Enrique Ojeda, el joven de 22 años que violó y mató a Marlene Franco, de Oliveros, fue condenado a prisión perpetua en un juicio abreviado que sin embargo no lo hizo zafar de la pena máxima ya que el homicidio de la joven fue doblemente agravado por Criminis Causae (un delito, el femicidio, que se ejecuta para ocultar uno anterior, la violación), y por mediar violencia de género de un hombre hacía una mujer, en calidad de autor.
La sentencia al autor del resonado crimen fue homologada ayer en los tribunales de San Lorenzo por los jueces Griselda Strologo, Juan José Tutau y Eduardo Filocco, quienes dieron el visto bueno a un acuerdo entre el fiscal Leandro Lucente, la defensa del imputado y los abogados de la querella, que representa a la familia de la joven de 21 años, asesinada el 14 de mayo de 2016 en Oliveros.
Aquel día, Marlene venía de bailar junto a sus amigas. Eran aproximadamente las 5.30 cuando el ahora condenado Ojeda, quien confesó el crimen, interceptó a la joven sobre la ruta 11 y calle Mitre, de Oliveros, la llevó por la fuerza a una vivienda desocupada, abusó de ella y le produjo la muerte.
Tal cual lo publicó oportunamente LaCapital, aquella madrugada del sábado 14 de mayo de 2016, Marlene, quien había ido a bailar al boliche "Memphis", de Maciel, ya de regreso bajó del Tata Rápido en la ruta 11 y Mitre a las 5.30, junto a otras dos vecinas del pueblo. Justo allí está el centro de monitoreo de las cámaras de seguridad de la comuna. Una de las jóvenes caminó hacia su vivienda, a 100 metros de la garita del colectivo sobre la ruta, justo frente al edificio comunal. La otra joven enfiló casi a la par de Marlene, pero en la primera esquina dobló a la izquierda y la perdió de vista. Quien sería víctima de la locura debía hacer unas 12 cuadras a pie por calle Mitre para llegar a su casa. Así quedó a merced de su agresor.
Después de 18 meses
Pasaron 18 meses de incertidumbre y pedidos de justicia, marchas por las calles del pueblo y hasta un mural que dejó plasmada la imagen de la víctima y el reclamo de un esclarecimiento del un caso que resultó emblemático para la región, aunque la investigación desde un principio apuntó al responsable del femicidio, perpetrado en un chalé que se utiliza como casa de fin de semana y está ubicado en Mitre 539, en la zona céntrica del pueblo y a 200 metros de la ruta . Allí, Marlene fue violada y extrangulada por su victimario.
El primer testigo que la vio recordó que encontró el cuerpo de una mujer tendido en el patio y con el pelo sobre el rostro. "Pensé que podría ser una enferma de la colonia psiquiátrica que estaba perdida y dormida. Como en una época se escapaban y deambulaban por el pueblo, pensé eso. Di marcha atrás y, asustado, me fui a la comisaría", rememoró Daniel Mena. Su testimonio quedó plasmado en el artículo "Oliveros busca reponerse tras el salvaje asesinato de Marlene que conmocionó a todo el pueblo". Es que así fue, la muerte de Marlene sacudió a la comunidad de 4.700 habitantes, que tardó en salir de su estupor.
Sospechoso inmediato
Ojeda fue detenido como principal sospechoso horas después del crimen, gracias a testimonios de un hermano de la víctima, que lo vio salir de la casa donde se cometió el femicidio que hasta conmocionó a la propia familia del victimario. Tan así es que Juan, el padre del asesino, le decía a LaCapital pocos días después: "Estamos destruidos. Que también sepan los padres de la chica el dolor que tenemos. Pero no podemos hacer nada. Que se haga justicia porque yo también necesito saber qué paso. Somos gente de trabajo, nos conocen todos", afirmaba por entonces.
Durante el procedimiento abreviado, quedó sentada la aceptación de todos los cargos contra Ojeda, quien se confesó la autoría del crimen, y fue condenado por abuso sexual con acceso carnal y homicidio doblemente agravado por criminis causae y femicidio.
Esto último sienta un precedente importante ya que se aceptó este cargo a pesar de que el asesino no había tenido nunca contacto con la víctima.
Por pedido de la querella, las ropas, el celular y evidencias de Marlene serán devueltas a su familia, mientras que las del condenado serán eliminadas.
La Querella por parte de la familia fue representada por los Juliana Tagliati, Mariano Echevero y Valentin Hereñu, quienes junto a la familia se vieron satisfechos por la resolución del tribunal, tal cual lo reveló el diario digital Información Regional.
Por su parte la defensa del imputado Juan Enrique Ojeda, estuvo a cargo del abogado Juan Pablo Mcormack.
En los tribunales, el imputado sólo respondió con monosílabos las preguntas de la jueza Griselda Strólogo, pero asintió la exposición de su abogado, quien pidió en su nombre perdón a la familia.
El femicida cumplirá la prisión perpetua efectiva en la cárcel de Coronda, donde está alojado con prisión preventiva desde el día del hecho. Además, los jueces informaron que "no hay beneficios" en la ejecución para la pena impuesta por el delito juzgado.