En la actualidad se continúa estudiando la enfermedad celíaca y ha quedado definitivamente atrás, la noción de considerarla exclusivamente como una patología digestiva, poco frecuente y que afectaba solamente a los niños.
En la actualidad se continúa estudiando la enfermedad celíaca y ha quedado definitivamente atrás, la noción de considerarla exclusivamente como una patología digestiva, poco frecuente y que afectaba solamente a los niños.
Hoy se la reconoce como una respuesta autoinmune altamente prevalente, tanto en menores como en adultos, que puede cursarse con sintomatología digestiva o no.
La alimentación, el cuidado en la elaboración de las comidas, la lectura de los rótulos nutricionales (ingredientes) y la advertencia clara en los mismo con la leyenda: “SIN TACC” (trigo, avena, cebada y centeno), son claves para el abordaje de esta patología. Además, es imperioso evitar la contaminación de los alimentos sin TACC con cualquier fuente que pueda contener estos cereales.
Las recomendaciones más importantes a la hora de manipular alimentos destinados a celíacos son las que se detallan a continuación, pero siempre teniendo como premisa la consulta con un profesional de la nutrición, que pueda planificar una alimentación suficiente, equilibrada, completa y adecuada a las necesidades nutricionales, hábitos, y actividades de cada persona:
Realizar una limpieza exhaustiva, con agua caliente y jabón, de las superficies y utensilios que vayamos a utilizar.
Es preferible utilizar productos naturales, ya que los manufacturados tienen un mayor riesgo de estar contaminados o de contener trazas de gluten.
No utilizar aceite en el que hayamos frito previamente productos que contengan gluten, ya que esta proteína no se desintegra a altas temperaturas.
Almacenar los productos sin gluten separados de aquellos que sí contengan esta proteína, identificándolos de forma clara mediante etiquetas, pegatinas, o envases de colores diferentes.
Almacenar siempre los productos sin gluten encima de los que contengan gluten, con el fin de impedir la caída de restos encima.
A la hora de utilizar el horno microondas, cubrir el plato de las comidas sin gluten.
Utilizar utensilios exclusivos para alimentos sin gluten, o limpiarlos bien antes y después de cada uso
Se recomienda utilizar pan rallado y harinas sin gluten para evitar la contaminación, así como los copos de puré de patata para rebozar. Si no es posible cocinar o empanar con estos productos, cocinar alimentos sin gluten en momentos distintos, y con la mesa y utensilios completamente limpios.
Evitar los utensilios de madera. Es preferible utilizarlos de metal o plástico.
Consumir alimentos certificados por ACELA (Asistencia al Celiaco en la Argentina). www.acela.org.ar
Ante la duda de si un producto contiene o no gluten: No consumirlo.