El ex intendente Héctor Cavallero (1989-1995) competirá en las primarias abiertas del 5 de julio
en Rosario como primer candidato a concejal del Frente para la Victoria.
Le tocará medirse con los justicialistas Osvaldo Miatello, Diego
Giuliano, José Luis Imhof, Gabriel Monserrat y otros. Si le va bien gozará del paso a la ronda
final del 6 de setiembre, donde la lucha será entre partidos para renovar 11 bancas, la mitad del
Concejo.
—¿Por qué quiere ser concejal?
—Porque tengo ganas de servir, formo parte de un proyecto político
y quiero a la gente. Si usted me pregunta qué logro de mi intendencia me hace feliz es saber que
terminamos con las inundaciones. Los emisarios Forest Este, Chubut Este, el secundario Formosa,
costosísimo, con seis metros de diámetro, tan importante como la presa del Ludueña, desterraron las
inundaciones en toda la zona oeste. Sé que cumplí. Ahora mi sueño es que toda la ciudad tenga
cloacas y desde el Concejo voy a bregar. El 42 por ciento de la superficie poblada de Rosario
carece de cloacas, unas 9.000 cuadras. Le aclaro que durante mi gestión completamos 1.450 manzanas.
—¿Y cuál es el proyecto?
—Mi propuesta es afectar el fondo municipal de desagües pluviales,
unos 30 millones de pesos al año, para hacer cloacas junto con Aguas de Santa Fe a la que le
exigiríamos otros 20 millones. En ocho años representarían 400 millones, que es lo que sale la
obra. Y atrás se va haciendo el pavimento a nivel definitivo con eliminación de zanjas. Esta obra
sería un alivio espiritual para mucha gente. No sé si captó el adjetivo espiritual.
—Explíquemelo.
—En muchos lugares la gente sabe que hace 15 años no se hace nada,
que no le llevan una obra. Hay padres que te cuentan que sus hijas sienten vergüenza de llevar al
novio a la casa por el estado del barrio donde viven, sin vereda, sin pavimento definitivo, con
zanja abierta, agua podrida, malezas. Cuando vos tenés una zanja con agua nauseabunda frente a tu
casa no te importa si el responsable es peronista, socialista, radical o comunista.
—¿Y a usted como lo tienen, como socialista o peronista?
—Ni me preocupo en entrar en ese planteo. La gente ve que el
socialismo que estuvo estos 14 años, entre (Hermes) Binner y (Miguel) Lifschitz, se desgastó. Lo
percibo. Por eso estoy convencido de que en la elección de concejales que tiene una primaria el 5
de julio y se resuelve el 6 de setiembre nos irá muy bien. Y desde ahí voy a impulsar estas obras.
—¿Y para el centro, en qué proyecto piensa?
—En lo que impulsaba cuando era intendente: playas de
estacionamiento subterráneas en las plazas para aliviar el desastre que es el tránsito. Y
jerarquizar el transporte público de pasajeros con un proyecto integral para que la gente desista
del auto particular. Hoy tenés que hacer 30 cuadras y tardás 30 minutos, los taxistas están al
borde de un ataque de nervios y se les hace difícil resistir el oficio. La mayoría, si pudiera,
dejaría el volante.
—Hace años que viene diciendo que la Municipalidad está fundida y
sin embargo sigue en pie.
—La situación económico-financiera es gravísima, por eso ampliaron
el plazo de pago a proveedores y contratistas de obra y servicios que cobran con 180 días de
atraso. Están utilizando los fondos especiales de obras, que no se hacen, para tapar el déficit,
unos 80 millones de pesos al año. Y también el dinero de la caja de jubilaciones. El endeudamiento
externo que tomaron, unos 70 millones de dólares, lo pactaron a pagar en 24 años comprometiendo el
mandato de cinco intendentes. La Municipalidad sigue andando pero la deuda flotante es monstruosa y
la tomada a plazo también. ¿Se ven obras en la ciudad? No. No tienen fondos, esa es la razón.