Kaláshnikov tiene 29 años y fue arrestado por la policía indonesia en el aeropuerto de la isla de Bali en diciembre del año pasado. De acuerdo con medios locales, el hombre está acusado de traer desde Nepal tres kilogramos de hachís ocultos en tubos de pasta de dientes, un delito por el que podría ser condenado a pena de muerte.
Mientras se encuentra en la prisión de Kerobokan esperando su sentencia, Kaláshnikov, que trabajó como cocinero en la ciudad rusa de Surgut, abrió en el centro penitenciario su propio negocio de comida junto con un amigo alemán.
"El comienzo fue un éxito. La semana pasada trabajamos en modo de prueba. Diariamente vendemos unas 15-20 porciones de deliciosos y hermosos platos. El beneficio para los dos es de 500 a 1000 rublos (entre 9 y 18 dólares) al día", explica en su cuenta Kaláshnikov.
La pena que la Fiscalía indonesia solicitará para el ciudadano ruso se conocerá el 19 de junio, pero Kaláshnikov deberá esperar hasta finales de mes para conocer la sentencia final de la Justicia.