Radical o Peronista, de Boca o de River, ¿que convierte al otro en enemigo? La grieta es lo políticamente incorrecto pero es lo que genera adhesiones y lo que gana elecciones. El psicoanalista, a través del psicoanálisis, es el representante por excelencia del órden simbólico y como tal no debe dejarse arrastrar al lodo de lo imaginario, a la grieta.
Nuestra cartografía psíquica está inundada por oleadas migratorias de abuelos caídos en la nostalgia. Las carencias afectivas heredadas afectan el vínculo amamantamiento y arrojan una idiosincrasia fragmentada, fijada a estadíos orales de ambivalencias polarizadas.
Lo melancólico del tango polariza en la proyección maníaca del odio al narcisismo de las diferencias. Nuestros conductores encarnan la consciencia promedio de una comunidad “con dogmas polarizados”, investidos de egocentrismo, “sin fallas”; “calla la autocrítica” negando los errores y males para proyectarlos en la odiada oposición. Estuvimos casi dos décadas repitiendo que “la patria es el otro” pero a la vez “combatimos el capital”. El gobierno actual proyecta sin reparos el péndulo del odio al “zurdo de mierda” para antagonizar discursivamente con los críticos del “capitalismo”, también descalifica al “colectivismo” que amenaza con perturbar el individualismo competitivo del libre mercado.
Nos cansamos de repetir que la inflación no la genera la emisión monetaria y pasamos a decir que es siempre producto de la emisión. Si se pudiera salir de la grieta, no solo ideológica sino además epistemológica, entenderíamos que nunca hay una sola causa; que todo en el mundo es multicausal. El problema es la negación, y no solo del otro polo, sino de la parte de la realidad que no conviene al marco ideológico rígido. Si la política del reparto y la distribución no es acompañada por la producción “de bienes”, la inflación se dispara por la demanda.
INTEGRAR LO DIFERENTE
No puede haber proyecto de país sólido sin integración de las antinomias. Ahora apoyamos “tibiamente” a un líder que se cree el “hombre gris” de la profecía de Benjamín Solari Parravichini. O bien es blanco o negro pero no gris, él agita la mano mágica del mercado que en los 90 bajó la inflación pero que quebró la producción industrial (que no supo recuperar el discurso estatista). El gris es una metáfora utilizada por las escuelas herméticas, es como decir “el sendero del medio”, el equilibrio.
La profecía argentina dice que gobernará un hombre “de jóven casta”, no dice que no es de la casta; el hombre gris es el pueblo (no es Milei), tampoco habita en el tatuaje que se habría grabado Santiago Caputo en un rapto de misticismo.
La polarización en ideas contrapuestas es lo patológico que dificulta el encuentro de respuestas equilibradas. La propuesta freudiana, El Psicoanálisis, es la construcción del gris, el sendero del medio. El gris está representado en la consciencia colectiva madura que abandonó tanto el bipartidismo como la polarización en los dogmatismos de izquierda y derecha; la “masa gris” es cada vez mayor y es la que salva a la argentina, “que se vayan todos”. El presidente ganó las elecciones sin adhesión, triunfó porque perdió la casta vieja; él no la ve, pero “es” “de jóven casta”.
Necesitamos salir de los dogmatismos ambivalentes respetando el pensamiento y amando lo diferente. Eros restaña el vínculo entre los humanos e integra las polaridades con propuestas heterodoxas. Recuperar el equilibrio perdido por la nostalgia, implica que nuestras madres además de la teta puedan dar la miel, el amor.
Miguel Angel Vaquero. Psicoanalista. Integración psicogenealogica transgeneracional. Psicosomáticas, adicciones, transtornos alimenticios. Sexualidad. Psicología integral. Psique Consultorios.