Las parasomnias son un conjunto heterogéneo de fenómenos motores o psíquicos que ocurren durante el sueño, interrumpiéndolo o no. Suele tratarse de conductas motoras como movimientos, gritos o habla que pueden estar acompañados por otros signos como palidez o sudoración.
Durante estos episodios, la persona se encuentra en una mezcla entre estado de sueño y vigilia parcial, lo cual confunde a quien lo observa (padre, hermano, pareja, por ejemplo). Incluso, parecen despiertos porque en general tienen los ojos abiertos.
De acuerdo al momento de la noche en que se producen los episodios se clasifican en:
Sonambulismo
Una de las parasomnias no-rem más conocidas es el sonambulismo. Es habitual en los niños, puede permanecer en la adolescencia e incluso en la edad adulta. Además, es más frecuentes entre miembros de una misma familia y no suele ser grave ni tampoco representa un problema para la salud.
La persona está dormida profundamente y no recuerda nada al día siguiente (amnesia del episodio). Este episodio puede desencadenarse por estrés, fiebre, ansiedad, la privación de sueño o la irregularidad de los horarios del sueño. Tiende a desaparecer en la adolescencia pero pueden perdurar o reaparecer en el adulto.
En general, no hay que despertar al sonámbulo. A menos que esté en peligro, es suficiente con acompañarlo hasta la cama y acostarlo con suavidad. Si los episodios o síntomas son de difícil manejo o complejos se debe realizar una consulta médica, de igual manera que si comienzan o debutan en la edad adulta.
A continuación, te dejamos algunas recomendaciones generales:
- Informar y tranquilizar a padres/parejas/familiar
- Adoptar medidas de seguridad (cerrar puertas, ventanas que den a la calle, escaleras, evitar dormir en cuchetas, entre otras)
- Evitar desencadenantes (líquidos, actividad física por la noche)
- Evitar la privación de sueño porque las agrava
- Disminuir el estrés
Dr. Román Torri, especialista en sueño. INECO Neurociencias Oroño.