Dalic le han llegado mucho y eso Argentina puede aprovecharlo. Tiene cómo.
Los descuidos mencionados de Japón y Brasil deben ser tomados con debida nota por Scaloni, porque pasado aquel debut desgraciado ante Arabia Saudita, lo cierto es que sufrió mucho en los pocos momentos en que Australia y Países Bajos fueron decididos a atacarlo. Croacia demostró que también puede hacerlo y que lastima mucho.
Ahí deberá reforzar Scaloni y un aprendizaje debe haberle dejado Países Bajos, cuando sacó al Cuti Romero y Marcos Acuña, hasta el 2-0 bastiones argentinos, por la amarilla que pesaba sobre ellos. Y no quedaron dudas que perdió en los cambios por Germán Pezzella y Nicolás Tagliafico, sobre todo el primero que hizo una falta innecesaria que derivó en el empate agónico. En ese sentido, el conjunto croata es como el de Van Gaal. No se lo va a perdonar. Moraleja: el técnico debe dejar en cancha hasta el final a los mejores, sin especular, en este caso en una segunda amarilla.
Por lo demás, si Scaloni decide atacar con dos y los laterales, en un sistema 5-3-2, o en un 4-3-3 o hasta en un 4-4-2, viene mostrando que puede lastimar y seguramente encontrará caminos hacia el lungo arquero croata. Después será cuestión de que no le pase lo mismo que a los brasileños, que no la metieron. Pero en ese sentido, Argentina marcó en todos los encuentros y desde México de a dos siempre. Manteniendo ese target tiene el camino expedito a la sexta final de su historia, la gran revancha que Lionel Messi espera después del Maracaná 2014, la que desean la mayoría de los argentinos y, porqué no, gran parte del planeta.
Argentina puede, por supuesto. Tiene a Messi encendido, contenido en un equipo, haciéndose cargo como siempre pero con las responsabilidades más repartidas que en otros momentos. Tiene a un técnico que ha mostrado muñeca y que está dando la talla, y que parece dispuesto a aprender también, por eso es menester que haya tomado notado de ese final con Países Bajos. Está todo dado. Es ahora.
Una duda: Paredes o Di María
Primero fue la conferencia de prensa del técnico y luego la práctica. Y como era de suponerse, Lionel Scaloni no confirmó el equipo pero a esta altura parece haber solamente una duda: Leandro Paredes o Ángel Di María. Traducido al sistema táctico: será un 4-4-2 o un 4-3-3. Por lo tanto, el 5-3-2 que se usó ante Países Bajos quedaría a un costado en esta ocasión.
De hecho, pese a que los trabajos tácticos fueron a puertas cerradas, se supo que Scaloni probó primero con Di María y luego con Paredes. El rosarino, que no estaba al ciento por ciento para la cita de cuartos, tiene chances de volver a ser titular, pero como Rodrigo De Paul también juega con cierto riesgo físico, el técnico no se inclinaría por tener dos jugadores así. Por eso Paredes es la opción más lógica, más porque el medio croata es el fuerte rival.
Nadie se perderá el próximo
Para este encuentro semifinal, Argentina perdió a Marcos Acuña y Gonzalo Montiel por las dos amarillas acumuladas hasta acá en el Mundial. Para esta cita uno de los grandes cambios fue que las amonestaciones se limpian luego de los cuartos, ya que hubo muchos casos de jugadores que se perdían luego la final por ese motivo. A la Argentina le pasó en el 90 con Claudio Caniggia, Julio Olarticoechea y Sergio Batista.