Por qué y para qué controlarse
La diabetes es una enfermedad que no tiene cura y puede afectar la vista, el corazón y los riñones, entre otros órganos. Cómo se trata. Quiénes están en riesgo. Evitar el sobrepeso y hacer actividad física es imprescindible

Domingo 11 de Noviembre de 2018

Cada 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes, instaurado en 1991 por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el fin de aumentar la conciencia en la población sobre las causas, síntomas, complicaciones, tratamiento y prevención de una enfermedad que ha adquirido características epidémicas, afectando en la actualidad a casi 500 millones de personas en el mundo entero (una de cada 10 u 11 personas, cifras válidas también en nuestro país, la sufren). La fecha conmemora el natalicio de Frederick Grant Banting (1891-1941), médico e investigador canadiense, quien condujo el equipo que por primera vez logró obtener la insulina a partir de extractos de páncreas de animales de experimentación y transformarla, por medio de los procesos bioquímicos apropiados, en un medicamento. Así, por primera vez las personas con diabetes contaron con un tratamiento que cambió radicalmente su hasta entonces ominoso destino.
   La diabetes mellitus es una enfermedad (o mejor dicho un grupo de enfermedades) de causa endócrina, la deficiencia absoluta o relativa en la secreción o la acción de la hormona insulina, con repercusiones metabólicas (la más característica es la hiperglucemia, o elevación de la cantidad de un azúcar, la glucosa, en sangre) y que, de no ser tratada adecuadamente, puede conducir a graves complicaciones como problemas cardíacos, renales, de la vista y también en la circulación y la sensibilidad (sobre todo de los pies), complicaciones que pueden causar discapacidad permanente o hasta una muerte prematura. Hay tres formas principales de diabetes: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional. La diabetes tipo 2 es la más común y representa de 85 a 90% de los casos. Si bien tiene un componente hereditario, el aumento desproporcionado en el número de casos está fuertemente vinculado a factores como la obesidad, la falta de actividad física y regímenes de alimentación de alto contenido calórico y poco valor nutritivo ("comida chatarra"). También el estrés crónico y los contaminantes ambientales persistentes han sido implicados como corresponsables de la epidemia de diabetes tipo 2 que amenaza nuestro planeta, afectando sobre todo a los países emergentes.
   Además de la insulina se han desarrollado en los últimos 70 años distintos medicamentos orales e inyectables, que constituyen un armamento terapéutico cada vez más amplio para tratar las alteraciones metabólicas y las complicaciones de la diabetes tipo 2. Sin embargo, existen otros componentes tanto o más relevantes que los medicamentos: además de contribuir en forma decisiva a normalizar los valores de azúcar en sangre y el peso corporal, un plan de alimentación apropiado y la realización de actividad física en forma regular, preferentemente cotidiana, constituyen herramientas preventivas muy importantes, con demostrada capacidad para evitar o demorar la aparición de esta forma de diabetes.
   Conocer la diabetes implica el primer paso para lograr su detección oportuna, ya que en sus inicios la enfermedad no presenta síntomas relevantes, al igual que otros trastornos comúnmente llamados "asesinos silenciosos" como la hipercolesterolemia y la hipertensión arterial. En ese sentido el 14 de noviembre es una herramienta invaluable. También lo es para reafirmar los derechos de las personas con diabetes: entre otros, el rechazo a toda forma de discriminación y el acceso completo a servicios de salud, incluyendo no sólo el tratamiento médico, sino la atención por todos los miembros del equipo de salud (nutricionistas, psicólogos, profesores de educación física, entre otros), la provisión de fármacos e insumos de acuerdo a sus necesidades, así como educación terapéutica que las faculta y capacita para controlar su propia enfermedad, evitar las complicaciones, lograr el cumplimiento de las pautas de tratamiento y mejorar su calidad de vida.