El fin de la grieta Maradonismo v. Messismo con la conquista de la Copa del Mundo

Diego Maradona o Lionel Messi. ¿Quién es el mejor del mundo? La eterna y ridícula discusión se instaló durante años y fue uno de los temas que siempre se trató a la hora de elegir por uno u otro. En realidad nunca se debió marcar la diferencia porque Diego fue el más grande del planeta por años y le cedió el trono al rosarino. Dos argentinos en lo más alto que enorgullecieron a los amantes del fútbol. Pero en todo momento se buscó marcar la diferencia y Lionel cargó con el peso de que "no ganó un Mundial". Listo, ahora lo consiguió sumando la tercera estrella a la camiseta, no tiene ninguna materia pendiente y erradicó por siempre la controversia nacional e internacional.

El Diego eterno jamás será olvidado. Llevó al equipo a la conquista de la segunda estrella al dar la vuelta olímpica en México 86. Y le dio a la albiceleste todo lo que pudo. Sufrió, lloró y sonrió defendiendo los colores de la bandera argentina. Todo su fútbol y magia permanecerá inalterable por siempre. Y hay grandes capítulos dedicados a su figura en el libro del fútbol.

Messi -el muchacho humilde que se cansó de ganar títulos- hizo lo propio. Lloró y hasta se "bajó" de la selección por la impotencia que lo abordó en un momento de frustración por intentar pelear por la Copa del Mundo y no poder. El fuego interno de revancha pudo más y como pibe porfiado hizo un nuevo intento. Todo parecía escrito. Y en la última función mundialista -va seguir vistiendo la camiseta de la selección un tiempo más- llegó al objetivo tan buscado y soñado. Levantar la Copa del Mundo como lo hizo Diego hace 36 años.

Fin de la insignificante discusión. Ya nadie podrá endilgarle que a la Pulga le falta un logro importante en la selección. La grieta Maradonismo v. Messismo se cerró -o al menos eso debería suceder-. Lionel llevó a lo más alto a la Argentina consiguiendo el título más esperado e importante de su carrera. Y así besar y levantar hacia el cielo ese trofeo de 5 kilos de oro.

Maradona fue el más grande del mundo en su tiempo. La posta la recibió Messi, el mejor jugador del mundo de la actualidad.